-MALDITAS BRUJAS- gritaban los soldados atravesando a diestra y siniestra a los pobladores asustados
-No somos brujas- suplicaba una mujer sujetando en brazos a un niño
-Esos símbolos que tienen en su cuerpo y la práctica de hechicería que hacéis es clara muestra que están en contra del Rey Fabio
-No por favor, nosotros no hacemos eso- suplico entre lágrimas
Los gritos resonaban en aquel alejado pueblo, ubicado en el centro del bosque, las llamas devoraban las chozas de los de ese clan
Los animales corrían alterados presenciando la masacre de aquella villa, la gente imploraba por sus vidas y las espadas cortaban cabezas dejando un largo camino de sangre
-Sus ojos quítaselos – sugirió un soldado acercándose hacia esa mujer y procediendo a arrancárselos – la muestra clara de que limpiamos el reino de las brujas
Un hombre gritaba el nombre de su amada, siendo acallado por una filuda lanza que lo traspaso
-Malditos quedaran todos los partícipes de esta masacre- hablo la mujer con los ojos vacíos carentes de sus cuencas, sangre caían por sus mejillas
El grito que dio ensordeció por un momento a aquellos despiadados que sin temor arrancaron vidas y un aguacero callo mostrando que la madre naturaleza lloraba la muerte de sus hijos que por culpa de la avaricia yacían en charcos de sangre.
-Creo que cometimos un pecado que muy pronto será cobrado