El recorrido hacia el mercado me parece absurdamente aburrido, observo que la mayoria de los alimentos tienen costos elevados.
-Debería comprar comida – solté –Chloe no comió bien estos días y no caería nada mal un poco de buena comida
Pero si compro comida estaré diciéndole a Chloe gorda que por eso compre comida o pensara que le estoy diciendo flaca y malnutrida, si Evan está junto a ella no cabe duda que aprovechara para soltar un comentario malintencionado para humillarme aún más.
Cail tenía una cuestión interna que lapidaba su cabeza con molestia, sin fijarse que una hombre ponía sobre el piso algunos objetos que tal vez interesarían a Chloe.
-Disculpe jovencito, impide el paso de la gente – soltó con amabilidad el hombre
-Oh lo siento – hablo Cail apenado caminado en dirección contraria, cuando un objeto brillante llamo la atención del chico.
-Le intereso el cristal Lirio – tomándolo en su mano – el color es hermoso y sería un gran regalo.
-Lo llevo – soltó Cail sin antes preguntar por el precio.
-Me alegra que lo decidera tan rápido seguramente es para una señorita con mucha suerte – haciendo que Cail volviera al lio interno de antes.
-Puedo mostrarle más cosas – tomando un costal polvoriento y levantándolo.
-Parecen cosas de nobles – Cail miraba con duda la mercancía del hombre.
-Lo eran – pausando – pero no malinterprete las cosas, ellos cayeron en ruina y no les quedo otra opción de vender sus cosas, no dude en comprarlas.
Un juego de dagas llamo la atención del chico, mirando que cada una tenía un extraño símbolo similar a una R en la base de cada uno.
-Son tres dagas – hablo el comerciante – no tiene nada de especial a excepción del grabado , no tenía mucho interés en ellas.
-Las comprare también – hablo Cail, intentando recordar el lugar donde vio aquel grabado.
Otro objeto llamo la atención de Cail, un pequeño y rechoncho búho de piedra negra, este sí que era un tesoro , sabía que debía guardar la compostura pero esa pequeña estatuilla llamo su atención al igual que los dos objetos anteriores.
-Vaya un comprador motivado – bromeo el comerciante, rebuscando entre los objetos –Como es un comprador motivado le presentare un comerciante motivado – acercándose a su lóbulo – tengo una pequeña cosa que le gustara – mostrando un pequeño palo del tamaño de su mano con el grabado de Emilia.
-Es solo un tubo dorado- respondió Cail.
-Al parecer si – sonrió el comerciante – pero recuerde no todo es lo que parece.
-Si así lo dice me llevare los cuatro objetos – Cail tomo la bolsa de raps nervioso, si había gastado más de lo debido prometió reponerlo.
-Son 250 raps – soltó el comerciante – no puedo cobrar mas por eso, para el resto de personas del pueblo esos objetos que llevas no son más que basura inservible, respondió el hombre – La economía no permite gastar como lo hizo usted.
El hombre se despidió amistosamente de Cail quien guardo con mucho cuidado los objetos que consiguió , esperaba que Chloe no tuviera ninguna queja con ellos , pronto sintió la presencia de alguien que lo seguía , tal vez era un ladrón , viendo todo el dinero que gasto probablemente iba tras la bolsa de dinero que de los objetos que compro.
-Maldición – soltó jadeante, tomando un desvió, cercano a una taberna , sería muy obvio si lo seguía hasta ahí.
Entro apresurado, revisando su pequeño morral cuidadosamente esperando que ninguno de los objetos estuviera roto.
-Muchacho planeas pedir algo quedarte en medio de mi puerta – soltó un hombre de contextura robusta y tez morena.
-Yo, si – pausando – quiero una cerveza Mollis
Los presentes estallaron en risas, mientras un muchacho al parecer de su misma edad se paraba contoneando las caderas burlonamente.
-Sírvele a la muchacha una cerveza Mollis – haciendo una voz fina que exasperaría a cualquiera.
-Mira niño esta es una taberna, no un lugar para jugar – hablo el tabernero mientras tomaba un vaso y servía una bebida de color rojo.
Todos retomaron a sus charlas y juegos de mesa, mientras Cail se mantenía estático, hasta que un jalón lo hizo tambalearse.
-Diablos Cail, que haces aquí – cuestiono un chico peli café.
Cail reconoció el rostro de aquel chico, abriendo la boca de asombro.
-Siéntate hombre parece una estatua – señalando la silla de su lado.
El pelirrubio aun titubeante acepto la propuesta, mirando al hombre que acompañaba al peli café.
-Aland cuando volviste – pregunto Cail.
-Regrese hace una semana, estar en constante ajetreo me empezó a aburrir – mostrando una cicatriz en su brazo derecho – además que tenía que tomar reposo obligatorio.
-Es un mocoso muy terco – hablo el hombre que acompañaba a Aland –Después de la última excursión sufrimos una emboscada donde este insensato casi muere.
-Podría decir que exageras mucho Aldous – mostrando una sonrisa – prefiero morir en las expediciones que vivir aburridamente en este lugar – bajando la vista – a merced de esos asquerosos nobles.
Un golpe resonó haciendo acallar el barullo que se tenía dentro de la taberna, todos sin excepción giraron la cabeza hacia el hombre que anteriormente había cuestionado a Cail.
-Les dije que hablar del reino y los nobles está prohibido –dijo el tabernero – quieren que este lugar sea tomado como sublevadores de la corona.
-Pero es cierto -Aland se puso en pie – Acaso se toma como mentira decir una verdad , no estoy levantando ninguna falsa acusación contra los nobles.
-Aland… - Cail susurraba intentando calmar al peli café.
El tabernero estaba dispuesto a salir del pequeño lugar donde se encontraba para callar al chico que estaba armando alboroto.
Un puño voló contra el chico haciéndolo volar hacia la pared dejándolo inconsciente, haciendo sobresaltar a los presentes.