La sala real estaba tensa, los gritos de dolor provenientes de la reina consorte ponían a todos nerviosos, angustiados. La Sanverana principal estaba entre las piernas de la reina, tratando de ayudarla. Las aprendices estaban limpiando el sudor de la reina, tratando de mantenerla consciente.
—¿Qué haces mirando?, muévete y busca a cualquier Sanverán disponible, ahora! —gritó la Sanverana al Heraldo que estaba presente, este salió.
Al salir se encontró con el rey que esperaba afuera de la sala real, este estaba de pie mientras tenía una mano en su cabeza. Al notar al heraldo se acercó.
— ¿Qué sucede, por qué tardan tanto?—preguntó,, pero los gritos dentro de la sala lo interrumpió—. Traje a la reina hace más de una hora.
— Mi rey, el parto se complicó, el bebé parece estar al revés, no de cabeza como se debe esperar.—informó el heraldo— Hacemos todo lo posible, no encontramos al Sanverán pero si a la Sanverana y a sus aprendices. Ellas están haciendo todo lo posible por la reina.
— No quiero gente inexperta a cargo de mi esposa, La reina consorte de Elandor! —gritó Maeron—. Si no encuentras al Sanverán ahora mismo, no solo la cabeza de él estará colgada en la torre por su negligencia. —amenazó.
El heraldo simplemente asiente bajando su mirada para empezar a correr por los pasillos en busca del Sanverán. El Lord Ulric miró al rey Maeron. Aún no le habían avisado al consejo pero suspiro bajo, mientras se frotaba un poco su pulgar. Los gritos de la reina consorte no dejaban de escucharse.
El heraldo dobló una esquina del ala oeste, para detenerse, suspiro y empezó a pedir fuerzas al cielo para avanzar hacia la oficina privada del Sanverán, otra vez. En el pasillo se encontró con el Lord Varek de IronWood, Merrowind. Ambos se miraron, el Heraldo se detuvo y baja su mirada.
Varek se acercó unos pasos, y se detuvo frente al Heraldo joven.
— Todos están tensos, ¿por qué corres? —.preguntó
—Su Majestad desea la presencia del gran Sanverán en la sala de partos. —contestó— La reina consorte está en trabajo de parto
Varek frunce su ceño algo confundido e interesado en las palabras del heraldo, simplemente asiente para esquivarlo y avanzar. Escuchó los pasos del heraldo ser apresurados, Varek también empieza a correr hacia la sala del Real Consejo. Al llegar entró rápidamente sin ser anunciado, los presentes sorprendidos voltearon a ver las puertas por su abrupta entrada.
— Lord Varek, deberías saber que entrar se esa manera no solo es una insolencia de su parte —comenzó el Lord Dreys, de Thorneveil.
— Concuerdo con el Lord Dreys —habló la Lady Daryel de Seagate, Thorneveil.
— No hay tiempo para ser anunciado. —reprendió Varek— La reina consorte está en trabajo de parto, ahora mismo.
Los siete lores y ladies que estaban presentes guardaron silencio, de pronto empezaron a ponerse de pie para salir de la sala del Real Consejo, y otros se quedaron ahí, en sus asientos. El Lord Vannor de Valemont, Lord Terel de Merrowind, Lord Marnel de Ravenhold y Lady Ulira de Thorneveil.
— ¿Estás seguro? —cuestiona Marnel.
— El Heraldo estaba buscando al Sanverán —respondió Varek—. Además las sirvientas estaban rezando en los jardines cuando pase por ahí. ¿Quién reza en un jardín que se llama Sagrada madre?.
Nadie cuestionó, Varek entra a la sala del Real Consejo en silencio para sentarse en uno de los asientos libres.
— ¿Y ahora como seguirá esto? —preguntó Ulira mientras se servía algo de vino en su copa—. La reina en trabajo de parto, ¿qué creen que sea, un niño o una niña?.
— Lo único que creo que será es un obstáculo del ascenso de la Alta Princesa al trono —comentó Vannor.
— No, el rey ya la declaró su sucesora, en su ceremonia de quince años. —explicó Terel— el próximo bebé que verá los cielos de Elandor será solo un príncipe. Miral de Thorneveil ya es su primogénita, Soreya de Sovereign.
— Ella ya tiene el título de Alta Princesa, son muchas responsabilidades. —declaró Ulira.
— El rey debió pensar en eso antes de declararla su sucesora, miren ahora. La reina está luchando por su vida mientras trata de traer nueva vida al reino.—habló Varek.
Lady Ulira lo miro unos segundos, suspiro leve para levantarse de su asiento. — El rey ama a su hija.
— El amor no es suficiente para gobernar un reino —la interrumpió Varek.
— ¿Y el odio lo es? —preguntó, Varek la miró mientras su mano apretaba el apoya brazos de su asiento—. Lord Varek, no puedo hacer ojos ciegos cuando escucho esos comentarios. Esta hablando de la Alta Princesa, y Mirala de Thorneveil, la nación que yo represento, Sovereign la capital del corazón de Elandor.
Los presentes bajaron la mirada, a excepción de Varek que miraba con cierto rencor y furia que contenía con todas sus fuerzas.
— Y usted esta bajo el techo del palacio de Sovereign —continuó— ¿Sabes que le hace el rey de las cinco naciones a los traidores de lengua?.
Varek iba a responder pero Ulira se adelantó.
— Cortan sus lenguas, las cocinan, y se las hacen tragar —terminó Ulira—. Sé que todos tienen opiniones diferentes a nuestro rey, yo también los tengo. Pero, eso no significa que hablaré mal a sus espaldas. Y yo como Lady de Thorneveil no lo hago, usted menos debería hacerlo, Lord.
Ella lo miraba mientras mantenía sus manos unidas debajo de su vientre. —Espero cierre la boca desde ahora si no quiere perder su lengua.
Se giró para caminar hacia las puertas y salir, dejando el ambiente tenso ante sus palabras, los Lores Vannor, Terel y Marnel guardaron silencio sin mirar a Varek, el último mencionado tiro la jarra de vino al suelo en un acto de soltar su ira.
— Esa maldita, ¿quién se cree que es para hablarme así?. —murmuró Varek casi mordiéndose su propia lengua— Ni su hermana Lady Urila de Valemont es tan engreída..
— Aunque comparten sangre, ambas nacieron en distintas naciones —respondió Marnel— Lady Urila en Valemont y la Lady Ulira en Thorneveil. Sus nombres suenan casi igual, pero a la vez son tan diferentes.
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Editado: 02.07.2025