La amante de la muerte.

~Quinto Acto: Trato~

Menta la mano pálida de ella alejo. 

De un salto mas atrás llego, aun sentada frente aquel hombre, no sabia de donde había  salido tal valor.

El hombre sorprendido quedo ante aquel acto, su mirada cambio a una sonrisa brillante.

La ninfa confundida estaba, sus manos de la nada sudaban.

 

"Tus sentimientos desbordan coraje, eres como un bello misterio que estas aguas esconden, ¿Como tan frágil flor logro sobrevivir en este sombrío lugar?."

 

Menta lo observo hablar, su voz era melodiosa y la hacia temblar.

Sus manos se juntaron en su pecho, pues temía que su corazon se fuera a escapar. 

Aquel hombre seguía observando con paciencia. 

La ninfa sintió su aura oscura muy cerca, vio como las ramas que crecían en la orilla se desvanecían al tocar tal aura. 

No entendía que tipo de personaje frente a ella se encontraba.

¿Era un monstruo?, ¿Un alma?,¿Un oscuro fantasma?.

 

"Querido espíritu del bosque, que te mantienes callada, disculpa si mis palabras son apresuradas, pero me gustaría que me ofrecieras algo mas que tu confusa mirada."

 

La ninfa al escucharlo no sabia que decir. 

¿Vale la pena juntarse con un ser así?.

Tal vez protección podría conseguir. 

Si no fuera que su deseo era de ese infierno salir. 

La ninfa se alzo de sorpresa, una idea cruzaba por su cabeza.

El hombre noto tal expresión, aquella joven le parecía una dulce diversión. 

Con aire en sus pulmones sus palabra mentalmente preparo. 

 

"Padre, perdóname por lo que estoy por hacer, tal vez esta sea una oportunidad que nunca mas tendré, no importa si al final muero, si al final nunca llego a salir de este infierno, se que no me arrepentiré."

 

"Hay un deseo que quiero cumplir..."

 

Al fin lo dijo, ¡al fin!.

El hombre sonrió al escuchar su voz una vez mas. 

Menta podía jurar que un suspiro de sus labios se había escapado. 

Noto como aquel pecho ancho se había alzado. 

El mas alto su garganta aclaro. 

 

"Cumpliré tu deseo, sera como un favor, sin embargo... yo también tengo un deseo que de ti depende."

 

La ninfa estuvo por sonreír, si no fuera porque aquel hombre algo también quería exigir. 

La ninfa asintió, se armo de valor y con su voz firme anuncio. 

 

"Quiero que me lleves arriba, que me dejes ver el sol, las plantas, las flores, quiero sentir su calor."

 

Sin darse cuenta sus ojos brillaron, el pensar en su mas profundo deseo le subía el animo. 

Una pequeña risa traviesa escucho, provenía de aquel ser que en silencio la escucho. 

La ninfa de hombros se encogió, podía jurar que sus mejillas se teñían de un carmesí color. 

 

"Puedo cumplir tu deseo..."

 

Eso la emociono.

¿De verdad sus deseos serian cumplidos?.

Su sonrisa cayo, cuando la otra parte del trato recordó.

 

"A cambio, deseo tu permiso para Cortejarte."

 

Sus hojas se alzaron, la ninfa se levanto de golpe al escuchar tal petición. 

Muchos recuerdos ajenos a su mente llegaron.

Almas de mujeres y hombres, sus vidas por su mente pasaron. 

Amor, Amor, maldito y mortal amor.

Su mirada viajo por todo su alrededor, sus pensamientos y recuerdos se mezclaban. 

¿Estaría dispuesta a dejar su promesa de lado?.

 

"Jamas amare a otro ser, yo el amor no deseo conocer, si alguien mi amor desea obtener, pues morirá entre mis brazos pues un no he de responder." 

 

Sus manos a su cabeza llevo, sintió que perdería el control.

De un momento a otro un fuerte agarre sintió. 

Unas suaves telas le arroparon. 

Apunto de escuchar de nuevo su voz, se adelanto a responder aquella confesión. 

 

"Acepto, llévame a la luz, por favor..."

 



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En el texto hay: mitologia griega, poesia, ninfas

Editado: 20.12.2019

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