Me sentí estúpida por no haber visto las señales. Me sentí traicionada por no haber confiado en mi instinto. La rabia y la tristeza se mezclaban en un cóctel que me consumía.
De repente, recordé una conversación que tuvimos hace unos meses. Me dijo que quería tener hijos, que estaba listo para ser padre. ¿Era todo una mentira? ¿Ya tenía planes con ella?
"¿Quién era esa mujer?", me pregunté. "¿Cuánto tiempo llevaban engañándome?"
Comencé a investigar, buscando cualquier información que pudiera encontrar sobre ella. Busqué en las redes sociales, en Google, en cualquier lugar donde pudiera encontrar una pista.
Finalmente, encontré su perfil en Instagram. Era una mujer llamada Victoria, con una sonrisa radiante y ojos azules que parecían brillar en la oscuridad. Su biografía decía que era "empresaria" y "amante de la vida".
Comencé a revisar sus publicaciones, buscando cualquier señal de conexión con mi esposo. Y entonces, lo vi: una foto de ellos dos juntos, sonriendo y abrazados, con la leyenda "Mi amo".
Mi corazón se detuvo. ¿Cuánto tiempo llevaban juntos? ¿Qué tipo de relación tenían?
Seguí investigando, encontrando más pruebas de su relación. Mensajes, correos electrónicos, llamadas telefónicas... todo indicaba que mi esposo había estado mintiéndome durante meses, quizás incluso años.
Me sentí enferma, como si hubiera sido golpeada en el estómago. ¿Cómo podía él hacerme esto? ¿Cómo podía ella participar en esta mentira?
De repente, recordé una conversación que tuvimos hace unos meses. Me dijo que quería tener hijos, que estaba listo para ser padre. ¿Era todo una mentira? ¿Ya tenía planes con ella?
"¿Quién era esa mujer?", me pregunté. "¿Cuánto tiempo llevaban engañándome?"
Editado: 09.11.2024