La antología de tu existencia

Segunda parte

Estaba tan impactada que solo atinó a regresar al auto, no podía decir que no le había dolido que su novio la estuviera engañando con Blair… Habían crecido como hermanas, pero algo dentro de sí le decía que algo pasaba con ellos desde hace ya mucho tiempo. Sabía que no eran coincidencias cuando Jane quería hablar del novio de su amiga esta se negara y diera vuelta a la conversación. Sabía que los mensajes y llamadas de “trabajo” de Adler en las cenas o fines de semana no eran normales. Sabía que había una tensión cuando los tres se encontraban en algún lugar. Sabia… joder que sabía muchas cosas y hasta ahora se percataba de ellas, nunca entrelazó esas pistas, tarde se había dado cuenta de su engaño.

Fue allí donde encontró las respuestas a sus interrogantes y tomó la decisión de no renunciar a sus sueños y aceptar la propuesta de trabajo en Toulouse, su aceptación le había llegado precisamente esa mañana en una firma de arquitectos -había postulado antes de graduarse- y considerando que su primo-Jules Brown- se encontraba trabajando en esa ciudad no sería mucho problema en donde quedarse los primeros días mientras encontraba un lugar para establecerse. Decidió llamarlo en ese momento.

-Hola Jules- dijo nerviosa cuando contestó su llamada.

- ¡Ey! - contestó alegre de escuchar su voz después de meses de no hacerlo, al ser hijos únicos habían crecido juntos y eran como hermanos. Ella fue la única que le apoyó cuando toda su familia le dio la espalda. - ¿Cómo está mi prima favorita? Pensé que te habías olvidado de mí.

-Perdona por molestarte, pero necesito de tu ayuda-siguió diciendo con la adrenalina fluyendo por sus venas.

-Me estás preocupando, sabes que cuentas conmigo para lo que sea Jane ¿Qué necesitas? - respondió preocupado por lo su tono de voz.

-Acepté un trabajo en Toulouse, empiezo la próxima semana y no tengo en donde quedarme… quería saber si me puedo quedar unos días contigo hasta conseguir un departamento- habló rápidamente que su primo apenas pudo entenderle.

-Claro que puedes quedarte conmigo el tiempo que necesites- caminó por la cocina de su departamento, de pronto se acordó que el día siguiente ella se casaría- Jane… ¿Qué pasara con tu boda? Mañana te cas…- su prima le interrumpió.

-Pasó algo- se le cortó la voz y apretó el volante con ira- después te cuento, pero necesito que nadie sepa que estaré contigo… llego en unas horas.

-Claro, avísame a lo que salgas para esperarte… Jane ¿tus padres están al tanto de esto?

-No lo saben y lo prefiero así por el momento- suspiró sonoramente- te mando un mensaje con la información.

-No te llevaré la contraria por ahora, pero sabes que te meterás en problemas…

-Tranquilo, ya lo solucionaré- cerró los ojos un momento para relajarse en su asiento- te veo luego.

Tras finalizar la llamada intentó serenarse para regresar a su casa, subió a su habitación y empacó lo que pensaba necesario para su estadía en el que seria su nuevo hogar. Su vuelo salía a las seis de la tarde y estimaba que en cinco horas ya estaría junto a su primo. Escribió una nota para sus padres -no les dijo a donde iba y justificaba el porqué de su decisión tan repentina, no sentía que era lo correcto- y la dejó en su cama junto al anillo de compromiso.

Recogió sus cosas y se subió al taxi que había pedido minutos antes, por suerte sus padres no se encontraban en casa porque debían estar reunidos con sus suegros. Sabía que debía apurarse ya que esa noche sería su despedida de soltera y no tardarían en llamarla para saber en dónde estaba. De camino al aeropuerto rompió su chip para que nadie de con su paradero hasta nuevo aviso no sin antes haberle comunicado a Jules a qué hora llegaría e informarle que su número sería suspendido.

Por suerte abordó el avión sin ningún contratiempo, tenía en cuenta que estaba haciendo las cosas mal, pero algo dentro de sí le decía que era lo correcto y un peso se le quitó de encima. Pensó en su relación con Adler mientras viajaba, las cosas no habían estado bien desde hace mucho tiempo. Peleaban por todo, se había vuelto controlador, le decía que ropa debía usar y que no -cosa que ella no hacía lo que provocaba más peleas-, la celaba en exceso y notaba un comportamiento extraño en él -el cual ya entendía el por qué-.

Tal como su primo había dicho, estaba esperando por su llegada. Se abrazaron por unos minutos, había pasado mucho tiempo desde que se habían visto y solo se comunicaban por teléfono hasta que perdieron contacto hace unos meses -culpa de sus padres y Adler-. En el camino al departamento de su primo se pusieron al tanto de lo que había pasado en sus vidas en todo ese tiempo. Jules le dijo que había encontrado a la persona que le alegraba los días y que no podía estar más feliz con su pareja; por su parte Jane le contó la razón por la que decidió no contraer matrimonio y lo que había escuchado de su padre, no pudo evitar que sus lagrimas caigan por todo lo acontecido, si bien no amaba a su ex como debía hacerlo le guardaba un gran cariño. Su primo tomó su mano en el auto dándole todo su apoyo, sabia que su prima era fuerte y saldría adelante, además tenia una nueva oportunidad de comenzar su vida en otro lugar donde el peso de su familia no interferiría en sus planes.

Decidieron ir a comer algo antes de ir a casa, pero dado que era casi la una de la mañana se detuvieron en un restaurante de comida rápida que quedaba cerca de su destino. Mientras esperaban que su comida llegara Jane miró por la ventana y vio que transitaban pocas personas por el lugar para ser un sábado en la madrugada. Iniciaron una conversación amena mientras comían sus hamburguesas con coca cola. Era grato estar con su primo -pensó Jane- lo había extrañado mucho y se lamentaba haber perdido contacto.




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