La antología de tu existencia

Quinta parte

Quinta parte

Estaban a semanas para navidad y pese que a Jane le gustaba esta festividad no dejaba de sentirse agobiada por todos los problemas que se venia acarreando desde el día que tomó la decisión de huir de casa y el futuro que sus padres le habían impuesto e independizarse.  

Tenía un montón de sentimientos encontrados, le gustaba vida que llevaba desde hace casi once meses. Su trabajo era el que siempre había soñado y la familia de su jefe le tenía un afecto especial. Thierry era el  hermano que siempre había querido tener, la cuidaba y aconsejaba, se tenían mucha confianza para contarse las cosas y en el poco tiempo que se habían conocido se creó un vínculo especial.

Alexandre era otro tema aparte, habían comenzado mal, pero la convivencia forzada por el trabajo les hizo mas tolerantes y poco a poco forjaban una amistad. Algunas veces les tocaba quedarse horas extra en la empresa y varias veces salían a almorzar juntos.

Caro y Jane solían verse muy seguido, muchas veces habían salido de fiesta los fines de semana por la gran insistencia de la peli gris -y las amenazas no podían faltar-. Cuando se solían juntar nadie las paraba. Aunque Jane aun no podía lograr sobornarla para poder conseguir la receta del pastel que tanto le fascinaba.

Pero por otro lado estaban sus padres, quería verlos, pero aun sentía un poco de recelo por sus decisiones. Se dijo a si mismo que cuando se solucionara el problema de posible estafa en Archambault Inc viajaría a Londres para hablar con ellos, no le gustaba la distancia que se estaba formando.

Hace unos meses habían descubierto la falsificación de firmas y contratos con empresas fantasma y Alexandre estaba como diablo en botella. Puso a hombres de absoluta confianza para encontrar quien había creado el embrollo y llevarlo a la cárcel, sospechaba de todos. La construcción de la zona residencial en la que trabajaban se estaba yendo de picada, todos estaban consientes. Según las averiguaciones hasta el momento todo apuntaba a uno de sus socios, pero nada era concreto.

Era martes y ya tenia mil cosas que hacer, tenia reuniones hasta decir basta, debía redactar informes, presentar planos de proyectos que estaban en pie, ir a comer con Caro y Jules -se habían conocido hace tiempo en una noche de fiesta- para planear un viaje que lo tenían pendiente, cenar con la familia de su jefe y visitar un orfanato en el cual hacia voluntariado desde hacia ya semanas. En fin, era una semana muy ocupada.

ya casi era la hora del almuerzo, la mañana había pasado muy rápido entre tantos pendientes, arregló unas cosas antes de salir de su oficina y se despidió con una sonrisa de Kate, su secretaria. Buscó la dirección en donde habían quedado con su primo y amiga, se dirigió al ascensor y llegó al estacionamiento.

Había conducido alrededor de veinte minutos para encontrarse con un bonito restaurante de comida china. Ellos habían llegado antes.

-Buenas tardes-saludó a cada uno con un beso en la mejilla-Perdón por el retaso, había mucho tráfico-se justificó.

-Hola-respondió Jules con una sonrisa

-Buenas noches-dijo Caro con mofa, claro intento de fastidiar a su amiga. Jane solo rodó los ojos y Jules aguantó una carcajada.

Comenzaron una conversación amena sobre lo que habían hecho en el tiempo que no se habían visto hasta que se vieron interrumpidos por el mesero que solicitaba lo que iban a comer. Tras ordenar su almuerzo Jules comentaba nervioso que ese fin de semana conocería a los padres de su novia, expresó que se sentía nervioso. Las chicas le dieron ánimos y dijeron que todo saldría bien, que no tenía nada de qué preocuparse.

Al poco tiempo la comida ya se encontraba en su mesa

-ahora que estamos tranquilos-comenzó Caro- quedó pendiente el lugar y la fecha a donde iremos de paseo.

-es verdad-siguió Jane con una sonrisa en su rostro- yo quiero ir a la playa, sería relajante cambiar de ambiente.

-está buení…- contestó Caro, pero Jules le interrumpió.

-pienso que mejor seria ir a una montaña y acampar-suspiro-además es temporada fría como para ir a la playa.

-no está mal- pensó Caro- unos amigos me comentaron de Albi, un pueblo cercano, dicen que el lugar es bonito y tiene muchas cosas por ver-comentó- ¿Qué piensan?

-me gusta la idea-dijo Jane mientras hacía una pausa para beber su jugo- algo nuevo y tranquilo para variar.

-será el primero de muchos viajes-respondió Jules, a lo que las chicas coincidieron.

Fue una charla divertida, todos daba su punto de vista y miraron las atracciones que podría visitar. Decidieron que en dos semanas se desconectarían del mundo para dejar de pensar en todos los problemas y disfrutarían al máximo pues sería una oportunidad única para conocer la cultura y tradiciones del lugar, y porque no la infraestructura también.

El tiempo había pasado muy rápido y cuando se dieron cuenta ya era hora de regresar a las actividades diarias de cada uno. Se despidieron acordando otra reunión.

Cuando Jane estuvo en su oficina se le comunicó que tenia una visita, esta se extrañó y fue tonta al pensar que sería Alexandre, pues habían acordado una reunión sobre el proyecto. Se percató muy tarde cuando vio a Adler entrar por la puerta de su oficina.




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