En cuánto salí de la casa de Alan sentí que algo andaba mal, tal vez conmigo, tal vez era el ambiente, pero algo estaba pasando. Llegué a la Ciudad sintiendo todo más pesado, la ciudad estaba diferente, mi cabeza comenzaba a ver cosas, no sabía si eran reales o solo eran alucinaciones mías.
Estaba en el Campo, no sabía cómo había llegado hasta ahí, me habia desviado de mi camino y esa no era yo. Algo me estaba pasando.
Susurros en mi cabeza comenzaron a atormentarme, las sensaciones comenzaban a despertarse, todo por lo que había trabajado, todo lo que había luchado para controlarme se estaba llendo a la basura.
Traté de tomar mi celular y llamar a Alan, pero mis manos estaban temblorosas, solo alcance a marcar una tecla, era marcación rápida, espero y sea James. Él dolor atravesó mi cuerpo lo que hizo que cayera al suelo gritando de dolor.
Él dolor se hacía cada vez más intenso, en mi neblina por el dolor pude ver el panorama, el viento azotaba los árboles, todo lo que había a mi alrededor, inconscientemente estaba liberando parte de mi poder.
Otra Ola de dolor atravesó mi pecho, mientras más gritaba más era el daño que hacía en la ciudad. Los árboles se desprendían de su lugar y caían en algún lugar, el cielo se nublo, los rayos aparecieron, había truenos y rayos, todo era un caos y yo no podía creer que eso lo estaba haciendo yo.
A lo lejos pude ver a James junto con Alan correr hacia a mi, pero con las pocas fuerzas que me quedaba los encerré en una barrera de magia. Caí al suelo mientras seguía gritando, no sabía que me pasaba.
—¡VANESSA!
Mia estaba ahí, use el aire a mi favor y la vote lejos de mi, la tierra tembló mientras poco a poco se iba abriendo, un rato cayó cerca de mi, alentando mi agonía. Un tornado de fuego aparecía a unos pasos de mi.
Lucio habia llegado.
—¿Qué te hizo princesa?
Sus manos tocaron mi cara y me acercó a su regazo, no se qué fue lo que hizo pero poco a poco el dolor iba disminuyendo, los cielos y la tierra se tranquilizaron y todo parecía volver a la normalidad, excepto yo.
Las marcas en mi piel se abrían, tenía más heridas de las que quería ver.
—Esto es mi culpa mi niña, yo lo mate ocacionando esto.
No sabía a quien se refería, mi mente estaba en otro lado, en un lugar donde veia a un chico con armadura acercarse a mi.
_—Princesa._
Su voz era apenas un susurro, mi corazón lo reconocía, pero yo no ¿Era real? Es solo mi imaginación, estaba delirando.
—Estas ardiendo en fiebre hija.
_—Te he extrañado princesa, tienes que ser fuerte, muy pronto nos volveremos a ver._
Lo vi dar un paso hacia atrás, no podía dejarme, no estaba vez.
—Jhon...
Las voz de Lució era lejana, no la escuchaba con claridad.
—¡JHON! ¡NO ME DEJES POR FAVOR! ¡NO ESTA VEZ!
—¡VANESSA TRANQUILÍZATE, NO HAY NADIE AHÍ!
sentí una fuente opresión en mi pecho y mis ojos se cerraron llevándome hacia la oscuridad.
(Narrador)
Vanessa estaba alucinando, Lucio la durmió para poder llevarla a un lugar mejor, tenía que curarla y hacer que ese poder se adaptará a su cuerpo. Una vez que las borreras cayeron los tres chicos se acercaron corriendo para ver lo que pasaba.
—Señor...
—Mia necesito saber qué fue lo que paso con ella, la llevaré la inframundo conmigo.
—¿Qué?
Ambos seres sobrenaturales fijaron su vista en James.
—¿Ella estará bien?
—Lo estará Después de que la atienda, ustedes no pueden venir, así que asegúrense que sus padres no pregunten por ella.
Ambos se vieron envueltos en ese tornado de fuego y desaparecieron.
Mia se despidió de ellos y se fue desapareciendo por completo.
Mientras tanto la gente de la ciudad no sabía que había pasado, por qué el clima cambio de repente, los religiosos decía que el Diablo estaba pelando con Dios, cuando realmente fue su hija la que hizo todo eso. Y mientras Vanessa estaba siendo atendida por Lucio, sus padres estaban siendo torturados por los seguidores de un Demonio que incluso después de morir, estaba quitándole todo a Vanessa.
Al día siguiente no tenían noticias de Vanessa por lo que Alan estaba desesperado, Jamás había tratado de localizar a los padres de Vanessa pero no lo conseguía. El timbre sonó, ambos pensaron que era Vanessa, incluso Mia que les traía noticias de ella.
Pero James supe que algo amdaba mal en el instante que vio a Lía y a Mark con las hermanas de Vanessa.
—James...
—No, dime qué no es lo que creó.
—Las niñas nos invocaron, Vanessa les había enseñado como hacerlo en caso de que estuvieran en peligro, lastimosamente llegamos tardes y sol pudimos salvarlas a ellas.
James cayó al piso en estado de Shock, mientras Alan tomaba a la pequeña Lizbeth que dormía en los brazos de Lía y le hizo seña a Mark para que lo siguiera quién era el que lleva a la pequeña Lizeth.
James no sabía cómo le diria a su mejor amiga que sus padres estaban muertos. Pero tanto él como Alan sabían que lo que paso hace unos momentos no se compraría con lo que pasaría cuando le den la trágica noticia, sería un caos total.
Por otro Lado un Demonio sufría en agonía, sabía que algo le pasaba a ella, la había visto en un sueño y ahora comprobaba que aún seguian enlazados, después de tantas décadas, su Lazo seguia más fuerte que nunca, solo que ella no lo recordaba.
Por esa razón el estaba sufriendo, sentía todo lo que ella estaba pasando, quería hacer algo por ella, él sabía cómo calmarla, lo había hecho hace muchos años, pero ahora no podía hacerlo, por mucho que sus instintos le gritaban que fuera hacia ella, no lo podía hacer, cuando él solo era un desconocido para ella.
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Editado: 21.07.2025