Lo mire directo a los ojos, unos ojos que estaban tomando un color verde esmeralda. Si estaba intentando algo, claramente no iba a funcionar.
Él lentamente se acercó a mi, pero sin cortar el contacto visual. Él vampiro que estaba frente a mi no pasaba de los 100 años y por lo que he sabido, muchos no aceptan la pérdida de su humanidad y creen que asesinando podrán recuperarla.
—¿Quién eres tu? —me preguntó haciéndome reír.
—No importa quien sea, la pregunta correcta sería ¿Quién eres tu? ¿Y qué eres? —le pregunte y él me miro curioso.
—No...
—No tienes por que decirme, yo ya lo se —le dije y él me miro divertido.
—¿Así? Iluminame —dijo y Sonreí con arrogancia, le quitaría esa estúpida sonrisa de su rostro.
—Eres un vampiro ¿O me equivocó? —le dije borrando su sonrisa.
Su rostro se descompuso, sabía lo que seguía y me prepare. En cuanto él se lanzó a atacarme yo lo detuve, ocupando la oscuridad como una aliada, él aun estando inmóvil, me miro y sonrió.
—Sabía que eras diferente —dijo haciéndome reír, todo había sido un truco, una trampa y yo caí en ella, lo libere y se acercó un paso mas a mi —¿Qué eres? —me preguntó y yo solo me encogí de hombros.
—Solo soy una humana —le dije a lo que él río.
—Una humana especial —dijo y asentí. El me miró por unos largos minutos hasta que se acercó mas a mi.
—¿Cuál es tu nombre? —me preguntó y yo Sonreí con la boca cerrada.
—Vanessa Hernandez ¿y tu?
—Alan Cardrew.
—Bien, haz lo que te has qué hacer —dije y él me miro confundido.
—¿A qué te refieres? —me preguntó y yo bufé.
—Ya sabes, borrarme la memoria —le dije y él negó.
—No creo que funcione contigo —dijo, pero me encogí de hombros.
—No pierdes nada con intentarlo —le dije y él se acercó un poco más.
—¿Cuál es el afán para que te borre la memoria? —me preguntó y automáticamente él contestó una de mis preguntas.
Él tenia solo unos pocos años de ser convertido. Si no, sabría una de los tantas reglas que ha puesto el consejo vampírico. Los humanos no tienen que tener conocimiento de los vampiros y cómo yo soy más humana, tiene que borrar de mi mente, este encuentro con él.
—Tal parecé que alguien ha tomado a la ligera su transformación —le dije burlona y él suspiró.
—¿A que te refieres? —me preguntó.
—Cuando un humano descubre a un vampiro, este tiene que borrar sus recuerdos, es la Regla número dos —le digo sonriendo, él me mira con el ceño fruncido.
—¿Cómo lo sabés? ¿Y cuál es la primer Regla?
—Hay tantas cosas que no sabes y la primer Regla es, Jamás traiciones a tu señor —le dije y él me miro sorprendido —Bueno, la clase término, así qué a borrar memoria se ha dicho —le dije y él asintió riendo.
Se acercó a mi, mientras sus ojos cambiaban, tomo mi rostro entre sus manos y me hizo mirarlo mas de cerca.
—Pensarás que este encuentro fue un sueño, seguirás con tu vida normal y no me recordarás, ahora duerme.
Sentí el cansancio apoderarse de mi, haciéndole cerrar los ojos.
"Mi pulso comenzó a acelerarse, apreté la hoja con todas mis fuerzas, sentía que iba a explotar.
«Él se fue.»
«La prefiere a ella»
«Sólo te utilizó »
—¡¡NO!! —grite harta de esas voces y le di una patada a la puerta, rompiéndola por completo —¡¿Por qué se fue?! ¡Yo lo tenía todo planeado ya! ¡Maldita sea! —gritaba mientras las lágrimas caían por mi rostro, él no podía hacerme algo así, no podía.
—¡Vanessa controlate! ¡Éstas asustando a tus hermanas —grito un chico y otra chica se las llevó.
—Esto no se quedará así, no dejaré que ella se salga con la suya, ella no se quedará con él, por que él es mio ¡Él es mio! ¡Y ni ella ni nadie toma lo que es mío! —grite enojada mientras ese chico trataba de calmarme."
Abrí los ojos de a golpe, estaba en el suelo de la cafetería, al parecer poder de Alan no servía de mucho en mi. Salí de la escuela y comencé a caminar hacia mi casa. La noche era fría, podía sentir la presencia de un Demonio, llegué al bar de mi tío y tome unas cosas mías y volví a salir.
Tenia la sensación que me seguían, pero no entre en pánico. Con lo poco que podía hacer llame a la oscuridad, está me cubrió y absorbió mi esencia. Me desvíe sin mirar atrás, sabia que no podía verme y no me seguiría a casa.
Al llegar a casa, subí a mi habitación sin que nadie se diera cuenta. Le mande un mensaje a James y quedamos en vernos en cuanto amaneciera y ya estemos desocupados. Revise mis redes sociales, conteste varios mensajes antes de dormirme.
En cuanto volví a abrir mis ojos, agradecí que fuera sábado, no tenía sueño pero no me quería levantar. Las gemelas se fueron a su clase de defensa personal y mis padres a trabajar, por lo tanto estaba sola en casa. Mi celular sonó haciéndome maldecir, sabia que era James el que estaba llamando.
—No pienso salir de mi maldita casa —le dije en cuanto contesté, el río.
—Estoy afuera de tu casa —dijo y bufé.
—Entra, estoy en mi habitación.
Con eso colgué y me deje caer en la cama, lo escuché abrir la puerta principal, unos minutos después estaba abriendo la puerta, dejo su mochila en el suelo y se subió a mi cama, se acostó a mi lado. Pasamos varios minutos en completo silencio, incluso llegue a pensar que se había quedado dormido.
—¿Éstas dormido? —le pregunte en susurro.
—No —me contestó de la misma manera.
Me levante y me senté en la cama y el hizo lo mismo.
—¿Qué paso anoche? —me preguntó haciéndome suspirar.
Muy a mi pesar, comencé a contarle las cosas, pero solo las cosas básicas, no le dije su nombre, ni nada de eso. No quería que James supiera de él, lo pondría en peligro y no era lo que quería.
Él al parecer quedo satisfecho con todo lo que le dije y ya no insistió más.
—¿Vamos al parqué? —me preguntó y bufé.
—No inventes, no quiero salir —le digo mientras me dejó caer aun lado, cayendo sobre él.
Él solo río y me dio un beso en la frente.
#1144 en Fantasía
#191 en Magia
#699 en Personajes sobrenaturales
demonios y romance, vampiros y demonios, demonios amor y muerte
Editado: 21.06.2025