La apuesta perfecta

Capítulo 22

Leire's POV.

Suspiro, perfecto estaba atrapada en la cueva con el estupido de Valerio, y no me puedo ir por la maldita tormenta.

Volví a verlo a los ojos. ¿Por qué? ¿Cuando empezó a verme con ojos diferentes? No indiferente, si no más amable. Por más que odiaba aceptarlo, su mirada había cambiado por completo desde aquella noche, ya no me veía como una burla, sus ojos me veían bien.
¿Por qué?

—Realmente —Por más que lo dijera, quería que todo esto fuera una mentira, quería que se esfumara de una buena vez por todas—, ¿Por qué viniste?

Estaba harta, de que me estuviera siguiendo, quería algo y no sabia que era, todavía no puedo confiar en él. Todavía no, hasta no saber que es lo que realmente quiere, simplemente no puede decidir de una día para otro, tengo sentimientos y quiero compartirlos con la chica a la que le hacen burla y yo también le hago, si claro quiero compartir mis sentimientos con Leire, claro que no, eso no pasa, entonces ¿Que es lo que realmente quiere Valerio?

Pero aún así, su mirada ha cambiado por completo, me ve diferente. Y eso no está nada bien. No me agrada en lo más mínimo.
Quiero que desaparezca.

—Pues como te dije vine a verte, a ver como estabas, a platicar un rato —Y tampoco se veía un Valerio nervioso tan seguido.

¿Por que? ¿Por que estaba nervioso? ¿Acaso fingía para que yo bajara mi guardia? No iba a caer. No caeré.

No entiendo, realmente no lo entiendo, ¿Por qué quiere platicar conmigo? ¿Por que yo?

Suspiro... Él no se iba a ir si se lo pedía, así que decidí ir por una manta, siempre cargaba una en mi mochila (Solo cuando venía a la playa) y la puse sobre la arena, y por suerte siempre cargo con dos lamparas que suelen iluminar casi toda la cueva, estoy tan acostumbrada a venir aquí, que suelo quedarme tarde, así que un día decidí comprarme lámparas con un de largo alcance de luz, por la noche la vista se ve espectacular.

Mi espacio, mi lugar. Y el lo está invadiendo.

Estaba harta de todo este espectáculo, tenía que sacarle respuestas, o por lo menos quería ver cómo respondía con una plática por así decirlo normal.

Quería respuestas. Y veía si podría conseguirlas.

—¿Quieres platicar? Ven siéntate —Se sorprende.

Es una de las pocas veces que pienso conversar con él, y solo porque como quien dice estamos atrapados en una cueva.

Y para ver si obtengo algo que me diga que es lo que realmente quiere, el por que se está portando tan bien conmigo, cuando nunca lo hizo en su vida.

Se siente enfrente de mi, y parece animado. Y eso me molesta.

—Ya sabes varias cosas de mi, ¿Qué más quieres saber? —Le cuestiono.

Porque es cierto, no es como que mi vida sea muy interesante. Porque eso es lo que soy Leire Pond la chica mejor conocida como la Patosa, no soy interesante, ni mucho menos especial. Soy una chica más entre el montón. 

—¿Tu color favorito? —Pregunta fácil, eso facilita un poco esto.

Por lo menos empezamos con cosas fáciles.

—Amarillo —Sonrió un poco.

—Fecha de cumpleaños.

—19 de mayo.

—Tu mayor miedo.

Abrí mi boca pero de ella no salió nada, tenía un miedo grande hace poco más de una año y mi miedo se cumplió. Valerio se dio cuenta de hace rato que algo mas me había pasado, por eso era fría, lo negué, pero hay algo mas, no quiero contárselo, así que decido inventar algo, mitad mentira mitad cierto.

—Miedo a creer.

Abre un poco sus ojos.

—¿A creer? —Si, es un miedo absurdo, pero todo mundo tiene este tipo de miedos.

—Si. Sigue con las preguntas, no pienso dar explicaciones a lo que respondo —No me gusta mucho dar explicaciones.

No soy una chica que le guste darlas, y menos se las daré a un chico como él. Todavía no me fío de Valerio. Y no creo que lo vaya a hacer para ser honesta.

—Comida favorita.

—Helado —Se que no es comida, pero me la pasó comiendo helado como si lo fuera.

—Pero eso no es comida.

—Dije que no pensaba dar explicaciones.

Suspiro, esto iba medio rápido y fluido.

—Esta bien —Veo que rueda los ojos con diversión—. ¿Te gusta alguien?

Trago saliva, no me gusta hablar de este tema, cuando escucho la palabra gustar alguien, siento que me rompo.

—No, es una pregunta absurda Valerio. Por el amor de Dios.

—Dudaste al responder. Te gusta alguien verdad —Levanta sus cejas—, soy yo ¿Verdad? —Y no para de levantar sus cejas una y otra vez.

Por este tipo de comentarios es por los que no creo en Valerio, porque quiere tratar de coquetear, pero conmigo no funciona eso.
Si realmente quiere tratar de coquetear conmigo tendrá que buscar una nueva forma de hacerlo. Pero que no coneguira.

—Idiota —Ruedo los ojos—. No me gusta nadie y punto. Siguiente pregunta.

Agacho mi cabeza, no me gusta recordar cosas con este tipo de asunto. Se me caen mis lentes y Valerio los toma y los regresa a su lugar, lo observo de reojo... Su mirada ha cambiado, algo en él ha cambiado que no logro entender del todo, pero no se lo digo y probablemente jamás se lo dire, y conociéndolo tal vez no se ha dado cuenta de que ha tenido un cambio. A pesar de que sus ojos me ven de diferente forma... Valerio siempre será Valerio y no puedes confiar en él.




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