La apuesta perfecta

Capítulo 24

Desperté en un estado muy ansioso, algo en mi estaba ansioso demasiado para mi gusto, algo en mi empezaba a temblar, no se que significaba.
Así que me paro de mi cama y empiezo a caminar por todo mi cuarto. ¿Que demonios era lo que sucedía? ¿Por que me sentía de una manera muy... hiperactivo y ansioso?
No puedo dejar de dar vueltas y sigo sintiéndome igual... No baja esta ansiedad extraña, ¿Algo me habrá caído mal? ¿Algo que comí o bebí?
Pero no era una clase de dolor, era una sensación muy... Rara... Una vez leí sobre esto... Pero creo que no le puse mucha atención. No parecía llevarse conmigo ese artículo y lo dejé de leer.

Decido bajar aprisa a la cocina, esperando encontrarme con mi madre. Y si, ahí se encuentra desayunando un pan con su café.

Ella levanta la cabeza y ve que me encuentro algo... Alterado por así decirlo.

—¿Sucede algo Eliot? —Trago saliva.

¿Por qué bajé?
Necesitaba hablar con alguien y Eduardo no era la mejor opción en estos momentos.

—Mamá —Suspiro, mientras muevo con ansias mi pierna izquierda—. No me siento bien.

Ella se levanta a toda prisa y va a tocarme la frente, y el cuello, la veo fruncir el ceño.

—¿Qué es lo que sientes?

Abro la boca, pero no se como empezar... ¡Ni si quiera yo se lo que yo siento! Simplemente se que algo no está en su lugar.

—Bueno... un poco mareado —Empiezo diciendo, mientras continuó pensando en mis síntomas—. Me siento ansioso, algo en mi estomago se siente raro... Muy raro... Pero no me duele.

—¿Por qué sonríes? —Ella frunce el ceño.

—Yo no estoy sonriendo... —Me llevó la mano a mi boca—, ¿Por qué estoy sonriendo?

Ahora parezco un loco, enfermo que no sabe lo que sucede. Y ante eso sonrió. ¿Por qué?

—¡No se dímelo tú! —Me reclama mi madre, se vuelve a acercar a mi y me sostiene con ambas manos mi cara, mientras me inspecciona—. ¿Sientes un cosquilleo en tu estómago?

Me detengo a pensar sobre esa sensación que tuve hace rato.

—Algo así —Creo que si lo era—, y muy ansioso... Como si algo pasara, pero nada pasa.

Me golpea la cabeza y yo quedo en shock ante esto.
¿Por qué demonios me acaba de golpear mi mamá sin haber hecho nada malo?

—Tonto —Susurra mi madre—. Ni si quiera sabes lo que tienes.

Empieza a reír, y regresa a su lugar donde se estaba comiendo su pan y tomando su café.

¿Que demonios?
¿A que se refiere con que ni si quiera sé lo que tengo?

—¿De que hablas? —Le preguntó.

—En serio, no sabes lo que tienes Eliot —Vuelve a reír, aquello no fue una pregunta fue una afirmación—. Ya veremos si pronto lo descubres.

Vuelvo a subir pensando en aquello.

Nada.

Nada.

Y más nada.

No se que demonios tengo.

Tengo un mensaje de Eduardo, lo leo.

Río un poco, antier fui a la playa, y otra vez voy a ir. Le envío un mensaje a Leire.

WHATSAAP. CHAT LEIRE P.

ELIOT: Fiesta hoy en la playa, te recojo a las 8:30.

LEIRE P.: ¿Y quien dijo que yo quería ir otra vez a una fiesta?

ELIOT: Ya decidí por ti, nos vemos en tu casa.

LEIRE P.: ¿Y si digo que no?

ELIOT: Voy a estar afuera de tu casa hasta que salgas, nos vemos al rato, Cariño.

LEIRE P.:Tu no tienes derecho de decidir por mi.

VISTO A LAS 11:57.

ULTIMA CONEXION DE ELIOT A LAS 12:02

LEIRE P.: ¡Oye! No puedes hacer eso e irte, ¡Eliot!, deja de hacer esto, de una vez. Estoy cansándome.

LEIRE P.: ¡¡¡Eliot!!! Ash no me queda de otra, te conozco, pff... no entiendo como haces para que no me quede de otra.

LEIRE P.: Te Odio, y te odiaré esta noche, si ya lo hago lo haré más.

Recibía mensajes de Leire, pero no me importa no contestarlos, porque sabia que me iba a reclamar.

Veamos, tengo unas cuantas horas para hacer algo.
Voy a ponerme un short, playera sin manga rayada de colores azules. Al rato me cambio de nuevo.
Tomo mi patineta y me voy a dar una vuelta. Pero antes de salir mi mamá me detiene.

—¿Por qué sigues tan feliz? —Me pregunta ella con una gran sonrisa, no había notado que traía otra vez una sonrisa—. ¿Ya sabes que es lo que tiene?

¿En serio estaba sonriendo? ¿De nuevo? ¿Por que?
Y no, no entendía porque insistía mucho en esto.

—¿Qué no puedo estar feliz sin ninguna razón? —Le pregunto sarcásticamente.

—Si, pero de esa manera que sonríes, se que es lo que te pasa —Pero vuelve a reír—. Y tu todavía no sabes qué te está sucediendo.

Mi mamá tiene un detector de cuando algo esta pasando con vida, para bien, siempre ha sido así. Pero... aún así no se de que se trataba, y según eso ella ya sabía que era lo que ocurría conmigo.




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