La apuesta perfecta

Capítulo 50

—Eres un idiota  —Esa oración la empezaba a escuchar mucho por parte de mi amigo—. ¿Como la dejas con alguien? Se supone que tu eres él que debería de estar coqueteando con ella.

—Estoy trabajando en ello —Le digo, ya que yo ya tenía mi plan.

Pero... Aún así teniendo mi plan, me gustaba verla con alguien más. Después de esto no volvería a hacer una tontería que implicaba que tuviera que hablar con algún chico en algún bar.

—Yo no te veo trabajando en ello.

—Ya lo verás, ¿Okey? —Él se encoge de hombros mientras continúa platicando con su prima.

Solo espero que funcione esto.

Tracy me observa cada par de segundos. No me ha vuelto a hablar desde hace rato, pero se dedica a observar todos mis movimientos, como si en algún instante quisiera escapar de ella, y lo estoy pensando seriamente si me sigue viendo como si fuera de su propiedad, no soy propiedad de nadie.
Entonces lo comprendo, cuando dejé de prestarles atención empezaron a sacar su lado posesivo. Porque está más que claro que a nadie le gusta perder su juguete. Y eso eran yo para ellas. Apenas lo había entendido.

Pero yo no era de nadie.

Me acerco con Leire y el chico que no tengo idea de como se llame, pero imaginemos que se llama Bob. El punto es que él no se ha apartado de ella desde hace rato y eso me pone muy nervioso. Tal vez si arruine un poco esto, pero solo un poco.

Llego con ella.

—¡Hey amigo! —Le empiezo a decir— Leire te voy a robar un par de segundos de tu nuevo amigo...

Dejo la frase incompleta, ya que no conozco el nombre del chico cuyo apodo le puse Bob.

—German —Dice él — Si no te preocupes, siempre y cuando me la regreses.

Yo asiento, pero en cuanto lo dijo sentí algo raro dentro de mi.

No se la voy a regresar, ni en sus sueños.

Ella se para y se acerca a mi.

—No me agrada Bob

—Se llama German —Para mi seguirá siendo Bob—, y si no recuerdo tu eras quien me lo presento.

—No te creas, si me agrada Bob, yo solo venia a asegurarme que todo estuviera bien —Sueno algo bipolar honestamente.

—German, su nombre es German.

—Si como digas —Para mi siempre será Bob, pienso.

—Si todo va bien, solo que esperaba que pasaras un rato más conmigo —Sonrío ante eso, ambos sabíamos que ella realmente se estaba acostumbrando a mi—, ya sabes como amigos, pero te la pasas con la prima de Ed. Y yo... Bueno olvídalo.

Realmente no entiendo a las mujeres, primero se quejan de que no le ponemos atención y después de que lo olvidemos como si nada hubiera pasado, en serio no las entiendo y me empiezo a desesperar a veces por eso. Pero ahora mismo están entendiendo todo, así que por eso no me quejo. Las cosas iban de a cuerdo a mi plan.

—Como quieras, yo voy a estar por allá con Tracy, porque por lo que veo Ed ya fue a ligar con alguien, así que... —Pongo mi mejor sonrisa—. Si necesitas algo voy a estar con Tracy.

Ella asiente, pero en sus ojos hay distracción, más bien estos parecen algo nervioso.

Regreso a mi asiento.

—De nuevo solos — Me dice Tracy con tono de seducción, mientras ruedo los ojos, ella no se da cuenta. 

—Si, que alegría —Le digo realmente sarcástico.

—Eliot, ¿Ya me dirás que ocurre contigo?, digo... Es solo que... —Ya parece Dafne, estoy harto de tener Dafnes en mi vida—. Ya sabes siempre que nos vemos, pues ya sabes.

—No, no se de que hablas —Le digo mientras volteo a ver a Leire disimuladamente, y la veo, observándome—. Dime.

Todo va a lo planeado... Supongo...

—Pues... Que siempre nos besamos o pasa algo, ya sabes, pero hoy creo que no quieres, y eso es raro en ti, te noto distante conmigo —Hace una pausa—. ¿Te sientes bien Eliot? ¿Hice algo mal?

Sonrío, y ella también lo hace.

—Si, lo siento, últimamente he estado muy distraído —Miento—. Perdóname.

Ella vuelve a sonreír.

—Entonces... —Su voz y ojos de ilusión regresan—. ¿Todo bien?

—Si Tracy, todo bien —Vuelvo a ver a Leire, disimuladamente, y tal cual como hace rato, me sigue observando mientras le sonríe a Bob y asiente a lo que le dice—. Pero que decías de eso de besarnos.

Se le ilumina la cara al instante, tomo uno de sus mechones del cabello, y puedo ver que se ruboriza, le sonrió.

Me acerco lentamente a ella, ella cierra sus ojos, pero como dije antes, yo no lo hago cuando suelo besar a las chicas.

Todavía no llego a ella, pero estoy apunto de hacerlo. Lo hago todo despacio.

Estoy a milímetros de tocar sus labios, y sin más ella se separa antes de poder llegar a besarnos, la observo sorprendida, bueno muy sorprendida y con el vestido mojado.

Ella no entiende lo que está pasando al igual que yo.
Pero entonces veo a Leire enfrente de mi con los ojos muy abiertos y con una mano sosteniendo su vaso que por lo visto está vacío y con la otra mano tapándose la boca, como si estuviera sorprendida.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.