La apuesta perfecta

Capítulo 56

—Alison, ¿Qué ocurre? —Le pregunto a la pequeña Aly, que se ve triste.

La estoy llevando a la biblioteca.
Domingo... Otro domingo llevando a Aly... Como soy el mejor primo del mundo y no es porque quiera ver a la cuenta cuentos ni nada de eso. Uff claro que no.

Y no es que esté nervioso. ¿Nervioso yo? Ni en mis sueños. Más bien me siento un poco ansioso por verla, y solo un poco. Claro.

—Nada —Dice con un tono que no se si se tomaría que esta enojada o triste.

Probablemente se sienta de ambas maneras, enojada y triste. Y eso provoca que me de curiosidad de saber que es lo qué pasa en el pequeño mundo de Alison.

—Puedes decírmelo —Lo más probable es que no quiera decirlo.

—No quiero hablar —Como dije.

—Esta bien —Era muy, pero muy raro cuando veía a Alison en esa situación—. Si tu quieres cuando te sientas mejor puedes contármelo.

Estamos todo el camino callados, realmente no entiendo que le sucede. Ella nunca está triste o enojada, o las dos cosas al mismo tiempo. Siempre tiene un ánimo de maravilla, pero hoy no.

No se que le habrá pasado.

—Llegamos —Le informo, pero sabía muy bien que ella ya estaba al pendiente de eso.

Ella simplemente se baja y se encamina a la entrada de la biblioteca, yo cierro el auto y entro a la biblioteca.

Alison se va a jugar con niñas, y ahora no con Matias, eso es extraño.

Me quedo a escuchar el cuento de hoy, "El patito feo" empieza a narrar Leire.

Me gusta escucharla, la verdad, es un momento cuando estamos cerca pero no me importa que no me esté prestando atención, que lo único que le importa es mantener la emoción del cuento para los niños y solo para ellos.

Cuando lo termina me acerco a ella, y le sonrió, observó cómo se muerde su labio, está nerviosa.

—Hola, Cariño —Ella rueda sus ojos, pero aún así sonríe de lado por un segundo.

Se que sigue odiando que la llame "Cariño", pero me gusta como suena.

—Hola, Eliot —Sigue con la sonrisa, hasta que Matias llega, parece algo triste—. ¿Qué ocurre Matt?

—Alison me odia y no se porque —Dice realmente triste.

Demonios, sabía que algo traía.

Pero ¿Realmente se había enojado con Matías?
¿O que era lo que le ocurría?
Seguía diciendo que Alison no se suele comportar de esta forma. Supongo que algo había sucedido.

—No creo que te odie —Le digo mientras me agacho para quedar a la misma altura que él, es cierto—. ¿Por qué dices eso?

—Ella me lo dijo. Dijo "Te odio porque todos ustedes son iguales. " —Me quedo congelado, ¿En serio ella dijo algo así?

Leire ríe por eso.

—¿Iguales en que? —Creo que ninguno de los dos comprendíamos muy bien a que se refería ella.

—No lo sé —Como dije, ninguno de los dos—, llegó conmigo y me dijo eso.

—Espera un segundo —Volteo a ver dónde está Alison—, deja voy y hablo con ella.

Me encamino a donde está jugando.
Anda muy rara como si estuviera enojada, pero enojada con los hombres y niños claramente.

La veo jugando con unas niñas y me siento a lado de ella.

—Alison... —Trato de llamar su atención, pero no se digna a verme—. Cuéntame ¿Qué ocurre contigo? No quieres hablar conmigo, y resulta que odias a Matias.

Ella suspira como si mi pregunta tuviera la respuesta más fácil y obvia del mundo, al igual que es un fastidio responderla.

—Todos ustedes son iguales —Suspiro, Matías me dijo lo mismo.

Pero me sorprende más que ella lo diga, por la edad que tiene.

—Si, ya escuche a Matias decir eso —Trato de sonar lo más tranquilo posible—. Ahora cuéntame. ¿Por qué lo dices? Y ¿Por qué piensas eso?

Ella agacha la cabeza.
Después niega con esta.
¿Qué era lo que realmente ocurría?

—No quiero hablar Eliot —Después levanta su cabeza con el sueño fruncido.

Se escuchaba muy seria, como si ya no fuera una niña.

Ahora yo suspiro.

—Esta bien Alison —Le digo mientras me levanto y regresó con Leire.

Matias regresa a jugar con otros niños.

—¿Qué es lo que tiene? —Pregunta ella entre risas.

—No lo sé, me dijo lo mismo que a Matias. No quiere hablar conmigo sobre lo que tiene.

—Déjame platicar con ella. Tal vez a mí me lo quiera contar —Pueda que si.

Me encojo de hombros.

—Tal vez. Ella te adora —Y es cierto eso.

Leire va a platicar con Alison, a ver si consigue algo. Porque conmigo no quiso decir nada, y eso es extraño porque Alison siempre me quiere contar todo, realmente todo.

Espero unos minutos antes de que Leire regrese.

Cuando lo hace, tiene una cara de disgusto.

—¿Te lo dijo? —Ella asiente, pero no dice nada—. Entonces... ¿Qué es lo que le ocurre?




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