La apuesta perfecta

Capítulo 57

—Eduardo, ¿Qué demonios haces? —Le pregunto mientras río.

—Me pongo guapo —Me responde como si eso fuera lo más lógico del mundo.

Y lo más probable es que para su mundo, esa respuesta es la más lógica.

—¿Guapo? —Continuó riendo, porque es gracioso verlo acomodarse la camisa un millón de veces, al igual que su cabello y se pone perfume cada vez que salimos de alguna clase—. ¿Para qué? O mejor dicho ¿Para quién?

—Para la futura acompañante de este galán.

—¿Galán? Amigo... —Niego con la cabeza—. Eres pésimo para esto. Ya ríndete.

—Lo sé —Suspira mientras se golpea la cabeza contra el casillero—. Pero la verdad es que no quiero ir solo al baile de graduación y simplemente faltan tres semanas.

—¿Tres semanas? ¿Que demonios?, han pasado tan rápido estas semanas —¿Tres jodidas semanas?

Eso sólo significa una cosa.
Me estoy quedando sin tiempo.

—Ni que lo digas, Dafne todavía ni me hace caso, le pedí que fuera conmigo al baile y lo que me dijo fue: "Serias el último chico con el que iría en el mundo", y lo más estúpido de mi parte fue responderle un: "Perfecto, gracias por tu consideración Dafne" —Gruñe—. Soy un completo idiota.

Sigo riendo, Ed es un completo desastre para estos asuntos sobre las chicas.
Para todo yo creo. Y más si hablamos de Dafne. No entiendo porque sigue yendo tras ella, si ella jamás le hará caso.

—¿Por qué estás tan obsesionado con Dafne? Se me hace tan gracioso todo el asunto ya que todo mundo tiene algo con lo que está obsesionado. Tú estás obsesionado con Dafne y ella está obsesionada conmigo. ¡Esto es una jodida cadena sin fin! —Le gritó sin intenciones de hacerlo.

—¡No estoy obsesionado con ella! —Lo veo feo, porque sabemos que si lo está—. Simplemente es ardiente.

—Si tú lo dices —Fingiré que le creo.

Caminamos a la clase de "Idiomas".

—Lo que no entiendo es porque te arreglas. Pareces un completo tonto —Es cierto.

—Para ver si alguien que no sea Dafne acepta ir conmigo al baile.

Río por eso, me da mucha risa lo que hace para conseguir a alguien para el baile.

—¿Encontraste algo?

—No —Parece triste—, todas me dicen que no.

—¿A quién le has preguntado?

Él no me responde, parece como si estuviera pensando.
La clase comienza y el profesor empieza a hablar, pero Idiomas no es mi clase favorita, al igual que historia, historia es bueno para dormir, matemáticas tampoco es de mis clases favoritas.

Ed me pasa un pedazo de papel.
En donde tiene varios nombres escritos.
Leo el pedazo de papel con la lista de chicas que al parecer Ed les ha preguntado ser su acompañante del baile.

1-Ashley M. -NO
2-Perla C.   -NO
3-Kelly S.   -NO
4-Adelaila S.-NO
5-Eveling R. -NO
6-Alecia S.  -NO
7-Leah G.     -NO
8-Marlen Z. -NO
9-Clara K.  -NO

-"Todas ellas me dijeron que no".

Me empiezo a reír porque todas estas chicas se podrían considerar las chicas guapas o agradables para la vista de un chico.

Ed me ve con mala cara.
Le envío una nota, ya que este profesor realmente se enoja si alguien habla en clases.

"Te rechazaron por mi.
¿Qué acaso ya se te olvidó?
Eres mi amigo y ellas lo saben
¿Se te olvido que jugué con ellas?
Por eso te dijeron que no, porque piensan que vas a ser igual.
Lo siento. Hahaha"
-E.V.

Le pasó la nota y frunce su ceño.
Me responde la nota.

"Eres un imbécil, ya se me hacía raro
Que varias md dijeran que no de una forma muy agresiva.
¿Por qué tenías que lastimar los
sentimientos de todas las guapas?
Ahora tendrás que arreglar esto.
Porque yo no quiero ir solo al jodido baile de graduación."
-Ed.

Suspiro, ahora le tendré que buscar alguna cita.
Perfecto.
Fantástico.
Como si fuera algo que quisiera hacer. Ni si quiera yo tenía cita.

"Está bien, empiezo a buscar.
En la salida."
-E.V.

Él asiente feliz.

Me quedo dormido.

Cuando despierto es momento de actuar.
Pero no sale como lo tenía planeado.

–¿Entonces qué opinas? —Le preguntó algo nervioso. 

—No y eres un idiota por venir y preguntarme eso —Suspiro.

—Esta bien, nos vemos en Química —Le digo con una gran sonrisa y ella rueda sus ojos.

—Ni compartimos clase Eliot —Sonrió de lado ante eso.

Me encojo de hombros. Y me voy.

Numero once dice que no.
Mmm... ¿Quién más queda?
Camino sin ver hacia dónde, ya que estoy pensando.

¿Quién no me odiaría tanto como para pedirle el favor de que sea la acompañante de Eduardo para el baile de graduación?
¿Quién?

Y sin darme cuenta choco con alguien.

—¿Qué acaso...? —Empieza a decir la persona con la que choco pero se detiene en seco, levantó mi cabeza y veo quién es, río por eso—. Sabes que ya no tienes que chocar conmigo para llamar la atención. ¿Si lo sabías no?




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