La apuesta perfecta

Capítulo 59

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CHAT LEIRE P. 
 

ELIOT: ¿Quieres ir a comer?

 

LEIRE P.: Acabo de desayunar.
 

ELIOT: Obviamente no ahorita, hasta que salgamos de las clases obviamente.
 

LEIRE P.: Eliot no entiendo, ¿De dónde sacas el dinero?

 

ELIOT: De mi papá Miguel que odio. Me da dinero en falta de su ausencia y mentira.

 

LEIRE P.: Okey... ¿A dónde iríamos?
 

ELIOT: ¿Entonces eso es un si?
 

LEIRE P.: Pues si, no tengo nada más que hacer.
 

ELIOT: ¿Gracias? Acaso ¿no vas a ir de compras o hacer algo?
 

LEIRE P.: No, ¿Por?

 

ELIOT: Aaah... no más, es solo que últimamente tienes que ir a comprar cosas e ir a hacer algo.

 

LEIRE P.: Estoy libre. Ya no tengo nada más  que hacer.

 

ELIOT: Okey. ¿Y qué haces?
 

LEIRE P.: Como que ¿Qué hago? Estoy en clases tonto.

 

ELIOT: Hey lastimas mis feelings. :( uno queriendo sacar platica y otro que lastima feelings. Te pasas has roto mi gran corazón de pollo.
 

LEIRE P.: Que dramático Valerio. De hecho casi me descubren que estoy texteando contigo.

 

ELIOT: ¿Con que profesor tienes clase?

 

LEIRE P.: La Señorita Reynoso.
 

ELIOT: No juegues Leire, yo si fuera tu guardaba tu celular ahora mismo, ella siempre te ve solo espera la oportunidad para quitarte tu celular cuando menos te lo esperes.

 

LEIRE P.: No creo que me lo quite, como te dije no me ha vistehbdk.

 

ELIOT: ¿Qué significa lo último?

 

LEIRE P.: Señor Valerio, deje de estar enviando mensajitos a la señorita Pond, es de muy mal gusto enviar mensajes a mitad de la clase y póngase a estudiar.

 

ELIOT: No prometo nada Señorita Reynoso. Saludos para la clase!!! Por cierto debería fijarse en la gran mancha que tiene su falda por la parte de atrás, si le soy sincero es muy grande y notoria. :)))))))) Chao y suerte con su mancha.
 

|(LEIRE P. Última conexión a las 11:58 A.M)|.
 

Estoy esperando en la salida del instituto.

No la veo aparecer.

Pero si veo a el horror de mis pesadillas.

 

Me volteo disimuladamente.

 

—¡Eliot! ¿Cómo has estado? —Me pregunta con su voz chillona—, ¿Vas a ir a la fiesta de mañana?

Me volteo para verla, ya me habló no la podré ignorar por mucho.

 

—Hola Dafne tiempo sin vernos —Le sonrió forzadamente mientras ruedo mis ojos—. ¿Fiesta? ¿En dónde?

 

Por alguna extraña razón, siempre que dicen fiesta quiero ir, no importa de quién pero siempre quiero ir.

Me gusta salir y mucho.
 

—De Savannah mi amiga, creí que Eduardo te había dicho, le dije después de rechazarlo para el baile. Pobre... él pensó que alguien como yo lo iba a aceptar, pero es obvio que no, porque tú y yo vamos a ir juntos —Pasa su mano por mi hombro y por reflejo doy un paso hacia atrás alejándome de ella.

 

—De hecho, yo ya tengo pareja, y si no tuviera serias la última chica con la que iría —Ella frunce su ceño, al parecer reconoció las palabras o mejor dicho sus palabras, eso le dijo a Eduardo cuando lo rechazó. 

 

Da un paso hacia mi, tratando de recuperar el espacio que se perdió.

 

—¿Quién es la chica? Si se podría saber —Pregunta con una pizca de euforia.

 

—Ya la conoces Dafne —Mientras se lo digo la veo a lo lejos, levanto una mano para que me vea y le sonrió, ella me ve y hace lo mismo que yo—. La chica que has ridiculizado por un par de años.

 

Ella se muerde el labio.
 

—¿Iras con la patosa? Eliot empieza a reaccionar, ella es... Ella es la patosa, la chica fea de lentes.
 

—Si, iré con ella. Y por si no lo recuerdas ya no usa lentes por tu culpa.

 

—¿A dónde irás? —Pregunta Leire cuando llega con nosotros.
 

—Le estaba diciendo a Dafne que ya tengo pareja para el baile —Le sonrió dulcemente—, que iré contigo al baile de graduación.
 

—Oh... Si, Dafne busca a alguien más —Ella frunce su ceño, después se voltea y empieza a caminar—. ¡Por cierto, Eduardo ya tiene pareja, por si querías saber! 
 

Los dos reímos.

Meses atrás ella le tendría miedo a enfrentarse con Dafne, pero creo que he hecho algo bueno por ella, darle confianza, estoy seguro de que fue for mi, porque todo empezó cuando le empece a dar apoyo, simplemente ocupaba a alguien que la escuchara y que le diera ánimos.
 

—¿Qué tanto me ves Valerio? —Su voz llama mi atención.
 

—Que eres hermosa —Ella rueda sus ojos.
 

—Ya deja a un lado lo cursi, no te va.
 

—¿Ah, no? Entonces ¿Qué me va?

 

—Llevarme a comer, eso sí te va.
 

—Pues vamos —Le sonrío mientras se lo digo.
 

Caminamos hasta mi auto. Dejamos las mochilas atrás y ella se dedica a buscar alguna canción.
 

—Gracias, la maestra me entrego el celular al instante y salió corriendo al baño, que por cierto tardo mucho, casi toda la clase que restaba. 
 

Río por eso.

 

—Ella y yo no nos llevamos muy bien que digamos —Le confieso—. Creo que ya me debía una, y esa mancha le tardará en salir créeme, me encargue de eso.

Ella asiente y empieza a reír.
 

Y vamos a comer a un lugar de pizza a la leña.




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