La apuesta perfecta

Capítulo 71

—Esa estrella me gusta —Le digo apuntando a una que brilla mucho.

Ella empieza a reír.

—¿De qué te ríes? —Le pregunto con el ceño fruncido.

—Esa no es una estrella, esa a la que tú llamas estrella es Júpiter —Dice como si fuera una sabelotodo, de hecho lo es—. Tonto.

Yo también río, yo soy el ignorante de los dos.

Después de eso nos quedamos contemplando las estrellas, junto al sonido de las olas.

—Me gusta el sonido —Confiesa ella con un tono de nostalgia—. Me gusta estar aquí, me gusta estar acostada en la playa en la noche, me gusta estar en este preciso momento contigo.

—A mí igual —Le doy un beso en su frente.

Hay un momento en el que ambos nos quedamos callados.

Pero pude observar que toda la tarde Leire ha estado muy nerviosa, le he preguntado por eso, pero me ha ignorado...

—Leire... —Empiezo a volver a tratar con el tema sobre su nerviosismo de todo el día.

—Ya se lo que dirás —Suspira Leire, parece triste pero aún así su tono de voz sigue sonando algo nervioso—, Eliot yo...

No continúa la frase, la deja incompleta, la deja en el aire... dudando sobre si continuar o no. No entiendo porque no me dice que es lo que sucede. 
Y no me gusta, su nerviosismo, su tristeza me preocupa, siento que algo no está bien.

—No sé cómo decírtelo... Esto es muy complicado para mí —Confiesa ella, mientras trata de evitar su contacto visual con el mío.

—Tu solo dímelo... —Trago saliva—. No creo que sea malo lo que me quieres decir.

No creo que sea algo del otro mundo. O eso espero. 
¿O sí será?
¿Que tal si realmente era algo malo?

—Eliot... Yo... Fui... —Pero de nuevo se detiene, dejando otra vez la frase en el aire, dudando sobre si decirla o no.

—Vamos dilo, no creo que sea tan malo —La aliento para que complete la frase—. Tu puedes, dime. Quiero saber porque todo el día has estado algo nerviosa.

Me siento para observarla, ella hace lo mismo y cierra sus ojos con mucha fuerza, y abre su boca. 

—Fui aceptada en la Universidad que mande solicitud para estudiar fotografía profesional —Suelta por fin.

Al instante no reacciono sobre su respuesta... Universidad... 
Fotografía... 
Ella...
Poco a poco empiezo a atar los cabos algo tarde. 
Pero no sabía si lo que pensaba era lo mismo que ella estaba pensando.

—Lo siento si no te lo dije antes, yo pensaba que no iba ser aceptada —Y fue ahí donde caí en la cuenta de que ella se iba.

—Te vas —Y fue la primera vez que me sentí vacío.

Esta fue la primera vez que me sentí incompleto como si fuera un extraño, me sentía raro... Sentía que todo mi cuerpo dolía, y no entendía porque.

—Pensaba que no me iban a aceptar, envíe algunos de mis trabajos, y al parecer les encantaron —Ella sonríe por eso, pero al instante se vuelve a poner triste—. Eliot... Me iré antes de que terminen las vacaciones.

Y con eso, ya no supe que responder. 
Se va. 
Me deja. 
Quién sabe por cuánto tiempo se vaya. Años quizás.

—Eliot... Entenderás que no puedo rechazar esta oportunidad —Es ahí cuando comprendo de que le tengo que responder.

—Lo entiendo —Digo con un ligero tono de voz un tanto roto—. No soy nadie para detenerte.

—No te equivoques Eliot, aunque suene estupido y cursi tú eres mi todo —Esas frase no sé si me alegra o me pone más triste de lo que ya me encuentro.

Soy su todo y ella es mi todo, eso era lo que éramos y seriamos. 
Pero ese todo no podía durar para siempre. 
¿O a caso sí?

—No puedo dejar que esta oportunidad pase —Vuelve a hablar.

Y la entiendo. Tampoco soy alguien que le impida cumplir sus sueños. No sería nadie para interponerme en su camino.

—Y yo no soy nadie para impedírtelo —Le digo triste—. Soy tu novio lo sé, pero... Yo sé que este es tu sueño, y yo no seré quien lo arruine.

Aunque fuéramos novios, aunque ella fuera la primera chica que realmente me gustara, la tengo que dejar ir. 
No puedo impedir que no cumpla su sueño solo por un capricho mío. Sería egoísta de mi parte.

—Eliot yo...

—Por favor ya no digas más... Solo... Lo hablamos después... Tengo que asimilar varias cosas en estos instantes —Le digo tristemente mientras cierro mis ojos.

—Lo entiendo —La escucho susurrar.

—Solo quiero seguir disfrutando este momento sin pensar en cuando y a dónde te irás —Le digo. 

No sé a dónde se irá o por cuánto tiempo se ira, pero no estoy dispuesto a que esto termine.

No me importa si lo nuestro se basará en una relación de larga distancia, yo sé que funcionaría, porque sé muy bien que tal vez la deje ir, pero que no estoy dispuesto a que lo nuestro se termine, solo porque ella se va a estudiar a no sé a dónde.

Ella se irá antes de vacaciones, lo que quiere decir es que ya no queda mucho tiempo, y eso me está asustando.

Apenas llevamos más de un mes de novios y ya casi se va, esto se está volviendo una tragedia para mí. 
Quisiera que el tiempo se detuviera y jamás avanzará, para que ella jamás se fuera. 
Pero sé que es algo injusto, aunque por más que lo desee, ella se tiene que ir.

Ese es lo malo de ir a la Universidad, muchos se quedan en la ciudad estudiando la universidad que hay aquí, o muy pocos se van, algunos regresan y otros jamás.

Y eso es de lo que realmente tengo miedo, de que se vaya y jamás regresé.

—Solo prométeme una cosa —Le digo.

—¿Que cosa?

—Que no importa dónde estés o donde yo esté, lo único que importara será lo que sentimos, porque yo sé que si tú te vas, yo seguiré sintiendo lo mismo por ti y solo será por ti. Así que prométeme que no importa dónde estemos seguiremos estando juntos de alguna forma —Le digo mientras abro mis ojos y pongo mi vista fija en ella.

Le sale una lágrima y empieza a asentir.




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