La apuesta perfecta

Epílogo (Parte 1)

Dos años después.

—¿Y qué tal ella? —Me pregunta mi mejor amigo Eduardo por enésima vez.

Lo perdone, al final de todo él siempre estuvo para mí en las buenas y en las malas.

Supongo que aunque hubo un momento en que lo odie mucho, hubo otro en el que ya no lo hacía.

—No me gusta —Le respondo secamente mientras le doy un trago a mi cerveza—. De hecho no entiendo qué hacemos en un bar. Hubiera preferido estar bebiendo en tu casa como de costumbre.

—¡Divertirnos! —Parece realmente emocionado—. ¿Qué más podríamos hacer en un bar?

Me pregunta cómo si estuviera estupido. Pero simplemente estoy cansado por la universidad.

—No se... Sabes que esto no es lo mío —Le respondo cansado mientras me encojo de hombros.

—Antes lo era —Responde enojado—, ¿Qué pasó con Eliot que salía a todas las fiestas y tomaba conmigo? ¿O el que se ligaba a cualquier chica? Extraño a ese Eliot, pero en cambio ahora solo tengo a un Eliot aburrido y que se la pasa estudiando.

—Así soy ahora Ed —Yo también le respondo enojado—.  Se esfumó hace más de un año, no entiendo cómo no te has acostumbrado al nuevo yo.

—Simplemente no puedo... No eres el mismo desde que... —Me dice dudando si seguir o no.

—¿Desde qué Ed? —Me molesta que siempre que quiera hablar de ella se detenga—. ¡Dilo!

—Desde que ella te abandonó —Me muerdo el labio muy fuerte.

Yo no lo tomo como abandono, yo lo tomaría más como buscar su camino.

—Desde entonces no sales casi —Continúa—. Has salido con muy pocas chicas desde que ella se fue.  Te cambio por completo y eso no me agrada.

—Acostúmbrate, porque así seguiré siendo —Le digo fríamente—. Ella es la única en mi vida. Y quién sabe que pueda pasar en un futuro, pero por el momento estoy bien así, solo.

—Y siempre lo será —Él pone sus ojos en blancos—. Si, si... Siempre lo dices. Pero... Mira a tu alrededor Eliot, ¿La ves por aquí?

Niego con la cabeza.

—¡Ves! Eso no te impide con que te ligues a alguien —Dice suspirando cansado—. Disfruta la vida hermano, las chicas vienen y van, tú mejor que nadie lo sabe. La chica a la que tanto querías se ha ido, te dejo, te abandonó en menos palabras. Ahora tienes que disfrutar la vida, habrá muchos años más para que te vuelvas a enamorar. Por ahora sal con chicas y relájate. Porque recuerda Eliot. Vida solo hay una y no es vida si no la disfrutas.

Me entretengo varios minutos tratando de asimilar sus palabras, se muy bien que no puedo pasármela toda la vida de amargado solo porque Leire se fue, eso lo tengo más que claro, pero... En estos instantes no tengo muchas ganas de estar ligando con chicas, de salir, me canse de eso, era lo único que hacía en preparatoria, y ya no quiero más.

Yo quiero algo estable, a lo mejor tenga razón Ed en que no conseguiré el amor de mi vida en estos años, pero busco algo estable, estoy harto de los momentos cortos, al inicio eran entretenidos porque buscaba tener adrenalina, pero estoy en universidad, lo cierto es que quiero algo estable.

—Por cierto —Sigue hablando Ed, pero ahora cambia su tono de voz por uno más serio y eso me sorprende—. Me enteré que Leire se comprometió.

—¿Qué? —Le grito muy sorprendido.

¿Comprometida? 
¿Leire?
Pero si a penas va a cumplir veintiuno, sigue estando muy joven para comprometerse.

—Lo que escuchaste Eliot —Repite—. E-L-L-A S-E C-O-M-P-R-O-M-E-T-I-O.  Me enteré hace poco por Román, coincidimos este semestre en una clase en la universidad, y a veces hablamos un poco.

"Ella se comprometió" 
Eso no puede suceder.

—No lo entiendo... No ha pasado mucho desde que se fue, no entiendo cómo se pudo haber comprometido tan rápido —Le digo. O más bien le reclamo.

Lo que no entendía era que si se había comprometido, como me había olvidado tan rápido de mi y eso era lo que más me dolía, si aquello que decía Ed era verdad... ¿Cómo me pudo olvidar tan rápido? Yo no la puedo superar y mientras tanto ella ya está comprometida.

Pero apenas tiene veinte años casi veintiuno... No lo entiendo.

—Ed... No lo entiendo —Le confieso a mi amigo —. Ella está estudiando, esa es la razón por la que decidió parar todo esto, y ahora resulta que está comprometida... Eso no tiene sentido.

—Bueno... Por lo que se, es por conveniencia —Me dice Ed—, creo que algo así me dijo Román, no estoy muy seguro.

—¿De conveniencia? —Ahora si que estoy confundido.

—Si, ya sabes, como en las películas, cuando a la familia le conviene fusionarse para agrandar la empresa, y la única forma, por así decirlo, es que se casen los hijos —Suena estupido—. Pero... Ahora no es una película, está pasando en la vida real.

—Esto no puede ser —Le digo desanimado, le doy un trago a mi cerveza y pido otra.

—Lo sé, Eliot. Ahí tienes una razón para superarla.

Y es ahí cuando caigo en la cuenta de que algo se me había escapado.

—Espera... ¿Por qué no me lo habías dicho antes? —Él abre su boca pero de ella no sale nada.

Parece nervioso... Es cierto si él lo sabía, ¿Por qué no me lo había contado?

—Ed... ¿Por qué demonios no me habías contado nada sobre este gigante asunto?

—Bueno... Eliot... Como podrás saber.... —Empieza a balbucear Ed, pero de su boca no sale una respuesta concreta.

—¿Entonces? —Le pregunto serio y enojado a la vez.

—Porque sabía que si te lo contaba ibas a mover mar y tierra para impedirlo, sabía que si te lo decía no lo podrías superar y estarías jodiendo de por vida.

—Entonces... ¿Por qué me lo cuentas ahora? —Hace mucho que no tenía impulsos tremendos de golpear a alguien, pero al parecen esos impulsos están regresando.

No puedo creer que me lo hubiera ocultado por completo...

—Porqué se va a casar mañana —Y sin más lo suelta.

—¿Qué? ¡Qué! —No puede estar pasando—, ¿Estás bromeando verdad? Dime que lo haces.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.