El éxito de @LaArepaMagica los catapultó a una nueva realidad: el mundo de los influencers. De pronto, sus teléfonos no paraban de sonar con invitaciones a eventos, colaboraciones con marcas y propuestas para aparecer en podcasts.
La primera gran invitación fue a un evento de lanzamiento de una nueva "línea de productos saludables" de un influencer muy famoso, conocido como "El Chef Fit", un hombre de 40 años que se tomaba fotos perfectas con sus batidos de proteínas.
"Nando, tenemos que ir", dijo Maru, emocionada, mientras se ponía un vestido que había comprado especialmente para la ocasión. "Este tipo tiene millones de seguidores. Es nuestra oportunidad de conectar con la gente grande".
Nando se sentía como un pulpo en un budare. Vestía un saco que le quedaba un poco apretado y tenía una cara de pánico que Maru encontró encantadora. "No sé, Maru. Esta gente no es como nosotros. ¿Qué hacemos si me preguntan sobre mi 'técnica de cocina'? ¿Les digo que el secreto es el desastre?"
Maru se rio. "Esa es la idea. Solo sé tú mismo".
Cuando llegaron al evento, la atmósfera era un contraste total con la vida de Nando y Maru. Todo era impecable. La gente se tomaba fotos con filtros perfectos, los batidos eran de colores que no parecían naturales y El Chef Fit, con un delantal inmaculado, hablaba de su filosofía de la "perfección culinaria".
El Chef Fit se acercó a ellos, con una sonrisa que no le llegaba a los ojos. "Así que ustedes son los chicos de la arepa rota. ¡Qué concepto tan... único!".
"Sí, Chef", dijo Nando, sintiéndose incómodo. "Es que... la realidad no siempre es perfecta".
El Chef Fit rió, pero su risa sonaba forzada. "Por supuesto. Pero mi comida, mis productos... eso es perfección. Todo está calculado para ser estético y saludable. No hay espacio para los errores".
Mientras El Chef Fit hablaba con los invitados, Maru lo observó. De pronto, se dio cuenta de algo. El delantal que llevaba El Chef Fit era el mismo que Maru había usado en su primer "Live" de Instagram, el que no sabía ni atarse. Y la "comida saludable" que servía en el evento era, en realidad, comida congelada calentada en el microondas y decorada con hierbas. Era todo un montaje.
Maru se inclinó hacia Nando y le susurró: "El Chef Fit es un farsante. Es un influencer de la vieja escuela. Todo es mentira".
Nando sonrió. "Ya lo sabía. Pero al menos, él no es el único que está en la industria de la falsedad".
La pareja se miró, y en ese momento, se dieron cuenta de lo lejos que habían llegado. Sus mentiras los habían unido, y ahora, su honestidad los estaba haciendo triunfar. No eran los "chefs" perfectos que el mundo quería, sino que eran dos personas reales, con sus desastres y sus imperfecciones, y se tenían el uno al otro.