La Arepa Mágica

Capítulo 15: La Arepa Mágica Contra El Imperio De Silicón

La invitación llegó por correo electrónico: un festival de comida nacional, "Sabor Caracas". Era el evento más grande del año para los amantes de la comida, con los chefs más renombrados de todo el país.
Nando y Maru se miraron con una mezcla de emoción y pánico. El festival era la oportunidad de sus vidas, pero también sabían quién más estaría allí.
Llegaron al evento, con su camión de comida brillando bajo el sol. "La Arepa Mágica" se veía pequeña al lado de los enormes stands de otros restaurantes, pero la fila de gente ya se extendía.
Caminaron por los pasillos, y ahí lo vieron: el stand del Chef Fit. Su letrero era tan grande que casi tapaba la entrada. El chef, con su sonrisa de plástico, vendía batidos de proteínas y barras de cereal que parecían sacadas de un catálogo de una revista.
El Chef Fit los vio y se acercó con una sonrisa falsa. "Mira quiénes están aquí. Los artistas de la 'arepa desastrosa'. Pensé que solo vendían comida en la calle".
"Y tú, Chef Fit", dijo Maru con una sonrisa, "pensé que solo vendías batidos de cartón".
El chef se puso pálido, pero mantuvo la compostura. "Mi marca es la perfección. La excelencia. A diferencia de tu comida, que es un... desastre".
"Exacto", dijo Nando. "Y nuestro desastre es más honesto que tu perfección falsa. Es más, hagamos un reto. Que el público decida. Tú con tus batidos perfectos, nosotros con nuestras arepas rotas".
El Chef Fit, envalentonado por la multitud que los observaba, aceptó.
El reto era simple: cada uno tenía que preparar un plato en 15 minutos, y la gente votaría por el mejor. El Chef Fit preparó un batido verde que parecía un pantano de la Guayana, y Nando y Maru se unieron para hacer una arepa.
La gente se amontonó alrededor de su stand. Nando amasaba la masa con una concentración que nunca había tenido. Maru, por su parte, cortaba los ingredientes. La arepa parecía perfecta, casi como la que Maru había fingido en sus fotos de Instagram.
Pero entonces, algo pasó. Nando, al voltear la arepa, no la partió. En lugar de un desastre, la arepa se cocinó perfectamente. La forma era redonda, y el queso estaba derretido.
"Nando, ¿qué hiciste?", susurró Maru, en pánico.
Nando la miró, sorprendido. "No sé... creo que... aprendí a hacer arepas".
La multitud estaba confundida. El "rey de la arepa rota" había hecho una arepa perfecta.
Maru, con una sonrisa, se acercó a la arepa y la partió a la mitad. "Amigos, el desastre es nuestra magia. Si la arepa se rompe, la reconstruimos. Si la vida nos da un desastre, lo hacemos arte". Con eso, Maru le entregó la mitad de la arepa a un cliente y le pidió que probara la delicia.
Cuando la gente probó la arepa de Nando, el sabor no era una farsa. La arepa, a pesar de estar partida, era una obra de arte. El Chef Fit se quedó con la boca abierta. Sus batidos tenían un sabor insípido, mientras que la arepa de Nando era un paraíso de sabores.
El público votó, y el resultado fue unánime: La Arepa Mágica era la ganadora. Nando y Maru no solo habían vencido al Chef Fit, sino que habían demostrado que la honestidad y la imperfección eran el camino al éxito.



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En el texto hay: humor, comida, romance y humor

Editado: 10.10.2025

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