La Arepa Mágica

Capítulo 17: La Propuesta Con Sabor A Arepa

Los meses pasaron y la vida de Nando y Maru se convirtió en un torbellino de amor y arepas. Su camión de comida era un éxito, su cuenta de Instagram seguía creciendo y su relación se fortalecía con cada nuevo desafío. La rutina de la cocina se había vuelto una danza de complicidad, llena de miradas, sonrisas y, de vez en cuando, de harina en la nariz.
Una noche, después de cerrar el camión, Nando le propuso a Maru una "cena especial". En lugar de ir a un restaurante de lujo, la llevó a la misma empanadería donde tuvieron su primera cita real. El lugar estaba lleno de gente, el olor a aceite y a queso era un recordatorio de sus inicios.
Se sentaron en la misma mesa de plástico, riendo al recordar la primera cita.
"Nando, esto es muy lindo", dijo Maru, con una sonrisa. "Volver al lugar donde todo empezó".
"Sí", dijo Nando. "Y es el lugar perfecto para... pedirte algo".
Maru sintió un nerviosismo agradable en el estómago.
Nando, con la cara más seria que le había visto, se inclinó un poco. "Maru, la primera vez que nos conocimos, te mentí. Te dije que era un 'deconstructor culinario' y que mis arepas eran arte. Y tú me mentiste a mí. Pero de todas las mentiras que hemos dicho, la más grande es que no te necesito. Te necesito. En la cocina, en la vida... en todo".
Sacó una caja pequeña de su bolsillo. No era una caja de joyería, era una caja de plástico de un supermercado, de esas en las que la gente guarda los envases de la comida. Maru lo miró, confundida.
Nando, con una sonrisa nerviosa, la abrió. Dentro no había un anillo, sino dos arepas pequeñas, perfectas. Una era de queso y la otra de carne.
"Maru", dijo Nando, "no sé hacer arepas perfectas, pero sé que contigo a mi lado, mi vida es perfecta. Maru, ¿quieres... ser mi socia de por vida? En el negocio... y en el amor".
Las lágrimas le rodaron por las mejillas a Maru. "Nando... no sé qué decir".
"Dime que sí, Maru", susurró Nando. "Dime que aceptas que mi vida sea tan desastrosa como mis arepas, pero tan deliciosa como nuestro amor".
Maru se rio entre lágrimas. "Sí, Nando. ¡Sí, quiero ser tu socia de por vida!".
Se besaron en medio de la empanadería, con el sonido del budare de fondo y el olor a comida. Un beso lleno de amor, de arepas, de imperfección... y de la promesa de un futuro juntos, tan real como su historia.



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En el texto hay: humor, comida, romance y humor

Editado: 10.10.2025

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