Después de la boda, Nando y Maru se embarcaron en su luna de miel. El destino era un paraíso tropical, una pequeña isla con playas de arena blanca y aguas cristalinas. Era el viaje de sus sueños, lejos del budare, la harina y los desastres culinarios.
Llegaron al aeropuerto con una emoción palpable. Nando, con su mochila de siempre, parecía un turista novato. Maru, por su parte, había empacado la maleta perfecta, llena de vestidos de playa, sombreros de ala ancha y cremas solares.
Pero el universo, que parecía adorar la comedia de su relación, tenía otros planes. Cuando recogieron su equipaje, la maleta de Maru no estaba. En su lugar, encontraron una maleta idéntica, pero con un nombre diferente: "El Chef Fit".
Nando y Maru se miraron, incrédulos. La maleta del Chef Fit, su némesis, había llegado a sus manos.
"Nando, no lo puedo creer", susurró Maru, con una mezcla de pánico y risa. "¿Qué hacemos?".
"Solo hay una forma de saberlo", dijo Nando, abriendo la maleta. Dentro, en lugar de vestidos de playa y cremas solares, había una docena de trajes de baño de licra negra, todos de la misma talla, y una colección de productos de cuidado personal con el logo del "Chef Fit".
Maru se rio a carcajadas. "¡Este tipo no tiene ni un rastro de imperfección en su vida! ¿Quién viaja con doce trajes de baño iguales?".
La pareja decidió no preocuparse. Tomaron un taxi y se dirigieron al hotel. La primera noche, Nando se puso un traje de baño del Chef Fit que le quedaba muy ajustado. Maru, con una sonrisa, se puso la camisa de Nando. Se reían mientras caminaban por la playa, sintiéndose como impostores, pero felices.
El segundo día, decidieron enfrentar la situación. Maru contactó a la aerolínea, y para su sorpresa, el Chef Fit ya había llamado, en un ataque de pánico por su "maleta perdida". El intercambio se programó para el día siguiente.
Mientras esperaban, la maleta del Chef Fit se convirtió en su fuente de diversión. Nando se puso un sombrero de ala ancha que Maru había empacado y fingió ser el Chef Fit, posando para fotos y hablando de "la perfección de la vida". Maru, con su estilo, lo grababa y lo subía a sus redes sociales.
La luna de miel se convirtió en un festival de risas y de amor. Nando y Maru, sin su maleta perfecta, se dieron cuenta de que lo único que necesitaban para ser felices era el uno al otro. Y lo único que el Chef Fit tenía en su maleta era una vida de apariencias.