La vida de Nando y Maru se había asentado en una rutina cómoda: mañanas en el camión de comida, noches en el sofá y un amor que crecía con cada arepa vendida. Pero el universo, que amaba su historia, tenía más planes para ellos.
Una tarde, mientras contaban las ganancias del día, un hombre de traje impecable se acercó al camión. "Disculpen", dijo, con una voz que sonaba a dinero. "Soy el agente de bienes raíces del centro comercial más prestigioso de la ciudad. He seguido su historia. Me encanta la idea de la 'imperfección mágica'".
Nando y Maru se miraron, sin saber qué decir.
"Les traigo una propuesta", continuó el hombre. "Queremos que abran un restaurante. En el centro comercial. Un local de 50 metros cuadrados. Un lugar de lujo para 'La Arepa Mágica'".
La noticia les cayó como un balde de agua fría. Un restaurante. No un camión de comida. No un budare y un par de manos torpes. Un lugar de lujo.
Nando, con los ojos muy abiertos, respondió: "Nosotros... nosotros somos un camión de comida. No sabemos cómo manejar un restaurante. La gente nos quiere por nuestro caos. Un lugar de lujo sería... muy perfecto para nosotros".
El agente de bienes raíces sonrió. "Esa es la idea. Queremos que el restaurante sea tan imperfecto como su marca. Que las mesas estén un poco torcidas. Que el personal use delantales con harina. Que el chef... sea un desastre. Es una inversión. Y el dueño del centro comercial, que ha estado siguiendo su historia, está dispuesto a dárselos. Es su oportunidad de pasar de 'influencers' a magnates de la comida".
Maru, que había estado en silencio, se imaginó a ella y a Nando en un restaurante de lujo, con meseros que no entendían el concepto de la "arepa deconstruida". Era una idea aterradora, pero también la oportunidad de sus vidas.
Esa noche, sentados en el sofá, Nando y Maru lo discutieron.
"Nando, es una locura", dijo Maru. "Un restaurante. Con meseros. Con un baño que no es del tamaño de una caja de zapatos. Con un chef... ¿quién sería el chef?".
Nando la miró. "Sería yo. Y tú serías la gerente. ¿Qué te parece, Maru? Un nuevo desafío. Un nuevo desastre. Un nuevo... acto de amor".
"Pero, ¿y si nos equivocamos?", susurró Maru. "Si arruinamos la magia...".
"No la arruinaremos", dijo Nando, con una sonrisa tranquilizadora. "Recuerda lo que nos unió. Si el restaurante sale mal, lo convertiremos en nuestro video más viral. Y si sale bien... bueno, seremos los dueños de un imperio de arepas".
Maru se rio, su miedo se disipó. Se dio cuenta de que su relación, al igual que su negocio, se basaba en el riesgo y en el caos. Y que, juntos, eran capaces de cualquier cosa.