Capítulo 25: El Show De La Arepa Mágica

De vuelta en Caracas, la vida en el restaurante era más agitada que nunca. La reseña del crítico y la fama que habían ganado con sus familias se tradujeron en filas que daban la vuelta a la esquina. Pero la calma del éxito no duró mucho. Un día, una llamada de un productor de televisión los tomó por sorpresa.
"Mi nombre es Ricardo", dijo una voz enérgica. "Soy productor de un canal nacional. He estado siguiendo su historia y creo que tiene un gran potencial para un reality show. 'El Show de la Arepa Mágica'. Un programa donde la pareja más auténtica de Venezuela le muestra al país que la comida, y el amor, no tienen que ser perfectos".
Maru y Nando se miraron. Una idea que había comenzado con un perfil falso en una app de citas, ahora era una propuesta de televisión.
Ricardo, el productor, llegó al restaurante al día siguiente. Era un hombre con una energía inagotable y un guion en la mano. "He escrito el primer episodio", dijo, con una sonrisa. "Aquí el guion: 'Nando intentará hacer una arepa perfecta, pero se le quemará y Maru lo salvará con su ingenio'. Será genial. A la audiencia le encanta el caos, pero un caos controlado. Guionizado".
Nando frunció el ceño. "¿Guionizado? Pero... el caos de mis arepas es real. Se queman solas, no necesito un guion".
Maru asintió. "Sí. Y mi ingenio es real. No está en un guion. Nuestra marca es la autenticidad".
Ricardo se rio. "Niños, la televisión no es real. La gente quiere ver algo entretenido. No pueden dejar que su desastre sea tan... impredecible. La gente se aburriría".
La filmación del primer episodio fue un desastre, pero no de la manera que Ricardo esperaba. Nando, al tratar de seguir el guion, se puso nervioso y no logró romper la arepa. Maru, al tratar de actuar ingeniosa, se trababa con las palabras. El caos era falso, y la magia se había perdido.
Ricardo, frustrado, detuvo la filmación. "Esto no funciona. No tienen química cuando actúan. La magia se perdió".
En ese momento, Maru y Nando se miraron, y lo comprendieron. Le explicaron a Ricardo su filosofía: "No podemos fingir ser un desastre. El desastre somos nosotros. Nuestro amor no está en un guion. La magia está en el momento. La arepa se quema cuando se tiene que quemar. No cuando un guion lo dice. Si no lo entiende, no podemos hacer el show. Nos negamos a volver a ser una farsa".
Ricardo los observó, atónito. La honestidad de sus palabras era más poderosa que cualquier guion que hubiera escrito. Se dio cuenta de que la autenticidad que vendían no era un truco, era su verdad.
"Está bien", dijo Ricardo, con una sonrisa que no era de guion. "Vamos a filmar. Sin guion. Solo ustedes. Solo el caos. Y solo la magia".
Y así, el "Show de la Arepa Mágica" se filmó. El primer episodio fue un éxito, mostrando a la pareja tal como era: imperfecta, caótica, pero llena de un amor tan real que no necesitaba un guion. Su historia, que había comenzado en las redes sociales, ahora se emitía en la televisión, demostrando a todo el país que la honestidad y la imperfección eran el verdadero camino a la felicidad.