Capítulo 26: El Mejor Desastre

El caos del restaurante y la fama de la televisión los mantenían ocupados, pero una mañana, Maru se sintió un poco diferente. No era el cansancio de un día largo, sino un mareo que la obligó a sentarse en el sofá. Nando, al verla, se alarmó.
"Maru, ¿qué te pasa?", preguntó Nando, acercándose a ella. "¿Es el estrés del restaurante? ¿Te hago una arepa?".
Maru sonrió y negó con la cabeza. "No, Nando. Creo que esto es un tipo diferente de desastre".
Maru se hizo una prueba de embarazo. El resultado, en lugar de ser una simple línea, tenía un símbolo de más (+). Era un desastre. Un desastre hermoso.
Nando, al ver la prueba, se puso pálido. "Maru... no sé si puedo ser padre. Soy un desastre. Mi única habilidad es hacer arepas rotas. ¿Cómo voy a cuidar a un bebé que no puedo romper?".
Maru se rio y lo abrazó. "Es el mismo principio, Nando. No se trata de ser perfecto. Se trata de aceptar el caos. De amar el desastre. Un bebé es el proyecto más imperfecto que podríamos tener. No viene con un manual, ni con un guion. Y eso es lo que lo hará perfecto".
La noticia los llenó de alegría y pánico. Las siguientes semanas fueron una comedia de errores. Nando intentaba construir una cuna, pero los tornillos se perdían y la madera no encajaba. Maru intentaba seguir un plan de alimentación saludable, pero terminaba pidiendo una arepa de queso doble en el camión de comida.
En un momento de pánico, Nando y Maru decidieron grabar un video para @LaArepaMagica. Se sentaron frente a la cámara, con los ojos llenos de miedo y de emoción.
"Amigos", dijo Maru. "Tengo que confesarles algo. Nuestra arepa no es la única cosa que se rompe. Pronto seremos tres".
Nando continuó. "Así es. Y estamos aterrorizados. No tenemos idea de lo que estamos haciendo. No sabemos cómo se hacen los bebés. Pero, como con la arepa, no necesitamos ser perfectos. Solo necesitamos estar juntos".
El video se hizo viral, con miles de comentarios llenos de amor y de apoyo. Los seguidores se sintieron aún más cerca de ellos. Nando y Maru no solo eran la pareja de la comida, sino la pareja que abrazaba el caos.
Una noche, Nando y Maru se sentaron en la futura habitación del bebé, mirando el caos de la cuna a medio armar. Nando se dio cuenta de que su miedo a la perfección había sido reemplazado por la emoción de un nuevo desafío.
"Maru, no sé si seré un buen padre", susurró Nando. "Pero te prometo que, como con mis arepas, lo haré con todo mi amor".
Maru se inclinó y lo besó. "Y yo te prometo que, si algo sale mal, lo convertiremos en una historia de Instagram. Porque esa es nuestra magia. El caos. El desastre. Y el amor".