Allá por el año 2000 en el patio de una casa cualquiera, en la ciudad de Guayaquil/Ecuador, se escuchaba un: perro ladrando, niños jugando, caídas, golpes, enseñanzas, peleas, y unos padres discutiendo en el cuarto principal. Yo desde donde me encontraba, logré escuchar la conversación.
- No nos alcanza el dinero para la mensualidad de los niños. Decía mi padre.
- Entonces mañana saldré a buscar trabajo. Respondía mi Madre
- Pero, ¿Quién va a ver a los niños a la escuela? Preguntaba mi padre.
- La situación es difícil con eso del cambio de moneda, del dólar Estadounidense, hay que hacer algo. Buscaré a alguien para que vaya a ver a los niños a la escuela. Dijo mi mamá mientras se sentaba en la cama con mi hermanito en brazos.
Entonces yo desde mi inocencia e ignorancia y con la frente bien en alto, entablé una conversación muy seria con mi mamá, intentando convencerla de que ya soy un "hombre grande", "responsable" y que ya puedo regresar de la escuela solo.
Le dije que solo necesito mil sucres para el pasaje de la buseta.
- No puedo dejarte venir solo a casa. Es peligroso, te puedes perder, además no tienes edad para andar solo por las calles. Decía mi madre.
- Me conozco el camino. Insistí.
Dicha estas palabras con tanta seguridad de mi parte, mi madre con voz firme repitió:
- No voy a dejar que te vengas solo, es muy peligroso, te puede pasar algo.
Sin más, se retiró, habló con mi papá y horas después me dijo:
- Está bien, vamos a dejar que te regreses solo a la casa, pero ten mucho cuidado. Mañana te explicaré todo.
- Bueno mami esta bien.
La verdad no se como es que mis padres tomaron esa decisión.
¿Acaso fue la seguridad con la que le hablé que decidieron dejarme regresar solo a casa?
¿Tengo poder de convencimiento?
¿Estábamos tan jodidos como para que ellos tomaran esa decisión tan arriesgada y peligrosa?
¿Decidieron abandonarme para reducir gastos? O ¿Solo me engañaron para que me quedara tranquilo y no insistiera?
No lo sé.
A la mañana siguiente, con un sol que se asomaba por la ventana carbonizandome el rostro me desperté muy asustado, preocupado y al mismo tiempo entusiasmado porque era mi primera vez que me vendría solo de la escuela.
Me alisté, me cepillé los dientes, desayuné y no me bañe, porque aunque hacía un sol del infierno mi mamá sabía que yo no me bañaba en la mañana, no por cochino sino porque moriría de frío, así soy yo. De sangre fría jajaja..
Ya en el bus la jefa en todo el trayecto me venía diciendo y recordando el camino y diciéndome que bus tenía que tomar de regreso a casa.