La Balada de la Hija de la Luna

CAPÍTULO CUARTO

Amber:

No quiero quedarme, pero irme no es de las mejores opciones que tengo por el momento. Aidan dijo que hay probabilidad de que mi familia siga viva dado a que el rey, aunque es muy capaz de matarlos, no es impulsivo. Es posible que sigan con vida, pero también que estén muertos.

Mañana será un día importante, los Dawson viajarán a la nación de Fuego, por lo que será mi primera vez viajando con ellos, así que tendré tiempo pasa observarlos y aprender de su forma de vivir. Todavía no tengo certeza de si son personas en las que puedo apoyarme, pero en tanto dependa de ellos, no me queda otra opción.

Mi madre ya no está. Mi padre murió, y Jase tampoco está. No me queda nada más que yo misma en todo esto.

—En esta época del año las temperaturas descienden a medida que se acerca el invierno —el sonido de su voz me hace voltear enseguida.

Es Emma, quien camina con esa elegancia característica aún sin intentarlo. Avanza hacia la cama, depositando una pila de lo que parecen ser cambios de ropa. Ha vivido toda su vida dentro del Bosque del Reflejo, un territorio desconocido y temido por toda Ervania, pero esta chica posee el semblante y el talante de una dama de la Corte. Tiene una figura hermosa y fuerte, y un cabello largo, lacio y negro que se mueve con gracia.

Cuando Emma alza la mirada, no puedo evitar sentir un poco de angustia.

—¿Qué pasa? —pregunta, sonriendo —, ¿tanto te incomodo?

No me pasa por desapercibido el tono irónico de su voz.

—No voy a negar que me resultas intimidante —reconozco.

—Mañana será un día rápido —continúa —, así que será mejor que te lo diga, aunque creo que mi padre ya te lo dijo —se acerca despacio —. Somos una familia, pero también somos soldados y como tal, los soldados seguimos las órdenes de nuestros superiores —continúa, alzando sus delgadas cejas oscuras —. Así que, una vez estemos fuera, te pido que hagas lo que se te pide. Será difícil para ti, puesto que será la primera vez que una dama como tú sale al mundo —aprieto mis dientes cuando escucho aquello último —, pero no podemos darnos el lujo de ser delicados. Así que, te lo repito, una vez estemos afuera, te pido que escuches y obedezcas.

Sé que tiene razón, pero no puedo evitar sentirme tensa y enojada al mismo tiempo. Tiene la belleza de una dama, pero tiene el talante de un soldado maduro. De cierta forma… me recuerda a Jane, la hermana de Jase.

—Quiero aprender —reconozco —, ¿es a ti a quien debo obedecer? —alzo ambas cejas.

Se desliza por sus labios una pequeña sonrisa.

—Todos obedecemos a mi padre —responde enseguida —, es a él a quien debes escuchar. Pero, en caso de que debamos separarnos, así es. Debes escuchar a cualquiera que esté contigo, ya sea que estés con David, Hayden o conmigo.

Cuando escucho su nombre, no puedo evitar tensar la mandíbula. Ese hombre… Hayden, aunque he intentado mantenerme indiferente a él, cada vez que lo miro… no puedo evitar sentir un calor punzante en el pecho, como si lo conociera de alguna forma. Un calor que me quema y me inquieta. Sé que no es Zyran, sé que no es su hermano, pero no puedo evitar compararlos. No es sólo por su parecido físico, sino por algo que me recuerda a su frialdad.

—¿Tienes algún problema con eso? —pregunta, alzando una ceja. Esta chica es más introspectiva de lo que parece.

—Quiero saber si él es tu hermano… —apenas lo digo, Emma parece comprender exactamente lo que quiero decir. Hablo de Hayden Steel, quien ha adoptado el nombre de los Dawson, aunque no comprendo por qué todavía—. ¿Lo es? —reitero.

Hay un breve silencio. Puedo percibir la tensión en su semblante.

—Somos una familia, como ya dije —responde, con firmeza —. Sé que debes tener muchas dudas, Amber —es la primera vez que dice mi nombre —, pero si quieres saber sobre Hayden, me temo que no soy la persona con la que debes hablar. Él es mi hermano, ninguna otra verdad cambiará eso.

Por lo que dice y la forma en que lo hace, empiezo a comprender. La razón por la que Hayden está aquí no debe ser simple y mucho menos sencilla de explicar. Eso es suficiente por ahora.

—Quedó claro —asiento, acercándome a la cama, por lo que me dedico a tocar la tela de la ropa que me ha traído —. Te agradezco por la ropa.

***

Ser Hija de la Luna…

Si alguien me lo hubiese dicho, jamás le hubiera creído.

Sigo sin poder dormir, así que intentaré matar el tiempo hasta que salga el sol.

Solía leer prosa y poesía con nombres parecidos a ese, pero siempre inspeccioné todo aquello que leía con el fin de contribuir a mi educación. Mi familia, y Amice, quien era mi maestro, me dieron una educación completa, la cual incluyó no sólo arte, música y danza, sino política, historia y literatura. Pero ahora, ser capaz de comprender lo que soy como el ser que Aidan insiste que soy… todavía me parece inconcebible, pues eso me hace dudar de todo lo que he creído de mí.

Sigo mirando la profundidad y la oscuridad del Bosque del Reflejo y aunque se supone que estoy a salvo, la grandeza y lo formidable del Bosque impone sin esfuerzo. Jamás imaginé que pondría un pie aquí, pero estoy aquí. En el lugar más temido y desconocido en toda Ervania.




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