La voz del Rey era más autoritaria que de costumbre. -No tenemos tiempo que perder...
La Reina sacudió su cabeza. -Es muy pronto todavía. Cai no aceptará la ceremonia.
-Es irrelevante que acepte o no. No son niños para estar haciendo rabietas…
-El funeral fue hace tan solo unas semanas. Todos estamos todavía de luto y ¿qué hay de Alexandria? ¿Crees que solo por ser Alfil no le afectará que reemplacemos a su mejor amiga tan rápido?
Se escuchó un golpe y al Rey exclamando: - ¡Me importa poco lo que piense Alexandria!
Hubo un pequeño silencio y luego la Reina dijo gentilmente: - No quisiste decir eso.
El Rey suspiró. - No. Lo lamento. Yo tampoco quisiera reemplazar a Rita; su muerte fue un golpe demasiado duro para el Imperio. Y además la muerte de la pequeña Peón…
-Si me permiten sus majestades, - dijo la voz de Bynner, - concuerdo con la Reina en que debemos esperar un par de días al menos. Después de todo, falta un año para la Guerra.
-Precisamente, Bynner, - dijo el Rey, - Apenas tenemos doce meses; nos hace falta dos Peones, uno de los que tenemos está ciego, otra está muda; el Caballero de la reina no tiene piernas; estoy reacio a creer que mi nueva Torre está preparado para asumir el cargo y ni hablemos del estado mental de todos nuestros Guerreros... Principalmente de tres, - añadió después de una pausa.
-Puede que Alexandria esté devastada por la muerte de su mejor amiga, pero dudo mucho que su juicio se vea nublado por ello, - aseguró la Reina.
-¿Puedes decir lo mismo de Kháli y Reff?
Hubo silencio y por primera vez desde que dio comienzo la pequeña reunión, se escuchó la voz de Crishcas - Ciertamente mi discípulo está muy vulnerable, pero he observado que el apoyo de sus compañeros lo mantiene estable.
-¿Y Kháli? - insistió el Rey.
Crishcas tardó en responder. - El distanciamiento de Alexandria por su propio duelo no le ha ayudado mucho y aunque tuviera más el apoyo de su tutora, es de mi parecer que Kháli tiene que resolver las cosas por sí misma.
-¿No es eso un poco cruel? - preguntó la Reina. - Ella es una de las que más perdió en la pelea contra los Terrorianos; además de su compañera Peón y Rita, también perdió al Mayalle. Y por encima de todo, noto que sus compañeros se alejan de ella.
-¿Usted lo cree así? ¿O es ella la que se ha alejado de sus compañeros? Ninguno de nosotros sabe con precisión cómo fue la muerte de la pequeña Peón. Gertrude no puede hablar sobre ello y Cai se niega a hacerlo, pero por alguna razón Cai ha ignorado a Kháli desde que acabó la pelea en la tierra de los Angelinos.
El tono de la Reina denotó sorpresa cuando preguntó: -¿Crees que Cai culpa a Kháli por lo sucedido?
-No puedo asegurar qué es lo que siente o piensa él en estos momentos. Creo que la única que tiene las respuestas es Kháli y hasta que ella no las encuentre por sí misma y las acepte, no podemos hacer nada para ayudarla.
Se escuchó otro par de suspiros. Se removieron en sus asientos y el Rey prosiguió: - Bien, continuemos con otro tema importante. Tenemos que hallar a los nuevos Peones. Bynner y Ronnman estarán a cargo de ello. Intenten mantener a Reff, Cai y Kháli alejados del tema.
-Sí, mi Rey - respondió Bynner tristemente.
Aquello ya no era de interés para Kháli así que abandonó su posición de cuclillas y se retiró. Sabía que los Guerreros se habían percatado de su presencia en el momento en que ella se acercaba a la sala de reuniones, pero no le importaba. La sinceridad con la que habían hablado le demostraba que aún era parte de ellos, aunque últimamente no la tomaran mucho en cuenta. ¿O acaso Crishcas tenía razón?, se preguntó mientras se dirigía hacia su habitación. ¿Era ella quien se estaba alejando de todos? Si era así, no sabía cómo evitarlo; la mayor parte del día tenía lágrimas en sus ojos, se sentía vacía, avergonzada, sola y sobre todo débil.
Intentaba mantenerse fuera del escaque el mayor tiempo posible; cuando debía regresar, se encerraba en su habitación o vagaba por los campos. Con sus padres hablaba poco a pesar de los intentos de ambos para entablar conversación. Kháli quería sentirse feliz con el embarazo de su madre, pero no hallaba ese sentimiento en sí misma; había pasado la mayor parte de su vida deseando una familia más grande y ahora que la tendría, sentía que no era miembro de ella. No sentía pertenecer a nada.
Creía que el único lugar en el que se sentiría tranquila era al lado de Rik, pero hasta eso se le había negado. Cuando Rik cayó en coma, ella tenía la seguridad de que despertaría pronto y fastiadiaría incasablemente a los Angelinos que convivieran con él. Gastando bromas, riendo y cantando. Conforme pasaban los días y Rik se mantenía inconsciente, la esperanza se iba fugando del corazón de Kháli, el cual sentía marchitarse lentamente.
Anochecía cuando salió de la Fortaleza después de haber escuchado lo que se decía en la reunión. Las personas estaban recorriendo las calles resolviendo los últimos asuntos del día. Kháli se dirigió a los establos. Sabía que no encontraría a nadie ahí.
Para su sorpresa, una voz preguntó a nomás entrar: - ¿Quién es?
Kháli se acercó al lugar de donde provino la voz y encontró a Julian detrás de una de las puertas abiertas.