El camino de regreso fue una bruma para la Peón, lo único que le importaba era llegar a Alexandria. Corrió entre las calles de su pueblo en el que ya anochecía; llegó a la fortaleza y se dirigió hacia donde había visto a su tutora por última vez. Sin embargo, fue a alguien más a quien se encontró antes de que pudiera llegar.
-¡Kháli! ¿Qué te sucede? - le preguntó Cai cuando la vio apresurarse en uno de los pasillos. No era necesario ser Torre para notar la evidente agitación de la Peón. Kháli decidió ignorarlo y se apresuró al salón del tablero con Cai detrás de ella.
Vio a Crishcas en lugar de su tutora mirando las imágenes del tablero.
-¿En dónde está Alexandria? - inquirió al ver que era el turno de él de buscar a los nuevos Guerreros.
A diferencia de Alexandria quien podía hablar mientras buscaba, Crishcas tardó un poco en responder y lo hizo con tono distraído. - ¿Ah? No lo sé. Tal vez fue al cementerio.
-Kháli, ¿Qué es lo que sucede? - preguntó Cai nuevamente.
- Crishcas - dijo lentamente, ignorando a Cai otra vez. - ...Crishcas.
-...¿Ah?
-...¿Es verdad que debimos ser Maiestas?
Las imágenes desaparecieron al instante y Crishcas la miró por primera vez. - ¿Por qué lo mencionas? ¿En dónde escuchaste eso? - le preguntó con cautela.
-¡¿Es cierto?!
Crishcas intercambió miradas con Cai lo cual la indignó más.
-¡¿Por qué no nos lo dijeron?! - quiso saber ella.
-Kháli, ve a la sala de reuniones.
-¿Qué?
-Sala de reuniones, vete, - dijo en tono terminante antes de irse.
Ella gruñó, no quería obedecer, pero para evitar quedarse a solas con Cai se apresuró a salir también. Él la siguió con los mismos pasos rápidos.
-Kháli, ¿dónde escuchaste eso? - preguntó detrás de ella.
Kháli se detuvo y giró bruscamente. - ¡¿Tú lo sabías?! - Cai no respondió. - ¿Desde cuándo lo sabes?
Cruzándose de brazos, dijo: - Me lo dijeron unos días antes de la ceremonia.
-¡¿Cuándo pensabas decírnoslo?!
-Pronto.
-¿Y por qué no antes? ¿Por qué nos ocultaron eso? No entiendo… - sacudió su cabeza.
-No era información que necesitaran saber.
Lo miró con la boca abierta. - ¡Suenas igual que ellos! - exclamó reanudando su paso.
Él la siguió. -¿Te estás escuchando? Nos haces sonar como si fuéramos tus enemigos.
-¿Y qué hay sobre la información de tus hermanos? ¿Tampoco lo necesitábamos saber?
Cai no respondió. Kháli aumentó su velocidad. Él la alcanzó rápidamente y la sujetó de un brazo, ella intentó zafarse, pero fue como si una pared de concreto había envuelto su muñeca.
-¿Quién te dio la información? Contéstame - dijo entre dientes y después de vacilar, añadió: - es una orden.
Esto la detuvo y lo miró con furia que pronto se tornó en tristeza. - Así será ahora, ¿no?
Cai no dijo nada. Ella se resistió a hablar; le daba pánico pensar en su reacción si le decía lo que Mathán le había insinuado sobre la muerte de Diana, ¿Estaría Cai de acuerdo con él? ¿Pensaba Cai que ella había dejado morir a Diana a propósito?
-Contéstame, - volvió a decir. - ¿Quién te dijo sobre los Maiestas?
-El Rey Mathán.
El agarre de Cai vaciló, pero aún no la soltaba. - ¿Dónde? - preguntó con su respiración agitada.
-En la tierra de los Angelinos, mientras visitaba a Rik, - respondió intentando no llorar.
-...¿Qué más te dijo?
-Solo eso.
-Dime la verdad - ordenó sujetando su otra muñeca y obligándola a mirarlo. - ¿Qué más te dijo?
Lo miró directamente a los ojos y susurró con firmeza: - Solo eso.
Renuente, Cai la dejó ir. Se quedaron de pie frente al otro unos segundos y luego Kháli giró y caminando despacio fue a la sala de reuniones. Crishcas no había llegado así que tuvo que soportar interminables minutos incómodos y silenciosos con Cai. Lo peor para ella era que como Cai ya era Torre, se debía sentar en el lado opuesto. Justo en su línea de visión; así que cuando llegaron Jim y Rochelle encontraron a Kháli sentada de lado observando fijamente al suelo y a Cai observando fijamente a Kháli.
La tensión era tan palpable que Jim no necesitaba de sus ojos para notarla.
-¿Saben de qué trata esto? - preguntó Jim sentándose al lado de Kháli. - Nos convocaron a una reunión ¿Ya encontraron a los nuevos Peones?... aunque yo no he sentido nada.
Ninguno de los dos respondió. Rochelle supuso que habían discutido sobre Diana otra vez así que prefirió mantenerse en silencio. Incómodo, Jim siguió su ejemplo.
La sala se fue llenando poco a poco. Todos entraban de forma silenciosa y se sentaban sin decir nada. Las palabras del Rey del Imperio Negro resonaban en los oídos de Kháli mientras miraba a sus compañeros Peones y las Piezas Mayores tomar asiento.