Tardó un poco en orientarse, sentía como si hubiera dejado su cabeza en el otro escaque. Miró a su alrededor, estaba sola en una de las calles del pueblo. Miró hacia arriba teniendo la sensación de que el Rey Negro aparecería en cualquier instante, pero la noche se mantuvo quieta y silenciosa.
-Él no puede entrar aquí, - se repetía a sí misma mientras esperaba.
-¡Peón Kháli! - llamó una voz.
-¡Lyon! ¿Te encuentras bien?
Él asintió. - El Rey Mathán ni siquiera me dirigió la palabra, solo le interesaba hablar con usted. ¿Le hizo daño?
Ella negó con la cabeza. -No, tampoco me lastimó a mí… ¿Qué es eso? - preguntó notando una cantinflora que pendía del cuello del joven, él se la desprendió y se la entregó.
-El Rey Negro lo ató a mi cuello, no sé por qué…
Con mucho cuidado, Kháli lo destapó. Dentro, reconoció el blanquecino color del ácido y se estremeció al pensar qué hubiera sucedido si el Rey hubiera reventado la cantinflora.
No son dignos de confiar. Ahora que estaba lejos de él se le hacía más fácil creer en ello, pero cuando hubo pasado unos minutos y dio unos pasos hacia atrás sintiendo el concreto bajo sus pies, no pudo aclarar su mente, ésta se negaba a despejar la imagen de Rik a su lado.
¿En verdad era posible? Solo había una persona que podía responderle, así que tambaléandose primero y corriendo después, se dirigió de vuelta a la Fortaleza, dejando a Lyon solo.
Corrió lo más rápido que pudo.
Rik despierto... Rik sonriente… Rik a salvo... Rik a su lado...
Antes de que se diera cuenta, llegó a la sala en donde se encontraba Alexandria y halló la puerta cerrada.
-¡Alexandria! ¡Alexandria! - gritó con una energía que no sabía que tenía y que hizo que le doliera su garganta. Todo se mantuvo en silencio. - ¡Alexandria, por favor, necesito hablar contigo!
¡Dime si es posible! ¡Dime si puedes despertarlo! pensaba con desesperación mientras golpeaba la puerta. Pero si era posible, ¿por qué no lo había hecho? ¿Por qué había dejado que sufriera tanto? ¿Es que acaso la quería ver sola?... A menos que..., pensó bajando su mano, a menos que Alexandria quería que Kháli lo hiciera por ella misma.
¡Claro! se dijo Kháli mientras lentamente le daba la espalda a la puerta sellada. No había otra explicación, todo este tiempo Alexandria había estado esperando a que Kháli despertara a Rik con su propio poder, pero… ya lo había intentado. Desde que Rik cayó en coma, ella había dicho todas las palabras de la Ayuda que se le había ocurrido para despertarlo. Nada había funcionado.
De pronto, escuchó las palabras del Rey Mathán como si este estuviera a su lado: “Alexandria no lo hará y si tuvieras su fuerza tal vez lo lograrías, pero no la tienes”. El Rey del Imperio Negro estaba en lo cierto, si tan solo ella fuera más fuerte…
Y repentinamente supo qué tenía que hacer.
Con un entusiasmo nervioso, Kháli comenzó a divagar por los pasillos sin rumbo fijo.
No era necesario ser un Alfil Negro para incrementar su poder, solo necesitaba unas cuantas ánimas; las ánimas eran lo que le daba el poder a los Alfiles. Alexandria debía de tener ánimas. Habían usado la mayoría para sellar a los Terrorainos, pero sabía que su mentora no se quedaría sin ánimas para la Guerra. Si tomaba solo unas cuantas, podría despertar a Rik.
-¿Kháli? - preguntó alguien.
-¡Julian!
Sorprendida se dio cuenta de que había llegado a la habitación de Alexandria sin pensarlo. La felicidad suplantó su sorpresa. Estaba aliviada de ver a Julian, necesitaba compartirle a alguien su idea y Julian podría ser perfecto para que la apoyara con ello. Al ver la agitación de la Peón, el ex-Guerrero supo que algo no andaba bien.
-¿Qué sucede? ¿Alexandria está bien?
-¿No has visto a Lyon?
-¿A Lyon? - preguntó Julian con el ceño fruncido. - No. Acabamos de regresar. ¿Qué está pasando?
-Julian... - dijo ella en un tono tan quedo que captó toda su atención. - ¿Es verdad que Alexandria puede despertar a Rik?
Una lenta compasión reemplazó la sorpresa en la mirada de Julian.
-Dime la verdad, por favor - rogó antes de que él respondiera. -¿Es capaz?
Julian lo pensó. - Si fuera capaz, ¿qué razón tendría para no hacerlo?
Kháli bajó la mirada. - Tal vez… espera que yo lo haga...
-Si es así, solo debes entrenar e incrementar tu fuerza, - dijo colocando una mano sobre su hombro. - Rik está estable, estoy seguro de que podrás…
-¡Exacto! Es como tú dices, debo incrementar mi fuerza, por eso se me ocurrió que solo necesito tener más ánimas… pero, ¿Alexandria tendrá las suficientes?
Con gesto vacilante, Julian desvió la mirada y dijo: - Sabes que no funciona así, Kháli. Aunque Alexandria tuviera ánimas, son las que otros le han dado específicamente para que ella las proteja y…
-¡Solo necesito prestar su poder! ¡Lo suficiente para despertar a Rik!
-Kháli, escúchame…