Los extremos de todos los cables estaban unidos a dos enormes riscos. Kháli supuso que lo que buscaba era lo que estaba suspendido justo en medio de la inmensa red. Parecía un panal gigantesco y de color negro. Probablemente los Razors residían ahí.
El dammantino parecía ser los residuos de los Razors cuando comían algo que no era humano. Un material completamente inútil para ellos, no contaría con mucha vigilancia. Pero era la primera vez que un humano vivo se acercaba tanto a sus dominios así que un chirrido de alarma sonó por todo el lugar. Los Razors que volaban cerca no podían atacarla porque aún llevaban sus cargas, pero Kháli sabía que era cuestión de tiempo para que se libraran de los cuerpos y arremetieran contra ella, así que se apresuró a hallar una manera de llegar al preciado material.
-Es un laberinto, - notó viendo los cables entrelazados. - Un laberinto sin paredes… - Buscar la secuencia de las líneas le hacía distraerse de todo el dolor de su cuerpo y del hecho que no podía escuchar con su oído derecho por la explosión en la que había estado hacía unos minutos.- Está bien, la forma de encontrar el camino en cualquier laberinto es… buscandolo desde el final. - Sus ojos se posaron en el panal y vio que había cuatro entradas. Se decidió por la que estaba justo al frente pues la de arriba estaba muy al descubierto y la de abajo y atrás probarían ser muy complicadas. Desde ahí recorrió con la mirada los cables que partían de los diferentes puntos y poco a poco encontró el que llegaba a ella. Sus músculos temblaron de triunfo. Ahora solo quedaba movilizarse hasta ahí. -Será como practicar canopy, - dijo intentando darse ánimos y haciendo su mejor esfuerzo por no perder el equilibrio, se puso de cuclillas teniendo que mirar hacia abajo y sintiendo un vacío en el estómago por no poder ver el suelo de tanta profundidad. Los cables eran resistentes, pero se tambaleaban con cada movimiento que hacían sus brazos y piernas.
Buscó algo que le sirviera para sujetarse. Había dejado el uniforme negro en su guarida, guardando únicamente el paquete de Billmorthei en sus bolsillos.
-Tendré que usar esto, - dijo mirando la pistola que le restaba y utilizándola como su única herramienta para sujetarse del cable, se dejó “caer” y con un grito ahogado quedó ella suspendida entre un cable y esa eterna profundidad. - Piensa que es canopy. Solo es canopy. Estás practicando canopy.
Después de una inhalación profunda, se impulsó hacia adelante. Su velocidad aumentó más pronto de lo que esperaba; iba tan rápido que el viento le lastimaba los ojos y llegó el punto en donde la pistola comenzó a calentarse. -¡”Tew Koh”! - exclamó aumentando la resistencia del arma y bajando su temperatura, pero no no hizo nada para reducir su velocidad hasta que estaba llegando hacia una pared. - ¡”Tiikaal Uq´atexik”! - gritó para detenerse justo antes de estrellar. Con su pierna izquierda posada en el muro, miró al siguiente cable por el que tenía que recorrer.
Sin darle tiempo al pánico, saltó y adoptó la misma posición que antes. Se deslizó otra vez y decidió aumentar la resistencia en sus brazos. Cuando lo hacía, sintió una punzada dolorosa en la parte posterior de su cuello. Se detuvo e inspeccionando sintió con la mano una pelota pequeña en donde le había dolido. La pelota estaba aunada a una aguja, se la quitó como si estuviera quitándose un dardo y contempló el objeto.
-¡Extracto de ceiba negra!
Miró atrás y efectivamente vio a Andi de pie sobre los cables. -¡Lo siento, pero no permitiré que le des el dammantino al Imperio Negro!
Gertrude se mantenía en uno de los cables más lejos del panal. Únicamente Andi era la que se acercaba.
Kháli gruñó y prosiguió su recorrido. La cantidad de Razors atacando comenzó a aumentar, pronto no sería capaz de seguir avanzando.
Miró hacia atrás y vio que Andi también estaba siendo hostigada. No pudo evitar sentirse hipnotizada por los movimientos de la persona que la había reemplazado como Peón. Andi era extremadamente ágil en sus movimientos, rápida y habilidosa. Utilizaba las armas como si fueran parte de ella misma. Su punto débil, se dio cuenta, era la estrategia. Necesitaba que Reff le dijera exactamente por dónde ir para que ella no perdiera el camino.
Un Razor mordió a Kháli en el brazo. - ¡Argh! - se desprendió de él estrellándolo contra la pared y saltó a otro cable tomando una ruta diferente a la que había seguido. Sabía que esto desconcertaría a Reff. Cuando él dejó de hablar, Andi se quedó inmóvil y lo miró.
-¿Qué sucede?
-No… no estoy seguro. - En eso, Kháli no dejó de moverse. Aprovechando los segundos de distracción, saltaba de cable a cable, deslizándose a toda velocidad. - Va… hacia ti…
Pero antes de que Andi se diera cuenta, Kháli ya estaba frente a ella. Con un fuerte y rápido movimiento, quiso despojarle de su abrigo en donde cargaba todas sus armas. Andi mostró la misma rapidez y logró alejarse haciendo que su abrigo se rasgara justo a la mitad. De esa manera, se quedó con la mitad de su armamento.
Kháli sonrió. - Esto ayudará. - Colocándose la manga que había logrado agarrar, extrajo una pistola y retomó su camino antes de que Andi tomara ventaja.
La maniobra de Kháli parecía haberla enfurecido y le inyectó toda la ceiba negra que le quedaba. - Tú me obligas.
Kháli volvió a gruñir, pero ignoraba todas las punzadas en su espalda y piernas y se enfocaba únicamente en disparar a sus enemigos. Los hooacines comenzaron a llegar ayudando a sus aliados. Eran criaturas más difíciles de eliminar por su gran tamaño.