-No espero que me entiendas, - dijo Cai cuando hubo terminado.
Alan suspiró. - Somos compañeros, claro que te entiendo. Después de la muerte de Diana, si el Rey no me hubiera tenido en sus cercanías, creo que yo hubiera hecho lo mismo.
Cai lo miró con los ojos entrecerrados. No creía que Alan fuera capaz de abandonar el Imperio Blanco por ninguna razón.
-Pero regresaste, - continuó diciendo su amigo.
-Lo hice cuando me dijeron que estabas solo por aquí…
-Tu retiro desmotivó a los otros, pero no están tan mal como pensarías… ¿Qué hay de ti? Dices que no quieres luchar, pero las marcas en tus brazos muestran lo contrario. Tu lealtad está aquí, no importa lo que diga tu boca…
Cai se removió incómodo sabiendo que su compañero tenía razón.- Lo que no quiero es…
-Lastimarla, lo sé. Pero el Rey no te ha ordenado hacerlo…
-Aún no. Si me lo ordena… no creo poder obedecer.
No tendría opción más que obedecer, pero Alan no quiso decirlo. - ¿Regresarás con nosotros? todos necesitamos saberlo.
Cai hizo una mueca. - A la Tierra no volveré. Reff está mejor con los demás Guerreros. Además, mi hermano no me dejó en paz… No le importa matar a quien sea con tal de molestarme.
-Claro que Reff está mejor con nosotros. Ambos lo están. No puedo imaginar qué estaban haciendo ahí.
Cai se encogió de hombros. - Aplicamos a una Universidad, ¿no es eso lo que hacen las personas?
-Por Dios… - musitó Alan sacudiendo la cabeza. - ¿Eso querías realmente?
-Necesitaba despejarme, eso es todo.
-Pues volviste cuando te necesitaba. Eso dice mucho de ti. Si te vas de nuevo, solo perderás el tiempo.
-Ya estoy aquí - murmuró.
Alan le sonrió. - Sí. Llegas justo a tiempo porque es hora de que se muevan las Piezas Mayores…
Kháli se quedó dentro de la caseta. Seguir a Cai y aquella chica era algo que no quería hacer. No supo cuánto tiempo se mantuvo ahí sola, recordando la mirada que él le había dedicado de último.
No entendía por qué se sentía tan mal. Llevaba mucho tiempo intentando sobrevivir, pero la mirada de reproche parecía aún insertarse en su cerebro y corazón. Sentía un nudo en la garganta y debilidad en sus extremidades.
El crujir de sus tripas la distrajeron y restregándose los ojos como secándose lágrimas imaginarias, volvió a su rutina.
Tiempo después, Mathán se reía entre dientes al ver el progreso de Kháli. - No. Dudo mucho que sea esto el plan del Imperio Blanco, - comentó al observarla deshacerse de los exterminadores que Lince había llevado para enfrentarlos con ella. Kháli los aniquiló mostrando su furia y venganza por lo que le habían hecho.
-Evidentemente, - concordó Lince,- pero aún tiene sentimientos por la Torre.
-Lo vi. No es problema. Su admiración por el Maiestas se hace cada vez más grande mientras está aquí. Sabe que ya no puede contar con sus antiguos compañeros. - Los ojos de Mathán brillaban ante la idea de estar corrompiendo el ánima que estaba en manos de Kháli. Cerró los ojos. - Siento el poder de mis Guerreros incrementar. Estamos cerca de lograrlo, Lince.
-Así es, mi Rey. También, aunque sea renuente, se ha acercado un poco a los Guerreros Negros. Supe el otro día que le había guardado un ojo a Samira.
-También me enteré. Se dice que Samira estuvo a punto de llorar al ver la perfección y el cuidado con el que Kháli se lo había entregado. También escuché que le dio consejos a Rubén de cómo torturar a un zoomorfo.
-Sí. Era un zoomorfo Ballena y Rubén no lograba extraer información de él hasta que Kháli le dio la idea de ahogarlo. El zoomorfo no se preocupó al principio, pero tras horas de estar bajo el agua sin poder salir, comenzó a ponerse ansioso.
-Bien.
-¿Confía en ella ahora?
Mathán no respondió de inmediato, una mirada de duda cruzó su expresión. - Estoy seguro de que se han roto los lazos que Kháli tenía con el Imperio Blanco, pero su ayuda a Zador sigue preocupándome… aunque tal vez sus motivos fueron más egoístas que nobles… - Se mantuvo en silencio ponderando por varios minutos. - Aún sin él, ya tenemos a los líderes más influyentes en nuestras manos…
-Sí. Collan y Samira han ido por el General Waito. A pesar de ser un antiguo Rey, no tiene oportunidad contra ellos. Por lo demás, no ha habido otra fuga de la prisión. La Emperatriz de los Angelinos, el jefe de los AntroFranks, el líder de los Sfinxers y el gobernador Ruppert han estado quietos y mansos. La única que nos ha dado un poco de problemas es la Quebrantahuesos, fue difícil no matarla.
-Si la fórmula no funciona en ella, ya tendrá la oportunidad de morir.
-¿Entonces es hora?
Mathán lo pensó un poco más. - La Torre del Rey Blanco abandonó su Imperio y con él otros cinco Peones desertaron. No puede haber mejor ocasión. Es hora. Quiero hacerlo todo al mismo tiempo. Mete a Kháli en el coliseo a pelear cuando nosotros estemos en la esquina mortal; dudo que sospeche de algo, pero no podrá interferir aunque quiera.