Viéndose al espejo, listo con su uniforme, Cai sabía que era tiempo de reunir a todos los Guerreros Blancos. Después de rescatar a los líderes, se dio cuenta de que era hora de dejarse de engañar, abandonar toda queja y centrarse en la Guerra que se acercaba rápidamente. Los líderes estaban a salvo, pero el Imperio Negro era una amenaza incrementándose y a pesar de que las Piezas Mayores estaban unidas, no podrían enfrentarse a sus enemigos sin los Peones.
-Primero será Jim, - se dijo.
Sabía que él era el único que podía hablar con sus compañeros para convencerlos de pelear. El Rey podría ordenarles que regresaran, pero soldados siguiendo órdenes no luchaban de la misma manera que aquellos que luchaban por lo que realmente creían y Cai estaba convencido de que no quería ver a más personas convertidas en esas criaturas asesinas como fue el destino del General Waito.
Cuando estuvo a punto de partir, Bynner se le acercó.
-Escucha, muchacho, es difícil de comprender para otros, pero la pérdida de un caballo representa como la pérdida de una extremidad y Jim ya había perdido la vista. Es probable que siga en duelo.
Cai asintió, - entiendo, veré qué puedo decirle.
Partió y aterrizó en la tierra de zoomorfos sintiendo que el corazón se le encogía. No había estado ahí desde los sucesos con los Terrorianos y el primer beso que le dio a Diana le vino a la mente con melancolía lejana.
-¿Qué le dirías tú?- preguntó suavemente en voz alta sin obtener respuesta de ninguna fuente.
Caminó poco antes de que zoomorfos salieran a su encuentro. No se acostumbraba al gran respeto que le mostraban ahora que era Torre y su uniforme blanco parecía darle más sublimidad.
-Torre Cai, sea bienvenido - le dijo el líder Blob Fisher.
-Blob…
-Los rumores de las grandes hazañas del Imperio Blanco han llegado hasta aquí, todos estamos conmocionados.
-¿Zador regresó?
Blob negó con la cabeza. - Escuchamos que había estado prisionero, todos creímos que regresaría cuando escapó, pero no lo hemos visto por acá
-Estoy seguro de que se encuentra bien. Julian así lo cree.
El zoomorfo asintió. - También escuchamos el papel que tuvo él en su rescate. Estamos eternamente agradecidos y si él cree que Zador está bien, no tenemos nada de qué preocuparnos.
-Sí, también pienso lo mismo. Pero dejándolo a un lado, yo vengo por…
-El Peón - asintió de nuevo, guiando a Cai. Caminaron mientras hablaba.- Cada día que pasa estoy más impresionado con él. Es verdaderamente ágil y perceptivo. Si no fuera por la Guerra, nos encantaría que el Guerrero Jim se quedase con nosotros. Se ha acoplado muy bien con los zoomorfos.
Cai no dijo nada. Era difícil creer que su ciego y afligido compañero estuviera demostrando un comportamiento inspirador.
Jim salió de una de las chozas. Cai lo contempló, seguía viéndose perdido, pero tan pronto como sintió la presencia de su compañero, su rostro se iluminó.
-¡Cai! Escuché que habías regresado y hasta que te metiste al Imperio Negro, ¿qué tal estuvo eso?
-Horrible…
Jim asintió, - no puedo imaginarlo, pero aunque tú digas que estuvo horrible, todos los demás están diciendo que fue algo estupendo. Ni siquiera necesitaron la ayuda de los Peones.
-El hecho de que fuimos todas las Piezas Mayores te dice lo difícil y peligroso que fue, sobre todo con el Maiestas oscuro...
Los zoomorfos que estaban alrededor, incluyendo a Blob Fisher escuchaban con atención y tomaron las palabras de la Torre como una alerta, nunca habían visto ni oído sobre los Maiestas y estas nuevas criaturas causaron una preocupación general.
-Es nuestro deber que estas criaturas no se propaguen, - intentó asegurar Cai para calmar a los zoomorfos.- Pero para ello necesitamos que vuelvas, - dijo mirando a Jim. - Sé que decidiste quedarte aquí porque Reff y yo nos fuimos.
Jim asintió - sin Daphni, Kháli, Reff y tú, no le vi el punto en quedarme…
-Ya no podemos pensar así, Jim. Esto es más grande que cualquiera de nosotros. Sé que luchar sin Daphni será difícil, pero el árbol te sigue reconociendo como Peón. Será imposible ganar la Guerra con Peones faltantes…
Jim asintió nuevamente y se irguió aún más. -Lo sé. No puedo decir que estoy tranquilo, pero sí estoy listo para luchar.
A Cai sorprendió esta resolución y Jim pudo notarlo, sonriente dijo: - ¿Qué? ¿Creíste que he estado perdiendo tiempo aquí? ¿Qué te parece si probamos quién ha mejorado más? - preguntó desenvainando su espada.
Divertido, Cai cruzó los brazos. - ¿En serio estás retando a una Torre? Ni siquiera cuentas con caballo. - Las palabras salieron de su boca antes de que pudiera detenerlas, pero Jim solo sonrió.
Horas después cuando ya Jim había regresado al Imperio y estaba colocándose su uniforme, Cai partió para encontrar a Rochelle. Todo había ido bien con los zoomorfos, pero no esperaba lo mismo de la tierra de los AntroFranks.
-Torre, - fue el corto y solemne saludo de una AntroFrank de color rojo. - Mi nombre es Ol’Ga. Sea bienvenido.