La batalla del Apocalipsis

Capítulo III: Nace un Acromata

Habían pasado dos semanas desde que partimos de Odaiba hacia Italia, no había señal alguna de poder encontrar a Emma, sin embargo, durante el viaje tuvimos varios enfrentamientos contra demonios, hemos agotado nuestras armas, y Ernesto termino gravemente herido en la última batalla.

Tenemos que buscar un refugio no hemos podido llegar al coliseo y resguardarnos en la selecta de Italia, fueron palabras dichas con una voz de cansancio y temor que provenían de Yuko,

Mientras tenía mi espada en la mano derecha, y me encontraba sangrando desde la cabeza hasta mis manos y todo mi cuerpo se encontraba herido, voltee a observar a Damián, él no tenía ni una sola herida, de echo estaba cuestionándome porque en cada ataque pareciera como si el desapareciera, y cuando no podía desaparecer de mi vista las criaturas nunca lo atacaban, cada día que pasábamos fuera de la selecta podía observar como Damián ocultaba algo, empezaba a dudar sobre las últimas palabras que dijo Emma (no te saldrás con la tuya, yo la protegeré).

Vamos Emma donde estas, como me has hecho falta, siento que Damián no es quien dice ser, y creo que tú lo sabias, era lo único que pasaba por mi cabeza.

Mi corazón palpitaba muy fuerte, no habíamos comido en 5 días seguidos, Ernesto estaba perdiendo mucha sangre, Yuko había perdido su pergamino de juramento (un libro donde anota cada hechizo antiguo o nuevo que utiliza para combatir), por lo tanto, estaba fuera de combate, yo realmente no podía seguir sosteniendo mi espada, el único sin ninguna herida era Damián, pero a estas alturas ninguno de los 3 confiaba su vida en él, yo simplemente quería ser precavida, y por mucho que lo quisiera había algo que me hacía dudar de él.

De pronto un aura roja salió desde el suelo, aparecieron cuervos, toros y caballos negros todos envueltos en llamas, había un hombre vestido de negro con alas negras y cuernos rojos, sabíamos que era un demonio tipo s ya que tenía alrededor suyo más de una criatura maligna.

De repente los cuervos empezaron a lanzar llamas hacia la dirección donde se encontraba Yuko y Ernesto, empecé a correr lo más fuerte que pude para desviar las llamas, pero por más que lo hacía veía demasiada distancia de mi hacia ellos y cuando estaban las llamas a punto de matarlos, Damián apareció desviando las llamas con su poder de fuego, levanto su mano y saco fuego en la misma dirección de donde provenían las llamaradas.

El toro que se encontraba frente al demonio de rango s que solo se la pasaba riéndose como un gran villano, salió corriendo en dirección hacia a mí nadie estaba cerca de mí, nadie podía salvarme, cuando tome la espada con mis últimas fuerzas mientras por mi cabeza se reflejaban los recuerdos que tenía con Emma, todas esas discusiones, todas nuestras risas, y el día de mi cumpleaños, me di cuenta que esos recuerdos me dieron fuerzas para levantar mi mano izquierda dirigirla hacia mi corazón y mientras salían lágrimas de mis ojos, tome con coraje la espada y grite sin pensarlo, no puedo morir debo rescatar a mi mejor amiga, está esperando por mi

¡Yo te salvare Emma Thompson!

Corrí en dirección hacia el toro, levanté la mano derecha invocando el nombre de mi espada, cerré los ojos por un instante y en ese preciso momento, una ola de aire surgía en el campo, un tornado se formaba junto a mi espada al mismo tiempo lo cubría el fuego, y cuando la moví en dirección al toro en ese instante se desvaneció el toro antes de que lo tocara el tornado que habría creado, el demonio que había observado mi ataque con un gran coraje indico a los cuervos que me atacaran, ya estaba agotando toda mi esencia mágica, así que caí de rodillas al suelo, mi respiración cada vez era más lenta y mi expresión era de cansancio, mientras corría Damián para protegerme paso algo que no podíamos explicar, los cuervos que venía frente a mí para atacarme se pararon justo frente a mis ojos, y al verlos directamente a sus ojos pude ver en el reflejo de sus pupilas una niña de 10 años acariciándolos, es como ese sueño que tenía constantemente.

Los cuervos hicieron una reverencia frente a mí y pude entender cuando dijeron:

Mi reina Serket estamos para servirle díganos una orden.

Mi cansancio era tanto que mi vista empezaba a nublarse y antes de caer desmayada solo les dije:

Protejan a mis amigos a toda costa, lo dije sin pensar, pero dentro de mi había una parte en mi corazón que confiaba en ellos.

Varias horas después, desperté en un edificio abandonado, a lado de mi estaba Ernesto, completamente vendado, Yuko se encontraba dormida frente a mis pies y con su cabeza en el estómago de Ernesto, el único que no podía encontrar era a Damián.

Intente enderezar mi cuerpo, y por detrás alguien sujeto mi espalda, voltee en ese instante y era el demonio con el cual había peleado, sin dudarlo dos beses invoque el nombre de mi espada tomándola con la mano derecha y cuando iba atacarlo, el hizo una reverencia y después desapareció.

En ese momento Yuko abrió los ojos, me pregunto cómo me sentía, y antes de responderle le pregunte que donde estaba Damián, y que había ocurrido y ella me respondió lo siguiente:




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.