Pude notar que mientras caminábamos Erick iba atento a cada persona que nos cruzaba, me preguntaba si era por lo que le había dicho antes. Para ser honesta, su compañía era agradable y placentera.
-Entonces – dijo él en tono casual mientras se acomodaba la mochila sobre el hombro - ¿Cuál es el papel principal? ¿Es el lago de los cisnes?
-¿Por qué cada vez que alguien dice que quiere el papel principal en una obra de ballet, piensa en El Lago de los Cisnes? Existen otras obras igualmente esplendidas. En este caso, vamos a representar Giselle la cuál también tiene un final trágico.
-Si. La conozco incluso tuve la fortuna de ver Romeo y Julieta, El Cascanueces, La flauta mágica y por supuesto no podía faltar: Sueño de una noche de verano. Personalmente, me gusta Sueño de una noche de verano, y como puede entrelazar sin que desentonen los temas como los sueños y la realidad, el amor y la magia.
Lo miré un tanto sorprendida por su conocimiento sobre el ballet y sus obras; eso me agradaba. Era guapo, parecía bastante inteligente y además, sabía sobre ballet.
-Veo que te gusta el tema. ¿Tu novia está sumergida en este mundo?
Él se rio antes de responderme y cuando íbamos a cruzar la calle lo hice sin mirar a los lados, pero Erick me retuvo con su brazo y justo paso un auto a toda velocidad.
-Debes mirar a los lados antes de cruzar y jamás, nunca te confíes de las cebras ni de los semáforos. No todos los conductores los respetan.
-Gracias.
Mis palabras fueron apenas un susurro, pero lo suficiente para que él me escuchará y sonriera en respuesta.
-Ahora si podemos cruzar. Y, no, no tengo novia; mi madre. Ella fue bailarina de ballet y de las mejores.
-¿Fue? ¿Qué pasó? ¿Lo dejó?
Al principio pareció un poco incómodo, pero luego sus ojos se tornaron nostálgicos y comenzó a hablar con anhelo.
-Ella vivía para el ballet desde muy temprana edad, pero al ser de una familia demasiado humilde sus padres no se podían permitir pagarle las clases así que aprendió viendo a otros en la pantalla. Luego una academia prestigiosa la descubrió, pero para cuando eso yo ya había nacido. Mi padre me cuidaba mientras mi madre volaba por los escenarios transmitiendo su amor y pasión. Seis años después en pleno auge de su carrera se enteró que estaba embarazada por segunda vez; aunque en está ocasión ella no estaba lista para otro bebé. – Sus ojos se tornaron oscuros al pronunciar esas palabras, pero luego volvió a la normalidad. – Al sexto mes de gestación, mi padre falleció rumbo al trabajo. Eso la destrozó por completo, se sentía perdida; con un niño pequeño y una hija en camino, su carrera prendiendo de un hilo y las cuentas que pagar. Cuando mi hermana al fin nació, mi madre estaba agobiada y fuera de sí, no sabía lo que estaba haciendo y… ella la dio en adopción.
Sus palabras fueron secas y temerosas, pero a pesar de eso él continúo sonriendo hacia la nada.
-No fue hasta hace un año que al fin me dijo la verdad.
-¿No te había dicho antes?
Él me miró como si fuera estúpida y al parecer debía de serlo, pero no lo dijo.
-¿Cómo le dices a tu hijo de seis años que diste en adopción a su hermana?
-Tienes razón.
No sabía que decirle por lo que decidí callar, eso era lo mejor en casos así. El silencio duro hasta que él lo rompió justo cuando estábamos subiendo por la escalera de incendios del edificio al que subía a practicar.
-¿Y qué hay de ti? ¿Tienes hermanos?
-No. – Le dije mientras me ayudaba a subir, algo que no era necesario ya que lo hacía sola siempre, pero era bueno ser mimada; a veces. – Soy hija única, pero es mejor así la verdad. No me gustaría tener a un hermano pequeño viviendo lo que yo. No podría soportarlo, creo que terminaría cometiendo una locura.
-¿Tan mal está la cosa?
-¿Recuerdas a Harry Potter y sus tíos? – Le pregunté una vez en la azotea del edificio y él asintió. – Bien, ahora imagina que esa es mi familia en un buen día.
-Oh dios. Lo lamento.
-No lo hagas. Lamentarte de algo que no es tu culpa es perder el tiempo, mejor inviértelo en algo que sí puedas arreglar. Sin ofender.
Dije inmediatamente al notar que mis palabras podrían haber sonado un tanto groseras, pero él solo se encogió de hombros dándome la razón.
Las siguientes tres horas me las pace practicando mientras Erick me ayudaba con la música y me daba su opinión como espectador. Era agradable tener compañía durante mis prácticas.
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Editado: 20.09.2024