La Bella y su Mafioso.

Capitulo 19.

Bella.

Quizá dije algo mal o tal vez le molestó que dijera que nos conocíamos de hace tiempo, pero así lo consideraba yo viéndolo desde la perspectiva de que cada Sábado él estaba allí en la azotea, pero fuera lo que fuera Andrew se incómodo. Intentó disimularlo, pero yo lo noté de igual manera. Mi intención no había sido esa y menos después de que me había salvado, pero nunca había sido buena en leer a las personas y mucho menos en demostrar mi gratitud; solo tenía experiencia agradeciéndole a Eleonor y para ella era algo innecesario ya que me ayudaba con gusto. Era lo que me repetía cada vez que le daba las gracias.

-¿Y ustedes dos son amigos cercanos?

La pregunta de Andrew me sorprendió, sobretodo porque estaba cargada de cierto sentimiento que no alcanzaba a distinguir del todo, pero podría jurar que eran celos. Erick estaba a punto de responder, pero fui más rápida que él y lo interrumpí.

-No. De hecho, nos conocimos hoy a la salida del instituto. Se ofreció a acompañarme por si acaso.

Erick resoplo molesto y Andrew por su parte sonreía con cierto triunfo al descubrir que él y yo teníamos más historia que él prólogo que compartí esa misma tarde con Erick.

-Y yo que creía que se conocían de años. Lo digo por el instinto sobreprotector que este niño tiene hacia ti; incluso es un poco aterrador si me lo preguntas.

-Que suerte que nadie te lo pregunto. – Le dijo Erick secamente. – Pero si debo alejarla de ti, entonces lo haré.

-¿Entonces ahora actúas como su padre? ¿También le dirás que no acepte dulces de extraños y se vaya a dormir temprano a la cama? Escucha amigo, Bella es lo suficientemente mayorista para decidir con quién pasar el tiempo y con quién no.

-Es que a veces puede equivocarse o pueden tratar de confundirla.

-¡Oigan! Estoy aquí aún y ustedes están actuando como niños pequeños. Ninguno de ustedes dos tiene el derecho de decidir por mí con quién puedo o no formar una amistad.

Ambos se quedaron en silencio y Erick se dedicó a comer su trozo de tarta de chocolate con fresas y chantilly encima. En cambio, Andrew solo asintió una vez y desvío la vista hacia el paisaje tardío de la ciudad junto a los siempre apresurados y distraídos transeúntes. La verdad es que era muy atractivo, tanto de frente como de perfil.

-¿Y de dónde eres? Andrew ¿Verdad?

Preguntó con curiosidad y delicadeza Erick y sorbió de su caso esperando con ansias una respuesta. La verdad es que ya éramos dos; también deseaba saber de dónde era ya que no quiso decirme, pero nada me aseguraba que la cosa fuera distinta está vez. Andrew se aclaro la garganta y tomo un palillo para limpiarse los dientes, solo que él comenzó a masticarlo recordándome a los vaqueros del viejo oeste; solo que más sexy.

-De todas partes y de ningún lado.

Ya lo sabía yo. Suspiré un tanto decepcionada y empecé a jugar con mi porción de postre, pero al parecer él no había terminado.

-Aun que por otro lado, originalmente nací en Positano; es una aldea en un acantilado de la costa Amalfitana italiana. Mi madre era italiana y de ahí mi gran asentó y por supuesto que sepa hablar el idioma con gran fluidez. Entre otros por supuesto.

-¿Y tú padre? – Insistió ansioso Erick apremiándolo por respuestas. – Eh notado que no solo posees asentó de tanto, sino uno más del tipo…. Rumano ¿Puede ser? No losé, quizá me equivoqué.

-Si, de hecho lo haces. Por favor ¿Rumano? ¿En serio? Mi padre era ruso. Nació y vivió hasta los 18 en San Petersburgo; o al menos esa era su residencia oficial ya que él y su familia viajaban mucho. De hecho, a los 18 años se mudo a Venecia un tiempo y luego a Milán con su esposa. Mi madre – aclaró más para mí que para Erick – a la cual conoció durante un viaje de negocio familiar. Su familia y la de mi padre eran…. Socios y la idea era hacer un matrimonio arreglado, pero resultó que al final fue amor a primera vista. ¿Algo más que desees saber o el interrogatorio al fin acabo?

-De hecho hay mucho que preguntar…..

-Lastima, porque ya se terminó el horario de atención al público y los niños deben irse a dormir. Bella, si quieres te puedo llevar a tu casa. Y de paso hablaré con tu madre de negocios…. Familiares.

Estaba más que segura de que eso último era totalmente innecesario, pero logró lo que deseaba y puso aún más incómodo al pobre de Erick. Yo no pude hacer más que despedirme de él y disculparme avergonzada por completo. Antes de salir del restaurante Erick me dio un papel con su número de teléfono y me hizo prometerle que le escribiría. Mientras, Andrew me apuraba para que saliera de una vez.

<<¿En qué momento me había complicado tanto con ellos dos?>>




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