La Bella y su Mafioso.

Capitulo 34.

Cuando abrí los ojos el sol ya había bajado por el horizonte; al parecer, habíamos dormido casi todo el día. La respiración de Andrew era tranquila, relajada y al compás de la mía, hasta que recordé lo que habíamos hecho y como me sentía ahora: plena, completa y como si la parte o aquello que anhelaba se hubiera reunido al fin conmigo. Era tal la emoción que mi corazón se aceleró peligrosamente. Mis ojos bajaron hacia su pecho desnudo y bronceado, sin pensarlo, mis dedos comenzaron a recorrer su piel tratando de grabarla en su memoria táctil, él soltó un suspiro de satisfacción y por un momento temí haberlo despertado.

-Andrew ¿Dónde estuviste todo este tiempo?

Fueron esas palabras las que me indicaron que estaba completamente perdida por ese hombre, pero en el fondo el miedo consumía mi felicidad y sus feas garras sostenían entre ellas mi frágil corazón amenazando con desgarrarlo de un momento a otro. Algo me decía que no todo estaba dicho, aún quedaban obstáculos por superar; como el hecho de que mi padre era el responsable de la muerte de su hermano menor. En ese momento, por alguna extraña razón me vino a la memoria la incómoda conversación que escuche la noche anterior; mi tío estaba discutiendo con alguien y al principio me pareció extraño y sin sentido, pero ahora….. ¿Y si mi padre en realidad era inocente?

-¡Andrew!

Susurré su nombre con urgencia mientras lo sacudía para despertarlo y aunque creí que dormía profundamente, él se incorporo rápidamente en posición de defensa y con sus ojos analizando cada rincón de la habitación como si estuviera tratando de detectar una amenaza. Cuando se convenció de que en el lugar solo estábamos nosotros dos, sus hombros se relajaron y su cuerpo dejo atrás la tensión, entonces volteó su rostro hacia el mío y extendió una perfecta sonrisa que derritió mi corazón y sonrojo mi cara.

-Debes tener más cuidado con el modo en el que me despiertas Brownie, creí que había un intruso.

-Lo siento, no era mi intención. Solo necesitaba preguntarte algo.

-Dime.

Él acercó sus labios y beso mi frente tiernamente, por un momento pensé en dejar de lado mis preguntas y acostarme abrazada a él nuevamente, pero debía resolver todos los obstáculos antes de tener una vida plena y feliz con él.

-¿Cómo se apodaba tu padre? – Él me miró un poco curioso y en sus ojos vi un destello de preocupación. – Me refiero a que en las películas de mafiosos que he visto, siempre tienen apodos por lo que supuse que tú familia no sería la excepción.

-Y supones bien pequeña, mis padres tenían apodos que heredaron de sus padres: mi madre era La Rosa negra ya que el emblema de su familia era una rosa y, el de mi padre era El Lobo del Este en referencia a las mascotas de mi familia y…. Su predilección a la caza de sus adversarios utilizando los lobos.

-Eso es horrible.

-Lose, algo que terminó cuando mi padre asumió el puesto, aunque no lo creas Bella, el hecho de nacer en la mafia no te convierte en un ser cruel y despiadado automáticamente. Sí, hay cosas que uno hace para mantener su fachada y a su familia a salvó, pero también realizan cambios como mis padres y luego mi hermano.

-Y ahora tú también. – Él asintió casi imperceptiblemente y vi la tristeza en su mirada cuando menciono a su familia. No sabía que había pasado con sus padres y tampoco quería preguntar; de nada servía escarbar en las heridas del pasado si nada podía hacer ya, pero con Matthew, con él era diferente porque si podía ayudar a resolver su crimen. Y hacer que el culpable pagará ante la ley aunque eso significara mandar a mi propio tío a la cárcel. – Entonces, tú ¿Cómo es tu apodo?

-Suelen llamarme El pequeño Lobo a modo de burla, diciendo que jamás llegaré a ser el líder que fue mi abuelo y aunque no lo creas, eso no me molesta. Aplaudo el hecho de jamás ser como fue mi abuelo, no es algo que desee y no me mal intérpretes, era un gran sujeto con su familia, nos amaba y nos cuidaba, pero cuando se trataba de negocios…. Bueno, con al cacería ya debes de imaginar el resto del panorama. ¿Qué sucede?

Andrew me preguntó preocupado al ver mi rostro serio y pensativo. Hasta unos segundos atrás, aún tenía dudas sobre si mi tío Peter podría o no ser el responsable detrás del asesinato de Matthew, pero ahora, analizando su extraña llamada la noche anterior y confirmando que estaba hablando de Andrew, ya no me quedaban dudas.

-Andrew, creo, no, sé que mi padre es inocente; el verdadero culpable es mi tío Peter.

Justo entonces escuchamos unas voces discutiendo y venían de un lugar cercano a dónde estábamos nosotros. Ambos nos miramos sin saber que hacer ya que reconocía esas voces: eran mis padres y venían hacía mi habitación.




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