Salimos temprano en la mañana a recorrer todo, buscando alguna pista que nos dijece quien podria ser el enemigo y sobre el paradero de Marco, Baia estaba demaciado angustiada como para permanecer quieta y eso me inquietaba mas.
-Baia, no creo que debas estar tan nerviosa tus hombres podrian desconfiar y doblegarce al minimo signo de peligro.
-Por que lo dices, Liam, no creo que me vea tan mal.
-Tienes el mismo aspecto de cuando te rescatamos, y sabes que tus hombre resultaron heridos en esa emboscada, verte asi no creo que los ayude a superar eso, ni siquiera llevas tu casco puesto.
-De verdad, lo siento, Liam, estoy miy preocupada por marco, siento que ha de estar sufriendo mucho, por las noches sueño con el y lo escucho llamarme por ayuda, ya han pasado 4 dias desde que esto empezo y no tenemos siquiera una pista de su paradero ni de quien nos ataca, no creo poder soportarlo por mucho, el me hacia saber que esta era mi realidad y que no me estoy volviendo loca.
Compartimos un abrazo, no muy largo, pero fue suficiente para que se calmara, a partir de alli fue todo muy rapido, los guardias encontraron los cadaveres de dos nobles, algo cerca de la frontera, un sitio muy raro para los nobles y por el estado de sus cuerpos su sangre habia sedo drenada, esto eran de una de las ramas de la nobleza no muy lejana a la de Baia y temio por que algo asi le pasara a Marco.
-Maestro, la llevamos a su habitacion y la encerramos con 3 de sus damicelas, al igual que dejamos a 4 gardia fuera de esta para mantenerla vigilada.
-Gracias muchachos, pueden tomar un descanso, me imagino que no fue facil dejarla alli.
Baia habia enloquecido al encontrar los cadaveres, no tuvimos de otra que enviarla al castillo, todo esto se salia de control, fui a ver como seguian los refugiados y al llegar, no vi por ningn lado a Emma, su madre no sabia nada de ella, nadie la habia visto, ni un solo rastro, al igual que marco ahora era yo el que enloqueceria, pero trate de calmarme, no quedaria nadie y jamas pensaria en confiarle a nuestros soldados al lunatico de Leon, primo de Baia y uno de los mas crueles generales del reino.
-Quien anda alli?.- Estaba en un recorrido y escuche pasos detras de nosotros unos muy pesados.
La neblina nos atrapo, no lograba divisar a mis hombres pero, sabia que ya no estaban, una voz un tanto sombira me hablo y se mostro delante de mi, un hombre no mas grande que yo pero sus facciones le causarian panico a cualquiera, llevaba una capucha negra.
-Dime, la quieres a ella o a tu rey, te digo, sin tu rey esa reina durara poco, tienes que elegir sabiamente.
-Por que tengo que elegir, por que capturas personas y no peleas como hombre, o le temes a alguien.
-Ni a nada, ni a nadie, mucho menos a un traidor como tu.- Se fue, al igual que la neblina solo quede yo y el silencio.