Emma me conto todo lo que habia pasado en estos años y las razones del estado del reino, segun Baia solo tenia 2 años que habia salido de su meditacion y todo parecia comenzar a mejorar cuando volvio al mandato, pero como ya sabia, entro en deprecion e intento suicidarse, me senti mas confundido aun, si todo iba bien por que hizo eso?, sentia que no debia meterme en estos asuntos pero, muy en lo profundo de mi ser, sentia que debia ayudarla.
Mi plan era entrar por las catacumbas del castillo y luego averiguar en que habitacion estaba, la mayor parte era a ciegas pero debia hacerlo, aunque mi destierro fue por Baia, no sentia que fuese su culpa ni yo mismo me crei haber matado a Marco, asi que debia averiguar que fue lo que realmente paso con ella.
Luego de andar como media hora en las catacumbas entre al castillo e intente ir a el lugar donde recordaba su habitacion, pero resulta que ella no estaba alli, solo habian sirvientes y asi en casi todo el castillo, hasta que llegue a la torre este, que era conocida por albergar a los ancianos y resulta que estaba alli, al mirarla no pude evitar derramar lagrimas, en una silla de acero con cadenas en brazos y piernas, en un estado en el que jamas la habia visto, se notaba que tenia dias alli, logre abrir la puerta e inmediatamente fui a liberarla, ella me observo con la mirada en blanco, como si no lograra enfocarme.
-Baia, puedes oirme?, te sacare de aqui vamos.- Su mirada bajo y no dijo nada, solo se dejo llevar por mi y al menos logro caminar, de manera, que fue mas rapido que cargarla, pero alli note el problema, ella no podia ver. Llegamos a casa de Emma y ella al vernos se sorprendio, pero rapidamente nos llevo a una habitacion con una cama para recostar a Baia, que al parecer al recostarse se quedo dormida, revice su pulso y no habia nada extraño, con un pesado suspero la deje y fui a explicarle a Emma que me veia preocupada.
-Como hiciste para sacarla? y porque se ve tan mal?, la revisaste?.
-Si, no hay nada de malo en su pulso, pero no explico como parece estar ciega y sacarla del castillo fue tan facil que de verdad me parece extraño, por el momento sera mejor dejarla descansar.
Alrededor de dos horas mas tarde Baia salio de la habitacion guiandoce de la pared y antes de que tropezara la ayude a llegar hasta un mueble, y logro hablar diciendo un casi inaudible gracias.
-Baia, sabes quien soy?.- Ella solo asintio y lo unico que hizo fue abrasarme derramando pesadas lagrimas y sollozando un poco, senti que mi corazon dolia y me arrodille delante de ella.
Asi en medio de la noche, dos almas dañadas por el destino o tal vez un karma de vidas pasadas lloraban juntas como si fueran uno.
-Perdoname Liam, de verda lo siento tanto, no debi de haberte echo esto, me siento tan sucia por todas las cosas que te hice pasar, siento que toda tu buena voluntad la pisotee, siento que de nada sirve tener poderes divinos si soy una escoria como persona, si muero nadie lloraria por mi, no tengo nada ni a nadie.
-Ya, ya, me tienes a mi, yo puedo llorar contigo, yo tambien lloraria si algo te pasara, de verdad no digas esas cosas, mejor calmate y si te sientes segura de hablar hablamos, pero si quieres seguir llorando estare aqui contigo.
Y asi fue como seguimos, entre lamentos y lagrimas hasta que el sol se asomaba, que fue el momento en que Baia se quedo dormida y yo me quede alli, observando lo poco que quedaba de mi vieja amiga.