Simplemente no puedo creer lo que estoy escuchando, me quede inmóvil, tratando de darle sentido a lo que acabo de escuchar, es como si no pudiera comprenderlo, mis manos comenzaron a temblar, y sentí que alguien me tomo del brazo.
—¿Aileen que tienes?— es Dina, la puedo reconocer y observo que sus labios se mueven, pero no puedo entender lo que dice.
Al ver que yo no reacciono ella tomo el teléfono del suelo y siguió hablando con mi padre.
—Lo siento mucho señor, sí yo le digo y la llevare a mi casa, adiós— Dina colgó el teléfono y me miro muy triste.
—Lo siento mucho Aileen, tu padre me dijo que viene por ti a mi casa para que vayas con él al bosque a casa de tu abuela, ¿Quieres ir?
Solo asentí con mi cabeza, estoy paralizada, no puedo reaccionar, siento todo tan irreal. Dina les dijo a los de la fiesta que me siento un poco mal y que me llevaría a dormir, salimos y fuimos directo a su casa, una vez que llegamos me quite el vestido, me puse otra ropa me senté en la sala a esperar a que mi padre llegue, Dina se sentó a mi lado y tomo mi mano.
—Dina... mi abuela murió— Dije al fin, y con eso fue como si hubiera caído de golpe en la realidad, como si acabase de despertar de un sueño, y empecé a llorar.
—Lo sé amiga, sé lo mucho que la querías, lo siento mucho— Dina me abrazo y yo no pude controlar mi llanto.
Mi abuela era lo único que me quedaba para volver a empezar, y ahora se ha ido junto con mi pequeño sueño de ser feliz.
Minutos después sonó la bocina del auto de mi papá, salí rápido y sin pensar entre en el auto, Dina se quedara, pero mañana ira a acompañarme al bosque. En el auto esta mi papá, Miranda y Sara, mi padre está llorando pero trata de controlarse, yo no lo juzgo, después de todo es su madre.
Yo tampoco puedo dejar de llorar.
—¿Qué fue lo que paso?— le pregunte sollozando a mi padre.
—Al parecer callo del segundo piso, la barandilla de las escaleras se rompió, ella callo y se golpeó la cabeza— respondió
Supongo que la barandilla de la escalera estaba muy vieja y colapso.
Después de una media hora de camino llegamos al bosque, oscuro y bromoso, en las afueras hay patrullas, una ambulancia y otros autos, están estacionados afuera porque no pueden entrar con los vehículos, deben caminar.
Mi padre hizo lo mismo y paro a un lado de la carretera, bajamos del auto, primero observe el bosque, oscuro e imponente, y cuando todos estuvimos lisos con las linternas de nuestro celulares empezamos a entrar, pero algo paso, apenas di un par de pasos dentro del bosque empecé a sentir que algo quema mi pecho, es un ardor horrible, tanto que solté un grito, jale el cuello de mi camiseta para mirar por debajo de la misma, y vi cómo sale un poco de humo de mi collar, extrañamente parece que se calentó tanto que me quemo.
Mi padre, que ya estaba un poco más adelante volvió a donde yo estoy y me pregunto el porqué de mi grito, pero no puedo explicar lo que ocurrió, así que le dije que no es nada, seguimos caminando por un sendero oscuro, mientras siento el ardor en mi pecho justo en el lugar donde tengo el collar, me lastima, así que me lo quite y lo guarde en el bolsillo de mi pantalón, y seguí avanzando hasta llegar a casa de la abuela, la cual está rodeada de policías y reporteros, pero no dejan a nadie entrara a la casa.
Están investigando lo que paso, mi padre se acercó a los policías y les pidió que le explicaran más detalladamente lo que ocurrió, ellos le dijeron que hace unas horas recibieron una llamada de emergencia de un chico que pedía que viniera una ambulancia aquí al bosque, pero cuando la ambulancia llego solo encontró a mi abuela en el suelo, muerta, dicen que murió de forma instantánea, y no saben que paso con el chico que llamo a emergencias.
El policía le pidió a mi padre que entrara a la casa, yo trate de entrar pero uno de los policías me prohibió el paso, tuve que alejarme unos metros de la casa, me senté lejos en una roca, solo observando a mi alrededor, a los policías y algunos miembros de la ambulancia, mientras no delo de pensar en lo que paso, aun siento que mis manos tiemblan. Después de un rato mi padre salió de la casa y detrás de él salieron los médicos forenses, cargando una camilla con el cadáver de mi abuela cubierto con una sábana que tiene algunas manchas de sangre.
Yo corrí para ver a mi abuela, trate de levantar la sabana pero mi padre me detuvo.
—No lo hagas, será mejor que la recuerdes antes de esto—me abrazo mientras cruzaban el bosque con el cuerpo de la abuela para llevarlo a la carretera.
—¿A dónde la llevan?—le pregunte.