—SANTO
La piedra está totalmente roja.
Me acerque al vaso lentamente para ver de cerca y comprobar que es cierto lo que mis ojos ven.
Metí la mano al vaso y saque la piedra, la levante frente a mis ojos mientras me escurrían gotas de agua por el brazo, ahora la piedra es totalmente roja como la sangre, pero no entiendo por qué ha funcionado conmigo y no con Evan, sentí un escalofrió.
Deje la piedra en la mesa, tome el vaso de agua y lo tire al fregador, afuera empieza a oscurecer y a ponerse frío, así que decidí dejar todo y subir a mi habitación, pero antes tome un par de velas y el encendedor de Evan para no quedarme completamente en oscuridad en mi habitación, subí las escaleras y entre. Al entrar en ella encendí la luz y cerré la puerta, esta vez no pondré nada detrás de ella en caso de que necesite escapar de nuevo.
Coloque una vela en el centro de la habitación, me agache y la encendí, luego puse la otra a un costado de mi cama, pero no tan cerca como para provocar un incendio, me decidí y apague la luz, solo podía ver un poco de esa luz cálida que irradian las velas, fui hacia la ventana para observar si no hay nada ni nadie rondando cerca, pero solo puedo ver árboles y sombras, cerré las cortinas y subí a mi cama.
Solo mirando el techo tratando de analizar todas las cosas que me han pasado, y una gran pregunta llego a mi mente, ¿Si Leander es la bestia, el mato a mi abuela?
Una parte de mí no quiere creer que Leander es la bestia, no porque no crea en ello, ya que todo lo que me está pasando no me deja duda de que esto es real, sino que, Leander es mi amigo y no puedo imaginar algo así. El frío empieza a sentirse cada vez más, me cubrí con la manta pero no parece ser suficiente, sin embargo eso no me preocupa mucho, me inquietaba más el silencio de afuera, es como si la bestia estuviese afuera asechando y esperando su oportunidad para atacar, pero luego de un rato, lentamente mis ojos empezaron a ceder ante el sueño.
Desperté de golpe, sudada y agitada, otra vez ese sueño, mire a mi alrededor y todo está oscuro, las velas están apagadas, me quite la manta de encima y me puse de pie, no quise encender la luz para no llamar la atención de afuera, tome el encendedor y de puntitas en el suelo frío de madera avance hacia la primer vela al lado de mi cama, me agache y la encendí dándome un poco de luz, de nuevo puedo ver como la luz moverse como si bailara en las paredes y el techo, llegue a la segunda vela y la encendí, con más luz me siento mejor, me di la vuelta hacia la ventana y un gran escalofrío recorrió mi cuerpo, puedo ver claramente la silueta de una persona parada afuera.
Supuse que es el cazador, pero no sé cómo reaccionar, camine con cuidado hacia la ventana tratando de no hacer mucho ruido, al llegar tome un extremo de la cortina, lo levante cuidadosamente para mirar, pero el cazador se dio cuenta antes de que siquiera pudiera verlo y escalo hacia el techo, levante rápido la cortina para ver, pero solo pude ver sus pies, escuche sus pasos y mire al techo tratando de seguirlo, y se detuvo en el centro de mi habitación.
Me aleje de la ventana y me senté en mi cama, ya no voy a poder dormir, otra vez.
Hay algo que no entiendo del cazador, ¿él está aquí para protegerme de la bestia? ¿O su propósito es matarla y está aquí porque sabe que la bestia vendrá por mí?, claro que no le puedo preguntar ahora, pero mientras aleje a la bestia no importa si es un protector o un simple cazador.
Me quede ahí sentada luchado para no dormir, aunque tengo sueño no quiero hacerlo. Pero otra vez me quede dormida.
Cuando desperté ya había amanecido, me sorprendió no haber tenido problemas anoche, seguramente el cazador evito esos problemas.
Baje a la cocina y vi la ventana de la cocina estrellada, anoche trato de entrar y yo ni me di cuenta. Fui hacia la mesa de la sala y la roca sigue roja, creí que podía haber sido una alucinación mía, pero al parecer no, ojala Evan llegue pronto para mostrarle esto. Tengo que investigar más, tengo que bajar a esa habitación de nuevo, me serví un vaso con agua ya que tengo sed después de todo lo de anoche. Baje con el vaso en una mano y los libros de brujería en la otra, será mejor regresarlos a su lugar.
Coloque los libros y el vaso en el suelo junto a la puerta, la observo tratando de averiguar cómo es que Evan la había abierto anteriormente sin usar la llave, pero antes de descubrirlo escuche que alguien toca la puerta, así que subí para abrirla.
—Evan, que bueno que llegaste, entra rápido que tengo algo importante que decirte
—¿Qué paso? ¿Estás bien? Acabó de ver la ventana de la cocina y parece que anoche también te atacaron
—Si pero estoy bien, además no es eso de lo que te quiero hablar