La Bestia Y La Bella

CAPITULO 5

EL BESO

Un jadeo escapó de la garganta femenina e instintivamente dio un paso hacia atrás. La enorme mano de la bestia sujetó su esbelta espalda impidiéndole alejarse.

Sé acercó a ella inclinando su rostro. Levantó su barbilla buscando su rostro pálido mientras se perdía en esos ojos verde esmeralda que lo miraban atónitos.

- ¿Cómo se atreve? - Intentó escapar del abrazo empujando el poderoso pecho con sus manos. -¡Yo no soy un objeto al que se necesite presumir! ¡No es posible que usted crea que pueda comprarme!

- Para eso yo hubiera compensado a tú padre con el dinero que me ha robado, - sus fuertes brazos la mantuvieron inmóvil sin ningún esfuerzo. - Lo que quiero es recuperar lo que es mio. Te casas conmigo y tú padre queda libre, el dinero seria parte de una dote; sí así quieres llamarla. No tendrías que quitarle a tus hermanas el dinero de su herencia y su futuro. Sí te niegas...

-¡Mi padre no puede ir a prisión! - Exclamó con angustia, - lo mataría. ¡Por favor acepté el dinero que hemos reunido! Yo..., trabajaré para usted, le juro que no tendrá una queja de mi, el dinero usted lo sumará hasta que yo liquide la deuda.

- ¿Cuánto tiempo crees que te llevara pagarme?

La lágrimas caían por las pálidas mejillas. Max movió la cabeza, no podia permitirse tener compasión, sin embargo ese hermoso rostro angustiado causó una muy pequeña grieta en la impenetrable coraza que había construido hacia mucho tiempo a su alrededor. ¿Que podia hacer un hombre sintiendo el delicado cuerpo estremecido de sollozos de una hermosa mujer?

Su cuerpo se endureció y una excitación recorrió su cuerpo de manera intensa.

La escuchó jadear, su pecho subía y bajaba agitado mientras sus ojos húmedos se encontraron con los de él. Su pequeña y rosada lengua humedeció sus labios llenos y suaves.

Perdió el control. Su boca se abalanzó hacia la suya devorándola en un beso que buscaba conocer, descubrir la escencia de esa joven inocente. Quería conocer el sabor de la pureza, de la inocencia.

Milly se perdió en la maestría de esa boca dura y sensual. Gimió derrotada respondiendo en su inexperiencia a la pasión que él le transmitía en el beso.

La excitación recorrió el cuerpo femenino al sentir el calor de la bestia cuando él la oprimió más hacia él y sus manos rodearon sus caderas acercándola a su miembro endurecido que  oprimía su estómago.

Abrió los labios con la húmeda lengua de él poseyéndola con movimientos apasionados.

Ajena a toda realidad, olvidando el motivo que la tenia allí; se elevó. en las puntas de sus pies y rodeó el cuello masculino acariciando las puntas de su cabello que apenas se asomaban en el cuero cabelludo. Parecían ser una sola sombra entre la semi oscuridad de la habitación, inclusive a pesar de las ropas coloridas de ella y las negras de él.

Ambos parecían ajenos a lo que no fuera esa total y absoluta locura.

El timbre del teléfono rompió el momento. Max con un entrecortado jadeo se apartó de ella mirándola feroz, molesto, de pronto la arrojó hacia el escritorio como sí fuera culpable de lo que acababa de pasar. Milly apenas pudo detenerse en la fría y oscura superficie mirándolo con asombro, sintiendo como un frío intenso recorría su cuerpo.

Lo siguió con su mirada hasta el teléfono y al momento de contestar la llamada le dio la espalda pasando una mano por su escaso cabello.

Milly estaba horrorizada por lo que acababa de pasar. Cubrió su rostro con temblorosa manos y el suave tacto alertó las terminaciones nerviosas de sus labios inflamados por el beso.

¡No podia seguir ahí! Ansiosa escuchaba la conversación que la bestia  mantenía , sabia que era momento de huir de él, no podría enfrentarlo después de...

Corrió hacia la pesada puerta, la abrió con ambas manos jalando su cuerpo hacia atrás con fuerza y salió corriendo haciendo caso omiso de la sorprendida secretaria y algunos empleados que se encontraban por el lugar.

En la entrada principal se quedó parada mirando hacia todas direcciones antes de bajar las escalinatas y corrió hacia el camino principal.

-¡Señorita Mathews!

La voz de la Anna Miller la llamaba.

¡Tenía que huir de ahí! ¡No podia quedarse, no quería estar más tiempo cerca de él! Corrió por el camino esfaltado haciendo caso omiso al alboroto a su espalda. ¡No podia detenerse, tenia que salir de ahí!

Se acercaba a la reja. Agitada aumentó la velocidad de su carrera y se detuvo sin respiración ante la cabina de vigilancia.

-¡Por... favor,... abra la ... reja...!

El guardia la miró confundido y negó con la cabeza.

-¡Yo tengo..., que salir de ... aquí!- le suplicó casi histérica.

Jack se acercó a la reja al escuchar el tono de la voz femenina.

-¿Qué pasa Milly?, ¿Por qué no la dejar salir? - Demandó enojado, -¿Por qué...



#1637 en Novela romántica

En el texto hay: romance, amor, bella

Editado: 05.11.2019

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