LIQUIDACIÓN
Jack miró desde el fondo del elegante restaurante en busca de la bestia. Se acomodó la corbata purpura sobre la camisa de algodón morado, quería estar bien presentable, palpó el sobre que llevaba en el bolsillo interno de la chaqueta negra. Estaba más que preparado para enfrentarse a él.
Sus ojos azules se posaron en la bestia como todos en el restaurante cuando hizo su aparición. Su altura llamaba la atención, así con también lo hacia su siempre vestimenta oscura, además de que en ese momento la mujer junto a él también atraía a la mayoría de los caballeros que departían en el lugar.
¡Guau! Exclamó para sí al darse cuenta quien era su exótica pareja. Roberta Bordeaux, la famosa modelo internacional que venia de una país africano. La mayor parte del globo terráqueo conocía la triste historia de la bellísima mujer.
Ella fue salvada por su madre de ser mutilada en su país. Francia la había aceptado como refugiada junto con sus padres y sus tres hermanos. Al crecer en la pobreza en un barrio de Paris, un día fue descubierta por un fotógrafo que tomaba una instantáneas de una ruinas cercanas a el lugar en donde vivía.
De ahí en adelante la suerte entró a su vida y nunca más la dejo.
Estaba sorprendido por la actitud que estaba tomando la bestia después de haberse desecho de Milly. Nunca en su vida se imaginó que casi dos semanas después estaria en un lugar público con esa exótica y hermosa mujer, mostrándo lo poco que le importaba su esposa y su matrimonio.
Peinó con los dedos su cabello rubio y se acercó, sabia que esa seria la única oportunidad que tendría de poder hablar con él y desligar para siempre a Milly de su vida.
-¡Señor Blackthorne!
Se acercó a penas unos metros antes de ser detenido por uno de sus guardaespaldas. La bestia lo miró con indiferencia antes de reconocerlo y brindarle una mirada de fria arrogancia.
- Señor Blackthorne me gustaría hablar unos momentos con usted.
Roberta sujetó posesiva el brazo mirando a Jack con sus ojos verdes curiosos. Max se inclinó hacia la modelo susurrando algo en su oido, ella asintió caminando con elegancia hacia la mesa en donde les esperaba el maitre.
- Tiene un minuto señor Taylor.
A Jack no le sorprendió que supiera su nombre, esperó que el guardaespaldas de la bestia se moviera y caminó hacia la barra del bar. Se volvió hacia el gigante y sacó el sobre dejándolo en la barra frente a él.
- ¿Qué es esto? - preguntó Max mirando el sobre sin interés.
- Es el dinero que Joseph Mathews le robó -, le anunció con un dejo de satisfacción -. La deuda que tiene con usted está saldada.
Max levantó una ceja con diversión antes de dibujar una mueca de lo que parecía ser una sonrisa. Movió el sobre blanco con los dedos antes de tomarlo sin tener la intención de abrirlo. Jugueteó con el y miró a Jack entre cerrando los ojos.
- ¿De eso se trató todo?
- ¿Perdón?
- ¿Todo esto lo hicieron por dinero? - Inquirió en un tono casi violento -. No lo necesitó, la deuda de Joseph Mathews quedó saldada, Lady Mildred fue el pagó, uno muy satisfactorio.
- ¿Cómo se atreve? - Jack miró con furia a la bestia sin importarle la diferencia de estatura y de fuerza -, ella no es un objeto, ella...
- ¿Ella? - Max inclinó la cabeza enfrentándose a los ojos azules brillantes de furia -. ¿Quien es ella? Todo este tiempo estuvieron buscando la manera de destruirme. ¡Ella estuvo involucrada en todo esto desde el principio! No me extrañaria que quisiera pasar como la mártir que se sacrificó por su padre para ser la heroína de esta absurdo drama.
- ¡N-no! - el desconcierto en el rubio casi lo hizo bajar la guardia -. Ella no tiene nada que ver con esto, estoy casi seguro que no sabe nada de...
- ¿Por qué la proteges? - Demandó frunciendo el ceño - mis fuentes dicen lo contrario.
- Tal ves debería verificar sus fuentes ella no tiene nada que ver con lo que pasó.
Max movió la cabeza incrédulo, deslizó el sobre hacia el rubio. Le miró con sus ojos plateados frios, inclinó las cejas mostrando una bestia peligrosamente indiferente.
- Dile que la deuda está pagada -. El cuerpo de Jack se estremeció temeroso -. Ella la ha pagado con creces, mi cama nunca tuvo a una mujer como ella. Por un tiempo llegó a ser increíble, pero hasta alguien como ella llega a cansar.
- ¡Maldito hijo de perra!
Max rió indiferente a su insulto.
- Mira Taylor, da gracias a quien tu quieras darlas porque no hare nada en tu contra o en contra de Mathews - comentó bajando el tono de voz en un susurro que lo hizo estremecer -, estoy mostrándome muy condescendiente con ustedes. Y también agradezcan a que Lady Mildred fue..., digamos muy buena con su parte; lo que estoy buscando es la mente maestra de todo este estúpido asunto. Tarde o temprano lo descubriré y entonces será mejor que se mantengan alejados de mí.
- No se preocupe lo haremos - pasó saliva sintiéndose de pronto muy nervioso -, después de lo que pasó no creo que nos crucemos en su camino. Tan pronto como Milly consiga el divorcio, ella y yo...
Max que estaba a punto de alejarse del insignificante Jack Taylor se detuvo. Le miró.
- ¡Qué demonios!...
- ¡Yo amó a Milly! Y ella... - su voz mostró más confianza - y voy a aprovechar esta oportunidad. Antes no tuve el valor de hacerlo pero ahora ya no voy a dejarla escapar.
Por un momento Max sintió una oleada de calor recorriendo su cuerpo de los pies a la cabeza. Apretó los puños a los lados de sus cuerpo aguantando los deseos de golpearlo. Observó furioso su rostro común queriendo destrozarlo. Apretó los labios aguantando desatar su furia en él mientras se apoderaba en cada una de sus facciones una fría indiferencia.
- Bueno, creo que será mejor que me marche -, dijo Jack guardando el sobre dentro de su chaqueta -. Después de todo este dinero servirá para..., Usted sabe... Yo..., nosotros no podemos dejar de estar agradecidos con usted señor Blackthorne. Ella es una gran mujer, nunca en toda mi vida encontraré a otra como Milly.