ESPERA
El Rolls siguió a la ambulancia hasta el hospital privado, el mejor de todo el país. Salió apenas se detuvo frente a las puertas. Caminó apresurado al interior seguido de un par de guardias de seguridad y Nassin, su chófer.
Uno de los paramédicos estaba dando un informe y al terminar se acercó a el príncipe.
- Va a entrar a cirugía - le informó -, después le harán algunos estudios por el golpe en la cabeza, aún no reacciona, después lo subirán a terapia intensiva. ¿Quiere que le den aviso a alguien más de que el señor Blackthorne esta en el hospital?
- No, yo lo haré - replicó casi ausente -. Gracias ha sido de mucha ayuda.
- Es mi trabajo.
El joven se alejó dejando al pensativo príncipe mirando un punto fijo mientras trataba de comprender porque diablos había pasado todo eso.
No podía dejar de sentirse culpable. Si le hubiese hecho llegar el informe antes de ir a Kaddar. La repentina enfermedad de su padre le absorbió y después su muerte, fue un golpe devastador para él.
Miró el móvil que sostenía en la mano desde que descubrió que Max era el compañero de Roberta en la camioneta deshecha, no se había sentido con muchas ganas de ver a nadie, pero ahora estaba siendo urgente hablar con alguien acerca de lo que pasó.
Marcó el número privado de Anna Miller, la bella secretaria de su amigo, ella estaba más que familiarizada con lo que ocurrió mientras estuvo ausente, antes de que viajara a Kaddar para darle las últimas noticias.
Bajó la cabeza mientras escuchaba los tonos de la llamada, caminó de un lado a otro hasta que estuvo a punto de colgar.
- ¿Diga?
La voz somnolienta le puso alerta, levantó la cabeza de golpe ante los recuerdoss que se despertaron en su cuerpo que nada tenían que ver con lo que debería sentir ante la situación que estaba pasando.
Aclaró su garganta.
- Buenas tardes señorita Miller - la saludo enriqueciendo su voz sin poderlo evitar -. La necesito aquí de inmediato.
- ¿Pasa algo? - Preguntó alarmada -. ¿Hay algún problema?
- Max ha tenido un grave accidente - le respondió sin vacilación -, quiero que arregle todo lo que haga falta. Yo le avisare a Georgie, su... ama de llaves y intentaré hablar con Franco el jefe de seguridad, quiero saber que ha pasado con la desaparición de Lady Mildred.
- ¡Dios Mio! - Gimió la joven -. Iré inmediatamente, ¿Dónde está el señor Blackthorne?
Le dio la información y colgó de inmediato sin decir nada más. Llamó enseguida a su jefe de seguridad.
- La señora Baronesa ha aparecido está tarde - le informó tan profesional como siempre -, se fue de inmediato. Jack Taylor fue tras ella, hace unos momentos llamó a el señor Marhews desde un hospital al parecer la señora Baronesa se sintió mal, él y Sir Richard se fueron de inmediato.
- Así que ya apareció Lady Mildred - susurró para así a pesar de tener el móvil todavía cerca de su oreja.
- Su señoría - titubeó Franco todavía en la linea -, algo paso en el estudio del señor Blackthorne. La señora Baronesa salió de la habitación tan rápido que nadie pudo reaccionar. El señor Blackthorne la siguió, pero después desistió diciendo que tenia que arreglar otro asunto.
- ¿La dejo ir?
- Si señor, fue entonces que Jack Taylor salió tras ella -. Suspiró incómodo -, casi una hora después el señor Blackthorne salió de su estudio con Roberta Bordeaux y sólo dijo que estaría en su casa. La señorita Bordeaux estaba cubierta de sangre...
`Akil se alarmó.
- ¿Y Max? ¿Tenia también sangre, se veía herido?
- No señor - respondió apresurado -. La sangre ya estaba seca. Ella se veía tranquila y él bastante molesto.
- ¿Por qué demonios no lo siguieron? - Demandó molesto por toda la situación.
- El señor Blackthorne no iba a permitirlo - respondió nervioso -, usted lo conoce.
- ¡Maldita sea! - gruñó pasando una mano por el cabello alborotandolo aún más -. Pídele a Nancy que arreglé el departamento, los quiero a todos fuera está misma noche. Las llaves las dejan en la recepción, ellos me la entregarán mañana que vaya a inspeccionar el ático.
- Si señor.
Colgó y de inmediato marcó el teléfono de Rectory Mayor. James contestó con su siempre solemne tono de voz.
- James, buenas noches - saludo amable -. Tengo malas noticias.
- ¿La señora Baronesa? - preguntó alarmado.
- No, es Max - suspiró masajeando sus sienes -. Él ha sufrido un terrible accidente, está en el hospital.
- ¡Santo Dios! - exclamó alarmado -. ¿Ha sido grave? ¿Cómo está?
- Lo están operando ahora mismo - respondió bajando un poco la voz -, no me han dado noticias. Pero tenían que intervenirlo de inmediato.
Hubo un intenso silencio tras la linea. 'Akil suspiró sintiendo la angustia del mayordomo a pesar de la distancia.
- Señor - carraspeó intentando ocultar los sollozos que amenazaban con traicionarlo -, si usted pudiera mantenernos informados acerca de la salud del amo...
- Lo haré James -. Le sino manteniéndose estoico -. Necesitó hablar con Georgie.
- Por supuesto señor.
Lo escuchó dejar el auricular sobre la mesita. Un minuto después Georgie estaba en la linea.
- 'Akil, siempre es un gusto escucharte - saludó el ama de llaves -, ¿Se te ofrece algo?
- Georgie... - empezó y de pronto no supo que decir.
- ¿'Akil, todavía estás ahí? - Inquirió adoptando un tono reservado.
Suspiro.
Una ligera sombra de dolor atravesó su rostro.
No había manera de detener el dolor que le causaría a Georgie.
- Max ha sufrido un accidente y está muy grave.
Georgie bajo el auricular dejándolo sobre su pecho. Cubrió temblorosa con su mano libre la boca ahogando un sollozo. Por un momento sintió que no podía respirar y cerró los ojos repitiendo una plegaria: " ¡Dios, que no sea nada grave, no te lleves a mi hijo! El...
- ¿Georgie, estás bien?
La voz de James la volvió a la realidad, levantó el auricular temblando incontrolable.