La Beta Del Alpha

CAPÍTULO 1

Elizabeth

¿Feliz? Claro, ¿cómo no estarlo? Pero más que feliz estaba nerviosa, no sé qué hacer, quiero gritar y salir corriendo. Malditos discursos no sirven para nada y más en una situación donde estas frente toda una generación graduada y tu estupido rival.

Y bueno no solo es eso, también cuentas con la presencia de un montón de padres y entre esos el Alpha rey y nuestra Luna. No me preocupo tanto por Tita o por mi tío Danton, realmente estoy que exploto de estrés por su hijo, se que el muy imbécil es capaz de hacerme quedar mal frente a toda la generación.

El lugar es verdaderamente hermoso adornado con decoraciones de color azul marino y un escenario donde se puede observar a los directivos del instituto sentados en una mesa larga y el micrófono esperando por mí a que dé mis palabras de despedida de la generación.

Salgo de mis pensamientos al sentir la mano de Olivia en mi pierna.

—Relájate Eli, todo saldrá bien —me intenta de calmar pero mis nervios estaban a flor de piel —, lo harás excelente y prometo que si mi hermano hace una idiotez yo misma le doy una golpiza.

Le regalo una sonrisa que más bien era una mueca nerviosa.

—Gracias Oli, yo... —soy interrumpida por la voz de la directora.

—Y antes de terminar con esta maravillosa ceremonia, nuestra querida personará estudiantil Elizabeth Waldorf dirá unas palabras gratificantes de despedida —trago saliva, la poca que me queda ya que siento la garganta reseca.

Me levanto de mi asiento y atrapo todas las miradas, las manos me sudan y el nervio se apodera de mi, puedo apostar y con certeza ganaría a que estoy más blanca que un papel.

Salgo de entre la multitud de graduados y me dirijo al escenario, con cuidado en cada paso al subir las escaleras para no caer y pasar vergüenza.

Me acerqué hasta el micrófono y al momento de acomodarlo este se cae produciendo un ruido ensordecedor, al terminar el horrible sonido —ya podía sentir mi cara hirviendo de lo seguramente roja que tenía que estar —En la sala habitaba el silencio, me agacho para recoger el micrófono pero me detengo al escuchar esa irritante voz.

—Torpe como siempre —Se escucha y con certeza es la voz de Dalton.

El público estudiantil rompe en carcajadas y algunos padres intentan evitar reír y otros simplemente me miran con lastima ante las burlas de los presentes.

Con el enojo apoderado en mi ser olvidé completamente los nervios y levanté el micrófono y lo posicione en su lugar, puedo jurar que mis ojos ahora mismo tienen que estar naranjas de lo enojada que estoy. Miro a mis padres y estos me regalan una sonrisa motivadora, paseo mí vista hasta Tita y tío, y Tita hace un además para que comience a hablar.

Asiento con la cabeza y procedo con el discurso.

—Buenas tardes, primero que todo pido disculpas... —hice una pausa pero Dalton aprovecho para hablar.

—Ante tu torpeza claro —vuelven a reír todos.

Es un maldito y juro que me las va a pagar, cada una que me ha hecho.

—Gracias por dar un comentario que nadie pidió —ataque y se escuchó un uhhh entre el público —. El día de hoy, es un día especial y maravilloso para muchos, cumplimos uno de los más grandes sueños que es el graduarse con honores, debo de admitir que extrañare el instituto ya que este me enseño cosas valiosas y que nos ayudan a crecer como personas —hice una pausa —. De todo corazón espero que todos esos anhelos y esperanzas en base a sus deseos a futuro se cumplan.

>>Que vayan a la universidad y dejen en alto el nombre de la institución, sintiéndose orgullosos. Sin más quiero decirles: felicidades a todos los graduados.

Y como si mis palabras hubieran sido una orden todos se quitaron el birrete y lo lanzaron al aire para luego el público estrellar en aplausos.

Mi mente solo podía concentrarse en las mil formas de golpear a Dalton, aunque mi sonrisa falsa ante el público mostraba amabilidad y buenos deseos.

Mi padres se acercaron a mi y besaron mi frente.

—Que hermosa mi amor —dice mamá —. Y no te preocupes por Dalton de seguro ya su hermana...en efecto mira hacia allá  —mi madre me señala un punto y yo volteo mi mirada.

Una escena digna de admirar, Oli estaba golpeando y jalándole las orejas a su hermano, eso me hace sonreír.

—Los amo —les digo .

—Y nosotros a ti cariño —dice mi padre —. Tenemos que irnos, tú hermana tiene que estar aburrida en casa de mi madre.

Si, la pequeña diablilla es muy desesperante, activa. Me da mucha gracia ya que cada vez que íbamos a casa de la abuela, abuela mari siempre le jalaba de los cachetes y la sentaba para hacerla escuchar una de sus muchas aventuras de joven.

Caminamos hasta la salida del instituto, no pudimos despedirnos de Tita, Oli y tío ya que estos se encontraban hablado con la directora muy animadamente.


 

                                      ***

Estábamos en el auto a la espera de que mi hermana saliera de casa de la abuela para poder marcharnos. Cuando esta sale, sale corriendo hasta el auto.

—¡No corras diablilla! —grita la abuela riendo —. Espero y vengas la próxima vez tú también Eli, quede a mitad de una gran historia —grita desde la puerta.

Mi hermana pequeña Mila de 12 años. abre la puerta trasera del auto rápido y se sienta a mi lado.

—Mami, papi,  mejor me hubieran dejado sola en la casa. Mi abuela Mari es muy intensa —señala sus cachetes —ven esto, están rojos de tantos agarrones.

—Hija respeta a mi madre —dice mi papá.

—Papi, sabes que tengo razón.

—Si, pero es tu abuela y es mi madre.

Me puedo imaginar el escenario donde mi hermana está sentada junto a mi abuela y está no para de hablar.

El auto comenzó a andar y todo era silencio hasta que mi padre habló.

—Hija, ya has pensado el hecho de que estás casi apunto de cumplir y llevar acabo tu transformación —dice mi padre al volante contento —ya te imagino como la mejor Reina beta de la historia.




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