La Beta Del Alpha

CAPÍTULO 4

Elizabeth

¿Puede una tener un arrebato de hambre a las 4 de la mañana sin estar embarazada? Completamente cierto, aquí donde estoy mi estómago ruge por algo de alimento pero quiero pizza, no quiero más nada que no sea eso, una suculenta pizza de jamón con queso, sin piña, no me gusta la piña, todas mis amigas me intentan de matar cada vez que digo que la piña sabe horrendo.

Me siento en la cama decidida a ir por ese pedazo de pizza, estoy 100% segura que si abro la nevera encontraré pizza congelada y sin piña, cosa que agradezco de Dalton, el también odia la piña y por esa razón estoy segura que por ser el alpha rey tiene que haber en la nevera, y claro no olvidemos el hecho de que una de las empleadas que hacen las compras es Lorena y ella cumple exageradamente los caprichos de Dalton que están a su alcance.

No es un secreto que Lorena está enamorada de Dalton, pero él lo único que hace es ignorar los sentimientos de ella hacia él y no lo juzgo Lorena llega a ser intensa en momentos pero es una buena chica.

Yo no le encuentro problema que le guste Dalton ya que este no me interesa, no me interesó y luchare para que no me interese en un futuro.

Así que si ella lo quiere se lo puede quedar.

Con mis manos jalo la manta para poner al descubierto mis piernas y pies, saco los pies de la cama y me siento en la orilla de esta en busca de colocarme mis pantuflas de conejo.

Como puedo camino en la oscuridad hasta la puerta de la habitación para salir en busca de mi manjar grasiento y delicioso.

Salgo de la habitación y cierro la puerta con cuidado de no hacer escándalo. Las habitaciones quedaron repartidas así: Dalton está al fondo de las habitaciones ¿cual? Ni idea, Olivia está un poco más adelante y su habitación está junto a la de Max y tampoco se cual es la de cada quien, solo dijeron más o menos donde estaban ubicados cada uno, aquí hay tantos pasillos con tantas habitaciones que parece un laberinto.

Como puedo salgo hasta encontrar las escaleras y bajarlas hasta estar en la última planta de la mansión, camino hasta la cocina que ya es más fácil de encontrar y por fin me dirijo a saquear la nevera en busca de mi deliciosa pizza sin piña.

Abro el refrigerador, mis ojos se aturden un poco a causa de la Luz que desprende, al adaptarse mejor comienzo a escanciar la nevera gigante de dos puertas en busca de mi delicioso manjar.

Lo encuentro en un compartimiento de la parte baja de el refrigerador. Sonrió triunfante al encontrar lo tan anhelado.

Abro el compartimiento y saco las 7 pizzas congeladas de la manera y las coloco en la isla de la cocina, las tres primeras son de pollo, las dos que siguen son de peperoni y por último las últimas dos son de jamón con queso...y piña.

Mi sonrisa desaparece para ser transformada a una de fastidio.

—¡Mierda! —gritó en un pequeño susurro.

Apiló de nuevo las pizzas y las guardo en su lugar, estoy derrotada y con habré, esto no me gusta para nada.

Camino a paso rápido y firme hacia las escaleras para subirlas con rapidez y silencio, camino por el pasillo en busca de mi habitación y comienzo a dar vueltas y vueltas por todos lados...me he perdido.

Detengo mi caminar creo que lo mejor es entrar a una habitación y mañana gritaré para que me encuentren o fácilmente podré encontrar el camino con luz.

Abro la última puerta de este pasillo y literalmente hay como cuatro pasillos con habitaciones y creo que he entrado al pasillo que no es el mío. Esto de vivir en un lugar exageradamente grande es algo insoportable.

Abro la puerta y entro a la habitación a oscuras, tengo rabia en mi sistema, tengo desespero, me levante tras del cero porque tengo hambre y ahora estoy perdida.

Me acercó a la cama y me quito las pantuflas, al enterrar mi rodilla en la cama siento algo extraño, toco las sábanas y encuentro un pie...¿un pie? ¿Entre a una habitación ocupada?

No es la de Olivia porque el pie es muy masculino y solo ruego porque sea Max y no Dalton, además de estar tapado de pies a cabeza.

Comienzo a tocar su pantorrilla para ver si puedo definir quien es y verdaderamente no tengo ni idea que quien pueda ser así que gateo hasta el cabezal de la cama y le arranco la sábana que cubría a la persona de pies a cabeza.

¡Mierda! Pienso, y me voy a retirar pero soy apresada por unos fuertes brazos.

—¿Por que te vas? —dice Dalton con voz soñolienta —, Tú aroma llegó más fuerte a mi nariz y cuando sentí como tocabas mi pantorrilla conforme que estabas extremadamente cerca —dice con los ojos cerrados.

—¡Suéltame! —le grito de forma baja para no despertar a nadie pero dudo mucho que alguien pueda escuchar desde donde estamos.

—Cuanto quisiera pero no puedo —dice sonriendo con los ojos cerrados.

No puedo negar que hasta dormido no deja de verse bien, sus pestañas largas con los ojos cerrados lucen en su rostro casi Perfecto y ese pelo negro revuelto enloquecería a más de una.

Dalton cuela una de sus manos por debajo de mi blusa de pijama, al sentir que no llevo sujetador abre los ojos, esas esferas azules que demuestras intensidad, es un reverendo imbesil.

—No llevas sugeridor, qué atrevida, no puedo creer que te hayas metido a mi cuarto y sin sujetador.

Acerca mi cuello hasta su nariz para luego inhalar mi aroma, muerde de forma lenta y cuidadosa mi cuello y eso provoca una corriente eléctrica que jamás había sentido antes.

¿Que me acaba de pasar?

—¿Por qué estabas afuera a estas horas? —pregunta Dalton con intriga y yo solo intento soltarme de su agarre.

—No te interesa —digo firme mientras me sacudo de sus brazos.

—No te muevas que luchar empeora mi situación —no comprendía a qué se refería hasta que capte con más tensión y sentí un bulto en mi estómago. Inmediatamente me tenso entre sus brazos.




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