La Beta Del Alpha

CAPÍTULO 6

Pasado
 

Elizabeth

Bajo del auto de mamá sonriente, este será mi tercer año en la high School, cada día me esfuerzo más para ser la mejor y la más destacada, mi madre me detiene aclarándose la garganta.

—No te has despedido jovencita —ruedo los ojos y me acercó hasta la ventana del auto que se encuentra abierta y entro mi cuerpo por ahí para darle un sonoro beso a mi madre en la mejilla.

—Listo, ¿ya me puedo ir? —digo divertida sonriendo.

—Todavía no —dice mi mamá y suspira.

Saco mi cuerpo de la ventana y espero atenta a lo que me dirá mi madre.

—Hija, este es tu tercer año, espero que no tengas problemas con el hijo de Alexa —dice mi madre.

—Mamá, yo lo único que hago es defenderme de sus ataques, no seré una víctima de bullying, no me dejare de él.

—No te pido que te dejes, te pido que lo evites a toda costa —la veo frotar su frente para luego regalarme una sonrisa —, evítalo ¿si? Mira que tus notas son todas perfectas, no quieres dañar tu expediente; está vacío gracias a que ni a él ni a ti les pueden ensuciar el nombre por su futuro cargo pero solo te pido que no ocasiones problemas que no tengan vuelta atrás.

—Está bien —digo bufando y mi madre me sonríe.

—Bueno... me retiro de este infierno por el cual ya pase —dice refiriéndose a la escuela —, nos vemos en casa cariño.

Dice para luego arrancar el auto y perderse de mi vista.

Bien, un año más, y tengo que evitar a Dalton a toda costa, suena algo no imposible pero tampoco fácil.

—Bonito culo —dicen a mis espaldas y noto quien es.

Adam, se nota que no tiene más nada que hacer. Camino hacia la entrada del instituto ignorándolo pero él me bloquea el paso.

—Eh, ¿por qué me estás ignorando? Te estoy haciendo un cumplido —dice acercándose provocando que retroceda un paso y coloque una de mis manos en mano en su pecho.

—Un cumplido desagradable, y si no tienes más nada bueno que decir te pido que que te quites antes de que me haga un collar con tus dientes —presione en puño su suéter y tire de este para mirarlo.

—Está bien atormentada —lo escucho decir y arrugó mí entre cejo y lo apartó de un tirón.

—Dañan el primer día de clases de esta forma tan poco original.

Entro a el instituto y comienzo a ser saludada por la mayoría de personas. Veo a una chica de espaldas hablando animadamente con otra.

—¡Ya me cambiaste! —le gritó.

La chica voltea y al verme sale corriendo para abrazarme.

—¿De que te quejas? Nos vimos ayer en tu casa —me dice Oli.

—Oli, cada vez menos para terminar con todo esto —digo señalando todo el lugar refiriéndome a el instituto.

—Si, la vida es difícil de vez en cuando y más en clases de matemática —la siento bufar —, otro año con el profesor —la veo arrugar su rostro y mirar hacia todos lados —, Smith —dice el apellido del profesor con voz grave.

—Mira allá viene el profesor creo que te vio.

—¡Mierda! ¿Donde? —dice asustada.

—Es broma —me pega en el hombro —, el golpe de una alpha duele ¿sabes? —finjo dolor.

—Exagerada.

Se comienzan a escuchar gritos de chicas y suspiros por todas partes, claro, llegó el idiota que todo el mundo idolatra.

—Si... no vino conmigo quiso hacer su entrada triunfal con su nuevo Ferrari rojo. A veces digo que no parecemos hermanos.

Coloco una mano en su hombro.

—Cuando estaban en la panza de Tita tú te robaste toda la humildad.

—Déjalo, es un ridiculo, mejor busquemos nuestros libros en los casilleros —me dice y asiento con la cabeza.

Buscamos nuestros casilleros que serían los mismos de siempre, al llegar al mío que está justo a tres casilleros de Olivia. Coloque la misma contraseña y al abrirlo de este desprecio una oleada de pintura negra.

Escuche murmullos y algunas risas de fondo, ¡desgraciado! Me las va a pagar todas.

Me giro y lo comienzo a buscar entre la multitud de gente que se acúmulo a mi alrededor, al verlo con esa sonrisa tan triunfante como los brazos cruzados, lo señalo con mi dedo índice.

—¡Tú! Me las vas a pagar —intento caminar hasta el pero resbalo callando al piso dándome un fuerte golpe en la espalda —¡mierda!

Las personas a mi alrededor comienzan a reír más fuerte y sin importarme su burla me levanto me paro frente a él y le doy una cachetada ensuciando su mejilla de pintura negra.

—Maldito —vociferó.

Camino saliendo de dentro de la gente dejando un camino de mis pisadas, los profesores me ven pero nadie dice nada. Nunca nadie dice nada, él será el próximo alpha en poco tiempo y le temen a que después su furia recaiga sobre ellos.

—Esto es una mierda —gritó en medio de los pasillos llenos a las duchas de las mujeres.

Saco mi ropa y comienzo a restregar todo lo negro de mi cuerpo. Mientras tallaba mi cuerpo una y otra vez pensaba en más mil formas de torturarlo. Mis ojos llegaron a nublarse un poco de lagrimas y mi garganta estaba hecha nudo pero retuve las emociones.

Escucho un rudo y lo primero que hago es tomar el champú como un mecanismo de defensa, al terminar de acercarse me doy cuenta de que es Olivia.

—Lo siento amiga —se disculpa —, es un idiota y no tenía idea de nada de esto... pero yo haré todo lo posible para ayudarte, si quieres vengarte te ayudaré tu solo dime qué quieres hacer.

Estaba desnuda pero eso no me importaba ya que nos hemos visto muchas veces aquí en las duchas de los baños.

—Tengo una idea...


 

****

—¿Ya estás grabando? —pregunto.

—Si.

—Bien, es hora.

Estábamos escondidas en un rincón esperando a que abriera su casillero, al momento en que lo abrió se derramó pegamento pero esta vez salí de mi escondite y le tire una caja llena de lentejuelas con plumas.




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