La Beta Del Alpha

CAPÍTULO 12

Elizabeth

En mi inconsciencia de dormida sentía una mano que acariciaba mi espalda, se sentía tan relajante, acomodo mi cabeza en la almohada, esa mano que me daba suaves toques en la espalda fue bajando hasta dármelos en la espalda baja, hundí mi entre cejo y bostecé para luego girar mi cuerpo y acomodarme a medio lado, esa mano acaricio mi mejilla para luego tocar mi labio, fui abriendo los ojos poco a poco y vi a...

Dalton.

Mis alarmas se encienden y lo primero que hago al reaccionar es patearlo sacándolo de la cama, como se le ocurre a ese semejante troglodita entrar así a mi habitación, sin tocar, sin...

Pegue un chillido de rabia y Dalton se quejó en el piso por el dolor de la caída.

Esperen... ¿como mierda entro?

—Con las llaves —dice quejándose. Y es obvio que leyó mi mente, lo veo extendiendo su mano hacia arriba para que yo vea que esta posee las llaves.

Intento arrebatarle las llaves de la mano pero él las aparta y comienza retirarlas de mi. Yo me encuentro todavía en la cama luchando por quitarle las llaves y el está en el piso evitando que yo las tome, en el momento en el que las pude agarrar el tiro de su mano haciendo que me cayera sobre él.

Lo escucho soltar aire a causa del impactó de mi cuerpo contra el suyo.

—Dame las malditas llaves —le grite mientras forcejeaba.

—No —Dijo con simpleza mientras parecíamos dos gusanos bailando con tanto movimiento.

Todo estaba bien hasta que siento su miembro erecto en mis glúteos, mis movimientos cesan y lo único que puedo hacer en esos momentos es quedarme quieta casi paralizada.

Se me olvidó completamente el día de hoy y lo que empezaba esta semana, siento como me aprisiona la cintura, su mirada azul estaba siendo opacado por su pupila negra, tenía la mirada completamente seria.

—Te quedaste quieta ¿Por que? —me pregunta haciéndose el que no comprendía la situación.

Sus dedos se fueron deslizando por la parte interior de mi blusa de pijama, tocaron con extremada delicadeza haciéndome vibrar con cada toque, saca una de sus manos para agarrar mi barbilla y acercar mi boca a sus labios. A este hombre no le importa el aliento mañanero.

Comienza a besarme despacio y con deseo incluido, yo decido seguir su juego de tocadas y deslizo mi mano hacia su miembro erecto que era cubierto por los jogger holgados que llevaba puestos. Es normal que use ropa más floja ya que una más ajustada sería tortuoso para su miembro.

Comienzo a acariciar su miembro con delicadeza, sus besos se fueron intensificando y yo le seguía el ritmo que me impusiera, quite mi mano de su miembro y comencé a acariciar su pecho mientras lo besaba.

Con la mano que él tenía todavía adentro de mi blusa acaricia mi seno tocando mi peson con su pulgar. Por inercia comencé a moverme contra su erección y lo escucho gruñir contra mis labios, el beso se volvió cada vez más insistente.

—¡Joder! —lo escucho gruñir y comienza a besar mi mandíbula para bajar su besos hacia mi cuello —, bésame de nuevo sino quieres que te marque —me dice en medio de la excitación.

Tomo su rostro con mis manos y guió su boca hacia la mía, no dejaba de hacer esos movimientos con mi cadera que al parecer le encantaban, el roce también me afectaba a mi, ya que mi zona se fue humedeciendo hasta sentirse toda resbalosa, lo único que separaba nuestras partes bajas era la tela. Subía y bajaba con más desesperación y anhelo en cada movimiento.

Dalton metió sus manos en mis senos para seguir tocándolos con libertad, mi intimidad estaba húmeda y caliente, me incorporo sentándome en Dalton y comienzo a cabalgar su miembro, los roces y la fricción me están enloqueciendo.

Siento sus manos en mis pechos y jugaba con ellos como si fueran una masa infantil con la cual jugar.

Seguimos en los mismos juegos de movimientos, intensificando cada vez más, no tengo ni idea de cuánto tiempo estábamos haciendo lo mismo pero cada vez más sentía que mi punto máximo estaba por llegar y que iba a explotar así que me muevo más rápido, abro mis ojos ya que los cerré por la concentración y miro a Dalton que gruñe, me muevo un poco más y siento como sus pantalones se humedecen y por su expresión ya llego, yo sigo moviéndome un poco más hasta siento aquel cúmulo de emociones explotar, caigo encima de Dalton agitada, su pecho subía y bajaba al igual que el mío.

Estábamos peleando, joder ¡estábamos peleando! Siento que sus dedos tocan mi barbilla y levanta mi cabeza para besarme en los labios.

—Esto durara solo por una hora o menos de eso —dice como advertencia—, y me acuerdo perfectamente del acuerdo que tuvimos antes de ayer. Lo necesito.

Siento una pequeña punzada de excitación al escuchar ese lo necesito, siento como sus manos van hacia mi mejilla y me vuelve a besar.

Se impulsa y se incorpora conmigo todavía encima de él para luego apartarme y cargarme hasta dejarme sentada en la cama.

—Espero que estes dispuesta para cumplir la parte del acuerdo —me avisa, y yo solo veo como sale de la habitación con las llaves en la mano.

Y se fue con las llaves. Me dejé desplomar en la cama y mi barriga hizo notorio de que no he comido nada desde hace más de diez horas.

No se como será y más con un hombre como él solo espero de me de él. Mis hormonas andan revueltas desde la primera vez que lo sentí aquella noche que entre de inoportuna a su habitación, como olvidar aquella confusión de habitación que me llevó a tener este deseo tan intenso.

Pasó una mano por mi cabello y inhalo intentado estabilizarme. Este día siento que va a ser corto y largo a vez.

 

*****

Estaba en la cocina preparando mi desayuno pero por alguna razón me mantuve con las alertan encendidas porque el solo pensar de que Dalton en cualquier momento puede llegar hacia mi como un ninfomaníaco desenfrenado, siento que en cualquier momento me tomara de la espalda y me empotrará aquí en el mesón de la cocina.




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