La Beta Del Alpha

CAPÍTULO 18

Elizabeth

Dormir, es lo más importante para un ser humano en mi caso para un hombre lobo que quedó exhausto después de ser sometido a muchas horas de sexo seguido.

A Dalton le entró la emoción de que por fin ya pude esta bien conmigo y todo lo desató sexualmente.

—¡Despierta! —gritan a mi oído.

Me levanto como una loca en la cama y hago pose de defensa.

—¡¿Que?! —grito mirando hacia todos lados.

Cuando me fijo mejor están Max, Oli y Dalton en mi habitación, Max sostiene un pastel de cumpleaños, Oli está a mi lado haciéndome entender que ella fue la que me grito al oído y Dalton está cruzado de brazos sonriendo.

—Ya tienes dieciocho —dice Oli así que me giro a verla —, estoy tan feliz —se limpia una lágrima fingida —, es que mírate, como has crecido.

—No eres mi mamá Oli deja ese discurso para ella —le digo cansada sentándome en la cama.

—¿Sí? Ella me dijo que te lo dijera y que ella llega más tarde. Ahora sopla las velas y pide un Ferrari —dice Oli aplaudiendo.

Ruedo los ojos y veo como Max se iba a acercar a mí con el pastel pero alce mi mano deteniendo su paso.

—Que me lo acerque Dalton tu no —le digo a Max —, tú tienes cara de que me lo vas a embarrar en la cara.

—Aburrida —dice Max entregándole el pastel a Dalton.

Dalton sonríe acercándose a mí con la misma malicia, la misma expresión que hacía cuando me iba a jugar una broma en el instituto, pero esta vez es diferente. Sonrió yo más amplio y le digo:

—Me embarras de pudín y no hay sexo para ti —su sonrisa desaparece y las risas de los chicos se escuchan por toda la habitación mientras yo tengo una pequeña sonrisa —, ahora sí, tráeme el pastel querido.

—Bien, querida —me dice sonriendo ocultando el amargo que le hice sentir con mis palabras.

Se acercó a mí y me dejo el pudín cerca, sople la vela y pedí mi deseo.

—Que hermoso deseo querida —dice Dalton sonriendo y yo me encojo de hombros.

—Es lo único que puedo querer ahora mismo —digo y Oli se acerca a mi sentándose en la cama.

—¿Que pediste? —me dice y yo niego con la cabeza.

—Si te digo no se cumple.

—¡Pero mi hermano ya sabe! Eso no es justo —se queja y Max se acerca a ella para luego levantarla en brazos como recién casados.

—Es hora de dejar a la dulce parejita solos —dice Max llevándose a Oli en brazos.

Dalton deja el pudín a un lado de la cama y se sienta junto a mí.

—¿Sorpresa de felicidad? —pregunta alzando una ceja —, ¿acaso ya no eres feliz? Y como así eso de sorpresa.

—No tengo ni idea eso fue lo primero que se me vino a la mente sabes, entre pánico por no saber qué pedir y simplemente lo pensé y ya —dije estirando mi mano hacia el pudín.

Con mi dedo índice tome crema del pudín y le ensucie la nariz a Dalton para luego pasarle la legua por su nariz.

—A veces eres asquerosa —le sonrió con malicia y él lleva su mano hacia mi mejilla para luego acariciarla —, me diste una gran idea.

También acerca su mano hacia el pudín y luego se acerca a mí para embarrarlo en mis labios, luego acercó su cara y me beso.

Un beso realmente urgente, ¿acaso no le pesa el mal aliento mañanero? Bueno en parte le puse la lengua en la nariz, hasta ahora tomo en cuenta que hice eso, que vergüenza.

Dalton despega sus labios de los míos y dice:

—Deja de pensar en si tienes o no tienes mal aliento y bésame bien joder —siento que mis mejillas se llegaron a enrojecer.

Sonrió y me lanzo encima de él para luego comenzar a besarlo con verdaderas ganas, al parecer cambio y amo tanto que lo haya hecho, sé que todo esto de llevarnos bien es causa que seamos mates pero ese es el destino y siempre hay que darle oportunidades a las personas por muy malas que fueron si intentan de cambiar hay que darles una oportunidad y eso es justo lo que estoy haciendo yo; darle una oportunidad a pesar de todo lo que me hizo.

Despegó mis labios, pero antes muerdo suavemente su labio inferior, sonríe y yo al igual que él lo hago, siento como sus manos se dirigen a mi trasero y lo aprieta.

—Ya que me diste mi beso de buenos días, ahora ves a lavarte esa boca que si huele un poco a feo —lo miro mal y él lleva sus manos de mi trasero hacia mi espalda para acariciarla.

—Idiota, entonces no me hubieras besado.

—¿Que? Eso no tiene nada que ver, es que mi amor hacia a ti hace que ignore tu boca apestosa —llevo mi mano hasta su costado y lo pellizco —. ¡Ay! Agresiva, así me gustas —dice sonriéndome de forma pervertida.

Me incorporo quedando sentada sobre él.

—Es mejor que te levantes —dice —, no estás en posturas aptas para que mi paciencia y mi polla resista tenerte así sobre mí.

Me aparto y voy directo al baño, pero antes de entrar escucho que dice:

—Te espero allá abajo para desayunar juntos. ¿Quieres algo especial? —me dice y yo asiento.

Le digo lo que quiero comer y antes de verlo salir por la puerta y yo de entrar al baño me lanza un beso. Espero que este día sea increíble, ya por fin me voy a trasformar, tengo mucho miedo del dolor que pueda estar sometida, pero yo sé que podré resistirlo.

 

                                 ******

Bajo las escaleras ya cambiada y una de las empleadas me esperaba al final de las escaleras, ella me dice que la diga porque desayunaremos en el jardín así que no digo más nada y la sigo.

Al llegar mi boca así se cae al piso con todo lo que estoy viendo, hay un montón de personal arreglando las decoraciones, la fiesta se está llenado por lo alto y tanto es así qué hay hasta un minibar, la decoración está en color verde, rosada y azul de tono pastel, había mesas con manteles azules pastel por todos lados, es una gran fiesta como para sesenta invitados.

—Cien —dice alguien a mi lado se deduce quien es porque leyó mi mente —, cien personas, invité a los del instituto más algunos de nuestros familiares.




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