La Beta Del Alpha

CAPÍTULO 20

Tres días después

Elizabeth

Han pasado tres días desde que hui de todo y de todos, me ha ido muy bien estos poquitos días que he vivido en el mundo humano, aunque todavía no me acostumbro al hecho de que vivo rodeada de personas con aroma diferente al mío, Damon ha sido muy bueno conmigo ya que me ofreció vivir en su pequeño apartamento dejándome la cama y el durmiendo en el sofá, de verdad que es muy caballeroso de su parte el brindarme un techo donde vivir, pero aunque el lo niegue yo creo que le di penita.

No solo me ofreció donde vivir, sino que me hablo con su jefe para que me diera empleo.

Y bueno, desde hace tres días que estoy en el mundo humano, ya me he ido acostumbrando, lo que no me gusta es no poder transformarme ya que eso le atraídos problemas a mi cuerpo; como cansancio, por ejemplo, me transforme y solo dure unos pocos segundos transformadas y me da miedo que eso le traiga problemas a mi loba interior, que tengo que confesar que he olvidado su nombre. Damon me dijo que eso se me pasara y me llevara el fin de semana al bosque a que me transforme.

No puedo negar que extraño a mi familia, pero no creo que sea conveniente regresar ya que de seguro tengo que ser la mujer lobo mas odiada y buscada de todas las manadas, me pregunto cómo se estarán sintiendo mis padres y la pequeña insoportable de Mily después de mi partida.

¿y Dalton? Bueno ese es otro asunto diferente ya que todavía me duele lo que vi, de verdad que creí que había cambiado, pero veo que se paso el hecho de que me tendría que amar solo a mi por toda su vida, es que ¿Por qué me tuve que acostumbrar a sus brazos? ¿Por qué me acostumbre a sus caricias?

—Deja de limpiar como si estuvieras deprimida —dice Damon desde la estufa limpiándola ya que la jornada de trabajo se acabo —, piensa en mi y veras que la depresión se te pasa en segundos —le saco la lengua y le lanzo el trapo de cocina con que limpiaba el mesón.

—No paro de pensar en mi familia —le soy sincera.

—¿En tu familia o en el Alpha rey? —no le digo nada y simplemente sigo limpiando la mancha de chocolate seco con otra esponja. Damon se da cuenta que mi silencio significa que no quiero hablar del tema y se acerca a mi y me agarra por los hombros —hey, relájate, no te deprimas por él, no me gusta verte triste —lleva sus pulgares hacia las comisuras de mis labios y las estira —. Sonríe que así te ves mas hermosa, vagabunda —me hace sonreír y el asiente con la cabeza —, así esta mucho mejor, vagabunda feliz en vez de vagabunda triste.

Suelto una pequeña risa que se detiene las escuchar como la campana que esta en la puerta avisa que un cliente a entrado, pero se supone que no debería de entrar nadie ya que el letrero de la entrada dice cerrado, Damon y yo fruncimos en ceño y salimos de la cocina hacia el mostrador para ver quien es.

Al salir nos topamos con una anciana de unos ochenta y algo, mi cuerpo sintió un escalofrió al ver a aquella mujer vieja, al levantar su rostro su ojo derecho blanco me hace sentir un poco de nervio pero intento de ignorar ese detalle.

—¿Tienen comida para mi? —dice la anciana —, no tengo nada que comer y he venido de muy lejos, estoy perdida.

—Lo siento mucho señora pero ya cerramos —le dice Damon de una forma amable.

—No pido mucho —dijo con su voz vieja y rustica que me hacia recordar a la típica película de terror y solo espero que esto no sea el caso —, un pan o tal vez alguna bebida.

—Señora le dije que ya estábamos cerrados —la anciana frunció el entrecejo y poso sus manos en el mostrador para sonar sus uñas contra la madera.

—¿Son así de descorteses con una vieja anciana que solo pide un poco de pan o algo de beber? —siguió sonando sus uñas contra la madera y siento una corriente de frio azotar contra mi cara y me asusta ya que se supone que todas las ventanas y puerta están cerradas.

De repente me acuerdo del pan y jugo de caja que tengo en el bolso ya que se supone que ese seria mi desayuno, pero al fin de cuentas no me lo comí.

—Si tengo algo de comida para usted —le digo y ella desvía su mirada hacia mi y me regala una sonrisa.

No lo había dicho, pero es muy notorio que aquella anciana es una bruja y me hace dudar el intelecto o mejor dicho inteligencia de Damon al tratar a esta mujer como si fuera cualquiera.

Camino hacia mi bolso y saco el pan para luego dirigirme al mini refrigerador de empleados y sacar el jugo de caja, llego hasta el mostrador y le entrego la el pan y el jugo a lo que la señora me responde con una sonrisa.

Al tener el pan entre sus manos creí que lo iba a comer, pero no, lo deja en el mostrador y se aleja, lo siguiente me asusto y estoy muy incontrolada de mis emociones por no poderme transformar bien que el nervio me altera al momento en el que la veo elevarse por los aires y rodar sus ojos hasta quedar blancos. ¿pánico? Es poco lo que siento ya que esta bruja tiene vibras de ser poderosa, si, esas que le besas la mano en señal de respeto.

Lo primero que imagino es a Dalton mandando a una bruja a que me rastree y si es así me da temor regresar y no es normal en mi temerle, pero mi corazón late fuerte al solo pensar que esta é el detrás de todo esto enojado conmigo dispuesto a hacerme daño, pero no el suficiente como para matarme, pero si el perfecto para torturarme. Si es él me pregunto cómo me habrá encontrado tan rápido.

La anciana comienza a decir un tipo de conjuro y Damon a mi lado solo se queda petrificado viendo todo el espectáculo, la anciana comienza a estirar su boca con sus manos como si estuviera mudando de piel una mano sale de su boca y luego sale otra abriendo el cuerpo de la anciana y saliendo una linda chica rubia de ojos azules sonriendo, al salir por completo del cuerpo de la anciana toca el piso con sus pies, el cuerpo de anciana se quema volviéndose cenizas, esta chica va vestida con unos jeans ajustados y desgastados, una blusa gris y un montón de collares con piedras extrañas y un atrapasueños pequeño como dije de uno de ellos.




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