La Beta Del Alpha

CAPÍTULO 21

Dalton

Ese momento en donde solo quieres que te dejen en paz en donde más se empeñan en joderte la vida, han pasado tres días y no he podido pensar en nada más que no sea ella, ella, ella, ella, esa mentirosa, me dijo que se quedaría, me hizo tantas promesas que no cumplió.

Mi lobo en reacción a su abandono no hizo más que abandonarme, es como si mi lobo no estuviera conmigo y eso me llena aun más de estrés, tengo que estar con el peso de no tenerla junto a mi más las responsabilidades de las manadas.

Mi padre no ha hecho más que reprocharme y tirarme en cara todo lo mal que hago, diciéndome que él tuvo luchas mucho peor ya que su mate estaba muerta  antes de conocer a mamá, yo no soy él, pero se empeña en querer que haga lo mismo y creo que terminaré igual que él ya que solo vivo mierdas y más mierdas y lo peor es que en este mismo lugar me la folle en el escritorio tan duro y tan delicioso que me hace caer mas en el hoyo de locura.

La puerta de la oficina se abre sin previo aviso y la figura imponente mi padre entra enojado. Yo me incorporo serio a la espera de otra tanda de regaños.

—Por última vez te voy a decir Dalton —dice mi padre masajeándose el puente de la nariz con los dedos, los retira y me mira serio, esa mirada puede es muy intimidante y más altiva que la mía —, tienes dos opciones, o encuentras a Elizabeth y la haces regresar o te consigues a otra mujer lobo que te para hijos para prevalecer con la descendencia que sea una buena luna.

En la puerta se asoma Tina y por su expresión ya que no puedo leer su mente —truco de bruja y más de su aquelarre poderoso —entra a la habitación y le hace una reverencia a mi padre, más atrás de ella está el guardia jefe de mis guarda espaldas. Ella se gira y me mira para luego decir.

—Señor, se perdió el rastro total de su mate, no se encuentra en ningún pueblo cercano humano.

—Señor, me notificaron y nuestra luna no está en ninguna manada, el mundo humano es extremadamente extenso. Se a perdido por completo.

Siento el último cuchillo ser clavado en mi espalda, tres días después de su partida y creí que la iba a encontrar, no, ella se ha ido, ha desaparecido y fui un idiota, debí encadenarla a la pata de la cama para que no se escapara.

El odio crece, la odio más que a nada en el mundo.

—Consigues a alguien que te para descendientes y tienes plazo hasta mañana —dice mi padre para luego marcharse del lugar.

—Lárgate —le digo al guardo y este me asiente para luego irse.

—¿No hay esperanzas de encontrarla? —preguntó como última gota de esperanza, pero la mujer niega con la cabeza.

—Lo siento mucho Alpha rey —me dice apenada.

—Necesito que me des algo que me ayude a dejar de sentir —le digo y ella lo piensa analizando lo que puede hacer.

—Tengo una pócima que ayudará, dura ocho horas y solo es necesario un trago, esta es la más potente qué hay, así que con contención ya que es el Alpha rey —saca de la nada una botella y me la pasa.

Me siento como la mierda, no he mencionado mi aspecto físico porque es un maldito asco, después de mi rabieta creí que sería duro y fuerte pero no, me fui a la mierda en picada, mire la botella y lo pensé un poco, ella me dejo yo no tengo que sufrir sabiendo de que ella no siente nada ya que no se ha vinculado conmigo siendo transformada.

A la mierda ella, a la mierda el mundo. Tomo la botella y me bebo un trago, es un poco a mentolado y el sabor me desagrada, pero tampoco me da ganas de vomitarlo.

Me quedo mira di hacia un punto a la espera de su función, mi lobo se fue, me abandonó como una mierda y no paro de decir esa palabra creo que si me bebo un trago por las veces en que lo dije me tragaría más de treinta litros de licor.

Barba un poco creciente, ropa de hace tres días, ¿me he bañado? No, ¿he comido? Menos, salí a correr transformado para liberarme de su rostro meridiano mi cabeza, pero no funcionó.

Siento como si un interruptor en mi se hubiera apagado y sonrió de la nada.

—Gracias Tina, te has ganado el poder seguir viva y trabajaras para mi —le digo con alegría a causa de la pócima  —, creo que me daré un baño.

Me levanto con la bendita pócima milagrosa entre mis manos y voy directo a mi habitación para darme un merecido baño, no tarde mucho en el baño, pero por fin me siento más tranquilo y menos estresado, siento como aquello que sentía por ella se va quemando, como si nunca me hubiera enamorado, así como el principio donde solo el odio por ella gobernaba la diferencia es que ahora siento más desprecio hacia ella.

Ya lo pensé, tome mi decisión y no la buscare más, ya es un caso perdido, ella tomo su decisión también. Me estaba cambiando, andaba en bóxer listo para entrar a la cama a tomar un merecido descanso, al tocar la sabana ya siento ese aroma peculiar que alguien que conozco desde muy pequeños.

—Pasa —le digo antes de que toque a la puerta.

Ella entra y me da reverendamente igual si me ve así, no estoy de humor ya que deje que todos los problemas se acumularan y mi padre me está respirando en la nuca.

—Mira Lucero, yo sé que te gusto y que has estado años detrás de mí, sé que te desilusionaste cuando te enteraste de que no eras mi mate, sé que rogabas todas las noches hacia la diosa luna para que tu mate fuera yo, sé que te intereso, no soy un idiota que no se da cuenta de las cosas —le digo dejándola con las palabras atoradas en la garganta y es muy divertido ver su rostro de asombro, en otra ocasión me hubiera reído pero no estoy de humor —, hasta ahora mismo sé que quieres y piensas.

—¿Entonces es un sí o un no? —alzo mi ceja pensando y analizando aquel pensamiento de esta chica —. Soy de confianza, me conoces perfectamente, nunca me interpondrá en tus ordenes.

—Está bien —le digo y sus ojos se iluminan —, es cierto que eres de confianza y no colocaría a cualquier loca como luna reina.




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